Gustavo Fontán contempla el mundo con la "Trilogía del lago helado"
- por © Redacción (Argentina)-NOTICINE.com
El director argentino Gustavo Fontán ("El limonero real") está enfrascado en la "Trilogía del lago helado", compuesta por los films "El estanque" (Basado en "Manual para sonámbulos", de Gloria Peirano), "Lluvias" y "Sol en un patio vacío". "En 2013 comenzó una inquietud para mí: filmar el mundo de manera más inmediata, mirar lo contiguo sin mayor intervención que una cámara, mirar lo que sucede, en el momento que sucede, robar fragmentos del mundo", comenta el cineasta en la red social Facebook.
Luego agrega: "Los procesos dilatados de la producción de una película, la intermediación de un equipo, sentí, me impedían llegar a una zona de la mirada más ingenua, más intuitiva, más visceral. Empecé a trabajar entonces con una cámara y una idea que, en líneas generales, muy generales, responden a la idea de "diario"".
"Fiel a mí mismo, las pienso en un ciclo, un modo de mirar el mundo que se afianza y se modifica (los dos movimientos son simultáneos, continuidad y alteración) en cada película", añade.
"Aunque esa inmediatez entre el mundo y la mirada es constitutiva de este grupo de películas, ninguna de ellas existiría sin un grupo de personas que me acompañaron, que propusieron, que crearon, que las hicieron crecer: Gloria Peirano, Mario Bocchicchio, Abel Tortorelli, Andrés Perugini, Guillermo Pineles, Alejandro Nantón, Gustavo Schiaffino, Carolina Reynoso. Esa inmediatez no implica de ningún modo una tarea solitaria, sino simplemente otro modo de producir y pensar el cine. Cada uno de ellos aportó, desde distintos lugares, su sensibilidad y sus conocimientos para que este cuerpo de películas respirara".
El año pasado, Fontán, que alterna producciones documentales con la ficción, estrenó "El limonero real" y el documental "El día nuevo". Antes, dirigió las películas "Elegía de abril", "La madre", "El árbol" y su opera prima, "La costa errante", en cuanto a ficción, y los documentales "La casa", "El rostro", "Huellas de un siglo", y "La orilla que se abisma", todo ello en un lapso de una década.
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Luego agrega: "Los procesos dilatados de la producción de una película, la intermediación de un equipo, sentí, me impedían llegar a una zona de la mirada más ingenua, más intuitiva, más visceral. Empecé a trabajar entonces con una cámara y una idea que, en líneas generales, muy generales, responden a la idea de "diario"".
"Fiel a mí mismo, las pienso en un ciclo, un modo de mirar el mundo que se afianza y se modifica (los dos movimientos son simultáneos, continuidad y alteración) en cada película", añade.
"Aunque esa inmediatez entre el mundo y la mirada es constitutiva de este grupo de películas, ninguna de ellas existiría sin un grupo de personas que me acompañaron, que propusieron, que crearon, que las hicieron crecer: Gloria Peirano, Mario Bocchicchio, Abel Tortorelli, Andrés Perugini, Guillermo Pineles, Alejandro Nantón, Gustavo Schiaffino, Carolina Reynoso. Esa inmediatez no implica de ningún modo una tarea solitaria, sino simplemente otro modo de producir y pensar el cine. Cada uno de ellos aportó, desde distintos lugares, su sensibilidad y sus conocimientos para que este cuerpo de películas respirara".
El año pasado, Fontán, que alterna producciones documentales con la ficción, estrenó "El limonero real" y el documental "El día nuevo". Antes, dirigió las películas "Elegía de abril", "La madre", "El árbol" y su opera prima, "La costa errante", en cuanto a ficción, y los documentales "La casa", "El rostro", "Huellas de un siglo", y "La orilla que se abisma", todo ello en un lapso de una década.
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