Ezio Massa habla sobre "5 A.M." y el terror argentino
- por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
Es uno de los realizadores de género más prolíficos del cine nacional. Productor, cinéfilo, la mente de muchos proyectos, Ezio Massa dirige "5 A.M. - Cinco ante los miedos" (2016), un film que acaba de llegar a las salas argentinas, protagonizado por Cristina Alberó, Rodrigo Guirao Díaz, Ximena Fassi y Victoria Maurette, entre otros, que rodea el misterio desde un registro cuasi documental, en parte, y narrativo, en otro, sobre la desaparición de un joven y un juego de la copa que puede terminar mal. "En esta película sentí lo mismo que en Villa, fue más desde adentro y con una puesta experimental con el cambio del registro", afirma en una charla con nuestros compañeros de EscribiendoCine.
- ¿Cómo apareció la idea de "5 A.M."?
Después de hacer "Villa" (2008) estaba desesperado por filmar, apareció una cámara, tenía un estudio, hablé con la inmobiliaria, tenía que dejarlo pero me quedaba un fin de semana más, hablé con varios colegas, convoqué a Fabián Forte, a mi hermana, que actuaba como hobbie, y otros actores con los que tenía afinidad y cierta intimidad por la que sabía que habían jugado a algo de invocación y les había ido mal, como estaba con una serie de temas, cuestionándome, les dije que íbamos a hacer un happening, un ejercicio de improvisación, sin guion ni nada, "cuando lleguen les cuento", vamos a utilizar el nombre de ustedes y vemos hasta donde llegamos.
- ¿Y cómo llegaron al set? ¿Consiguió lo que necesitaba?
El primer día arrancamos y se generó un clima en el que cada uno comenzó a contar qué les había pasado. Cada uno de los relatos pasó, y del de mi hermana yo fui testigo. A mi asistente le pedí que dijera cerca de uno de ellos que estaba incómodo y que no sabía si iba a venir al día siguiente porque no sabía si el juego de invocación se iba a jugar de verdad. Me fui, no respondí el teléfono hasta el otro día, y cuando llegamos al set estaban tan asustados, que terminamos y les pedí que me dieran tiempo porque del material registrado iba a armar el libro, después conseguí el apoyo del INCAA y se transformó en la película.
- Pero más allá del happening ¿Cómo aparecen las ideas principales?
Cuando sale el proyecto hay dos cosas que me hicieron pensar mucho, una cuestión de salud mía y una nota en la que Gustavo Cerati, que para mí es muy importante, destacaba el trabajo de "Más allá del límite" (1995), y siempre eso me resonó, y cada vez que se cumple un nuevo recuerdo pensaba en su madre, Lilian Clark, en cómo será atravesar eso, en cómo lo acompañó y ahí surge el papel de Cristina Alberó.
- ¿Por qué Cristina Alberó? ¿Cómo surge su nombre?
En la televisión un actor o actriz es convocado para hacer siempre lo mismo, yo tenía una terna que eran Geraldine Chaplin, Graciela Dufau y Cristina Alberó, ninguna por encima de la otra, todas tenían que ser determinadas. Necesitaba alguien frágil pero resuelta, Graciela se iba al exterior, Geraldine era como el sueño, pero tenía que cerrar otra película acá y Cristina salió después que un periodista, Roberto Quirno, me comentó que estaba hablando con ella y me la puso nuevamente en el mapa, para mí fue un acierto, cuando la conocí sentí que ya la conocía hace tiempo.
- ¿Dio lo que necesitaba?
Un día, por ejemplo, estábamos filmando, una parte climática en el altillo, trabajando su mirada, su impronta, para saber hasta el final si estaba ella en algo oscuro, que estaba en un luto, pero sin saber qué pasaba, todo está puesto para ir llevándote, y el punto de vista de las chicas que llegan para encontrarse te desorienten, en el guion me salió algo que cada cosa te dispare otra pregunta. Días. Cuando estábamos trabajando, que siempre pasa en el rodaje, todos concentrados, le dije a Cristina yo te voy a dar la acción y grabo, tomate tu tiempo, está por hablar y se escuchan martillazos, vuelve a hablar, lo mismo, después pienso de hacerlo de otra manera, la cámara grababa, por suerte trabajamos en digital y ahora sos obsceno, a diferencia de cuando trabajabas con 35, los golpes se escuchaban, entonces ella tiraba el speech, y esperaba la calma, eso es oficio.
- Para ella es un desafío, está con una obra de teatro también innovadora y tal vez este papel le permita hacerse conocida en nuevas generaciones…
Si, es una gran sorpresa, y con Rodrigo Guirao Díaz me pasó que el creía que era un papel muy pequeño, pero yo le dije que en realidad es el que viene a resolver todo. Todos además son protagonistas, la historia que motoriza es la de Cristina, también la de Adrián, pero todos están más o menos en la pantalla. Rodrigo lucha con el problema de ser tan carilindo, y haber comenzado su carrera así. Ahora el vino de pegar en Italia un mega éxito y otro en México, viene acá y participa en esta y en "Punto muerto" (Daniel de la Vega, 2017) y también en la nueva película de Tamae Garateguy. No paró de trabajar, tiene ganas de aprender, Daniel de la Vega me dijo que es muy práctico, escucha y aplica lo que le decís. Además es alguien muy humilde, sabio.
- ¿Cómo logra el vínculo tan cercano?
No lo planificás, de la manera más natural posible. Trabajo con gente que me permite jugar, acá jugaba con mis miedos internos y me permitieron hacerlo. Me pasó cuando murió Carlos Roffe, muy cercano a mí, antes de hacerlo había empezado a usar el Messenger, y te ponía emoticones, y yo lo cargaba, estábamos trabajando en algo con él. Cuando se va, nunca borré la charla, un día hablando con Alejandro Agresti le dije que lo extrañaba mucho, y él me dijo que hablaba todos los días, y el no borrar el chat me pasaba de imaginar que me entraba un nuevo mensaje de él, y eso también fue un disparador.
- ¿Cómo fue encontrar el tono del film?
"El precio de la codicia / Margin Call" (2011) nos ayudó mucho para encontrar el timming de la película. No vamos por el susto, ni por la sangre ni por el gore, sino por el clima. En esta película sentí lo mismo que en "Villa", fue más desde adentro y con una puesta experimental con el cambio del registro, con algo de primera persona pero que después realmente comienza la película.
- ¿Cuánto duró el rodaje?
La película se hizo en ocho días.
- Le gusta explorar varios géneros, ¿tiene que ver con su cinefilia?
A mí siempre me gustó el terror y el humor, y tenía miedo de meterme en eso pero me están impulsando, Cristina, por ejemplo tras el fallecimiento de Juan Carlos Mesa me está motivando a eso, con anécdotas de cómo trabajaba con él.
- ¿Qué diferencia encuentra entre la tele y el cine? aprovechando a estos artistas tan cercanos a la pequeña pantalla…
La televisión tiene que ver con la inmediatez, el cine más es como un libro abierto esperando que te lean. La Ley del Cine vale oro, la televisión podría apoyar en promoción. La Argentina no tiene problema de producción, con poco hacemos mucho, tenemos buen acabado en los productos, hay muy buenas películas, te gusten o no, y eso no es una contradicción, hay muy buenas películas como por ejemplo "Ojos Negros" (1987), que a mí no me gusta, pero reconozco que es una buena película, o "El Paciente Inglés" (1996), me pasa lo mismo. En el último tiempo tenemos presencia en Festivales, gana premios, hay diversidad, nuestro problema tiene que ver con la promoción y la difusión, y la televisión podría acompañar, porque si no estás en la tele no existís, "Relatos salvajes" (2014) es un ejemplo de esto, con un guion con el que te identificas inmediatamente, que pudo conciliar las dos cosas, una película muy buena y la televisión.
- ¿Por qué creé que se da esto de que la gente ve cine argentino si se le da la propuesta y se la mantiene en la sala?
La gente está reconociendo su propio cine, por prepotencia o por lo que quieras, y mucho tiene que ver la Ley del Cine. En Corea pasó, pero no digo que sea tan rígido, luego prescindieron de eso y todos los años la película más taquillera es de ellos, estamos a un paso de lograr que tu país no sea el lugar más hostil para estrenar. Hoy en día un par de ventas afuera te equilibra los costos, pero siempre vas a querer estrenar acá.
- ¿Está con algún nuevo proyecto?
"Punto muerto" entró en postproducción y tengo dos proyectos, la ópera prima de Sebastián Tabany y la primera película del INCAA de Tetsuo Lumière.
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- ¿Cómo apareció la idea de "5 A.M."?
Después de hacer "Villa" (2008) estaba desesperado por filmar, apareció una cámara, tenía un estudio, hablé con la inmobiliaria, tenía que dejarlo pero me quedaba un fin de semana más, hablé con varios colegas, convoqué a Fabián Forte, a mi hermana, que actuaba como hobbie, y otros actores con los que tenía afinidad y cierta intimidad por la que sabía que habían jugado a algo de invocación y les había ido mal, como estaba con una serie de temas, cuestionándome, les dije que íbamos a hacer un happening, un ejercicio de improvisación, sin guion ni nada, "cuando lleguen les cuento", vamos a utilizar el nombre de ustedes y vemos hasta donde llegamos.
- ¿Y cómo llegaron al set? ¿Consiguió lo que necesitaba?
El primer día arrancamos y se generó un clima en el que cada uno comenzó a contar qué les había pasado. Cada uno de los relatos pasó, y del de mi hermana yo fui testigo. A mi asistente le pedí que dijera cerca de uno de ellos que estaba incómodo y que no sabía si iba a venir al día siguiente porque no sabía si el juego de invocación se iba a jugar de verdad. Me fui, no respondí el teléfono hasta el otro día, y cuando llegamos al set estaban tan asustados, que terminamos y les pedí que me dieran tiempo porque del material registrado iba a armar el libro, después conseguí el apoyo del INCAA y se transformó en la película.
- Pero más allá del happening ¿Cómo aparecen las ideas principales?
Cuando sale el proyecto hay dos cosas que me hicieron pensar mucho, una cuestión de salud mía y una nota en la que Gustavo Cerati, que para mí es muy importante, destacaba el trabajo de "Más allá del límite" (1995), y siempre eso me resonó, y cada vez que se cumple un nuevo recuerdo pensaba en su madre, Lilian Clark, en cómo será atravesar eso, en cómo lo acompañó y ahí surge el papel de Cristina Alberó.
- ¿Por qué Cristina Alberó? ¿Cómo surge su nombre?
En la televisión un actor o actriz es convocado para hacer siempre lo mismo, yo tenía una terna que eran Geraldine Chaplin, Graciela Dufau y Cristina Alberó, ninguna por encima de la otra, todas tenían que ser determinadas. Necesitaba alguien frágil pero resuelta, Graciela se iba al exterior, Geraldine era como el sueño, pero tenía que cerrar otra película acá y Cristina salió después que un periodista, Roberto Quirno, me comentó que estaba hablando con ella y me la puso nuevamente en el mapa, para mí fue un acierto, cuando la conocí sentí que ya la conocía hace tiempo.
- ¿Dio lo que necesitaba?
Un día, por ejemplo, estábamos filmando, una parte climática en el altillo, trabajando su mirada, su impronta, para saber hasta el final si estaba ella en algo oscuro, que estaba en un luto, pero sin saber qué pasaba, todo está puesto para ir llevándote, y el punto de vista de las chicas que llegan para encontrarse te desorienten, en el guion me salió algo que cada cosa te dispare otra pregunta. Días. Cuando estábamos trabajando, que siempre pasa en el rodaje, todos concentrados, le dije a Cristina yo te voy a dar la acción y grabo, tomate tu tiempo, está por hablar y se escuchan martillazos, vuelve a hablar, lo mismo, después pienso de hacerlo de otra manera, la cámara grababa, por suerte trabajamos en digital y ahora sos obsceno, a diferencia de cuando trabajabas con 35, los golpes se escuchaban, entonces ella tiraba el speech, y esperaba la calma, eso es oficio.
- Para ella es un desafío, está con una obra de teatro también innovadora y tal vez este papel le permita hacerse conocida en nuevas generaciones…
Si, es una gran sorpresa, y con Rodrigo Guirao Díaz me pasó que el creía que era un papel muy pequeño, pero yo le dije que en realidad es el que viene a resolver todo. Todos además son protagonistas, la historia que motoriza es la de Cristina, también la de Adrián, pero todos están más o menos en la pantalla. Rodrigo lucha con el problema de ser tan carilindo, y haber comenzado su carrera así. Ahora el vino de pegar en Italia un mega éxito y otro en México, viene acá y participa en esta y en "Punto muerto" (Daniel de la Vega, 2017) y también en la nueva película de Tamae Garateguy. No paró de trabajar, tiene ganas de aprender, Daniel de la Vega me dijo que es muy práctico, escucha y aplica lo que le decís. Además es alguien muy humilde, sabio.
- ¿Cómo logra el vínculo tan cercano?
No lo planificás, de la manera más natural posible. Trabajo con gente que me permite jugar, acá jugaba con mis miedos internos y me permitieron hacerlo. Me pasó cuando murió Carlos Roffe, muy cercano a mí, antes de hacerlo había empezado a usar el Messenger, y te ponía emoticones, y yo lo cargaba, estábamos trabajando en algo con él. Cuando se va, nunca borré la charla, un día hablando con Alejandro Agresti le dije que lo extrañaba mucho, y él me dijo que hablaba todos los días, y el no borrar el chat me pasaba de imaginar que me entraba un nuevo mensaje de él, y eso también fue un disparador.
- ¿Cómo fue encontrar el tono del film?
"El precio de la codicia / Margin Call" (2011) nos ayudó mucho para encontrar el timming de la película. No vamos por el susto, ni por la sangre ni por el gore, sino por el clima. En esta película sentí lo mismo que en "Villa", fue más desde adentro y con una puesta experimental con el cambio del registro, con algo de primera persona pero que después realmente comienza la película.
- ¿Cuánto duró el rodaje?
La película se hizo en ocho días.
- Le gusta explorar varios géneros, ¿tiene que ver con su cinefilia?
A mí siempre me gustó el terror y el humor, y tenía miedo de meterme en eso pero me están impulsando, Cristina, por ejemplo tras el fallecimiento de Juan Carlos Mesa me está motivando a eso, con anécdotas de cómo trabajaba con él.
- ¿Qué diferencia encuentra entre la tele y el cine? aprovechando a estos artistas tan cercanos a la pequeña pantalla…
La televisión tiene que ver con la inmediatez, el cine más es como un libro abierto esperando que te lean. La Ley del Cine vale oro, la televisión podría apoyar en promoción. La Argentina no tiene problema de producción, con poco hacemos mucho, tenemos buen acabado en los productos, hay muy buenas películas, te gusten o no, y eso no es una contradicción, hay muy buenas películas como por ejemplo "Ojos Negros" (1987), que a mí no me gusta, pero reconozco que es una buena película, o "El Paciente Inglés" (1996), me pasa lo mismo. En el último tiempo tenemos presencia en Festivales, gana premios, hay diversidad, nuestro problema tiene que ver con la promoción y la difusión, y la televisión podría acompañar, porque si no estás en la tele no existís, "Relatos salvajes" (2014) es un ejemplo de esto, con un guion con el que te identificas inmediatamente, que pudo conciliar las dos cosas, una película muy buena y la televisión.
- ¿Por qué creé que se da esto de que la gente ve cine argentino si se le da la propuesta y se la mantiene en la sala?
La gente está reconociendo su propio cine, por prepotencia o por lo que quieras, y mucho tiene que ver la Ley del Cine. En Corea pasó, pero no digo que sea tan rígido, luego prescindieron de eso y todos los años la película más taquillera es de ellos, estamos a un paso de lograr que tu país no sea el lugar más hostil para estrenar. Hoy en día un par de ventas afuera te equilibra los costos, pero siempre vas a querer estrenar acá.
- ¿Está con algún nuevo proyecto?
"Punto muerto" entró en postproducción y tengo dos proyectos, la ópera prima de Sebastián Tabany y la primera película del INCAA de Tetsuo Lumière.
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