Crítica: "Feedback", más allá del terror
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Por Matilde Hellín
Este fin de semana llegará a los cines españoles la ópera prima del director gallego Pedro C. Alonso, "Feedback" (2019), un thriller de acción y suspense, en inglés, que cuenta con un acertado reparto entre el que destacan por sus actuaciones Eddie Marsan, en el papel protagonista, y Paul Anderson e Ivana Baquero, en roles secundarios.
Jarvis (Marsan) es un presentador en un programa de radio en Londres que comenta, juzga y critica los aspectos relativos a las noticias de actualidad más polémicas y a las personas implicadas en ellas. La noche en la que iba a desvelar un escándalo futbolístico, dos encapuchados secuestran el estudio en el que trabaja, donde se encuentran su invitado de la jornada y amigo Andrew (Andersen), el técnico (Alexis Rodney) y la becaria (Baquero).
La película transcurre, casi en su totalidad, en tiempo real, lo que intensifica la duración del film, que dura poco más de hora y media, en un estudio de radio (excepto una escena en exterior). Que la cinta se rodara en apenas cinco semanas se aprecia en la verosimilitud de las actuaciones y en el ritmo dramático de la película, algo que el espectador podrá comprobar y que los propios actores y director han confirmado. El sonido también es una pieza clave en el dinamismo y dramatismo del film, debido a las características de la ubicación, que permite silencios y variaciones de volumen, además del acompañamiento de la música de Sergio Moure ("El cuerpo"), que transmite el nerviosismo y la intensidad necesarios para ambientar la narración.
Los temas a los que se refiere "Feedback" son variados y de "inesperada actualidad", tal y como prometió su director y guionista antes de su desarrollo. El film no es solo una película de terror vacía dentro del subgénero "home invasion", en el que un peligro desconocido ataca a un grupo de personas en un espacio reducido, cuyo único propósito es infundir terror y mantener al espectador en vilo para concluir con un final que no responde a nada (como pasa, por ejemplo, en "Los extraños"). Por el contrario, la película presenta una trama más cercana al thriller de suspense que al terror, donde nada ocurre por casualidad, y concluye con la historia cerrada, todo ello consiguiendo una dualidad moral sin pretensión de objetivizar la conciencia del espectador, algo que se agradece por el debate interno que genera. "Ni los buenos son tan buenos, ni los malos son tan malos", ni quién es quién está tan claro.
La cinta presenta también diversos conflictos y subtemas de actualidad que los espectadores más perspicaces podrán apreciar. El film podría funcionar por las características descritas como un capítulo de la serie "Black Mirror", creada por el guionista inglés Charlie Brooker, por los dilemas morales que presenta, el estilo narrativo de algunas entregas (véase, por ejemplo, el capítulo "Cállate y baila / Shut Up and Dance"), y la crítica a aspectos relativos a la sociedad actual, como en el caso de las redes sociales ("Caída en picado / Caída en picada / Nosedive"). Sin embargo, la complejidad del personaje protagonista, brillantemente interpretado por Eddie Marsan, y la actuación magistral de Paul Andersen (el resto del elenco no se queda atrás), consiguen generar una conexión emocional imprescindible, que no impide juzgar duramente sus comportamientos, relativizarlos o empatizar con ellos, algo de lo que la serie de Brooker carece en ocasiones.
Sin duda, las indicaciones de Jaume Collet-Serra ("Sin identidad / Unknown", "La huérfana / Orphan") productor ejecutivo del film, y la participación del coguionista Alberto Marini ("El desconocido", "Rec") quienes son cineastas expertos en el género, ha sido decisiva para que este primer trabajo de C. Alonso tenga la calidad suficiente para olvidar que se trata de una ópera prima, algo que para un director español podría ser comparable en el género, siendo generosos, quizá solo con "Tésis" (1995), obra maestra y primer largometraje de Alejandro Amenábar.
Por todo ello, para aquellos que buscan en "Feedback" simples emociones de terror y sustos (que los tiene), violentas y sangrientas escenas (aunque no carece de ellas), acción desmesurada sin finalidad y levantarse de la butaca como si nunca se hubiera sentado, esta no es su película, porque si hay algo que el film consigue, irremediablemente, es hacer reflexionar.
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Este fin de semana llegará a los cines españoles la ópera prima del director gallego Pedro C. Alonso, "Feedback" (2019), un thriller de acción y suspense, en inglés, que cuenta con un acertado reparto entre el que destacan por sus actuaciones Eddie Marsan, en el papel protagonista, y Paul Anderson e Ivana Baquero, en roles secundarios.
Jarvis (Marsan) es un presentador en un programa de radio en Londres que comenta, juzga y critica los aspectos relativos a las noticias de actualidad más polémicas y a las personas implicadas en ellas. La noche en la que iba a desvelar un escándalo futbolístico, dos encapuchados secuestran el estudio en el que trabaja, donde se encuentran su invitado de la jornada y amigo Andrew (Andersen), el técnico (Alexis Rodney) y la becaria (Baquero).
La película transcurre, casi en su totalidad, en tiempo real, lo que intensifica la duración del film, que dura poco más de hora y media, en un estudio de radio (excepto una escena en exterior). Que la cinta se rodara en apenas cinco semanas se aprecia en la verosimilitud de las actuaciones y en el ritmo dramático de la película, algo que el espectador podrá comprobar y que los propios actores y director han confirmado. El sonido también es una pieza clave en el dinamismo y dramatismo del film, debido a las características de la ubicación, que permite silencios y variaciones de volumen, además del acompañamiento de la música de Sergio Moure ("El cuerpo"), que transmite el nerviosismo y la intensidad necesarios para ambientar la narración.
Los temas a los que se refiere "Feedback" son variados y de "inesperada actualidad", tal y como prometió su director y guionista antes de su desarrollo. El film no es solo una película de terror vacía dentro del subgénero "home invasion", en el que un peligro desconocido ataca a un grupo de personas en un espacio reducido, cuyo único propósito es infundir terror y mantener al espectador en vilo para concluir con un final que no responde a nada (como pasa, por ejemplo, en "Los extraños"). Por el contrario, la película presenta una trama más cercana al thriller de suspense que al terror, donde nada ocurre por casualidad, y concluye con la historia cerrada, todo ello consiguiendo una dualidad moral sin pretensión de objetivizar la conciencia del espectador, algo que se agradece por el debate interno que genera. "Ni los buenos son tan buenos, ni los malos son tan malos", ni quién es quién está tan claro.
La cinta presenta también diversos conflictos y subtemas de actualidad que los espectadores más perspicaces podrán apreciar. El film podría funcionar por las características descritas como un capítulo de la serie "Black Mirror", creada por el guionista inglés Charlie Brooker, por los dilemas morales que presenta, el estilo narrativo de algunas entregas (véase, por ejemplo, el capítulo "Cállate y baila / Shut Up and Dance"), y la crítica a aspectos relativos a la sociedad actual, como en el caso de las redes sociales ("Caída en picado / Caída en picada / Nosedive"). Sin embargo, la complejidad del personaje protagonista, brillantemente interpretado por Eddie Marsan, y la actuación magistral de Paul Andersen (el resto del elenco no se queda atrás), consiguen generar una conexión emocional imprescindible, que no impide juzgar duramente sus comportamientos, relativizarlos o empatizar con ellos, algo de lo que la serie de Brooker carece en ocasiones.
Sin duda, las indicaciones de Jaume Collet-Serra ("Sin identidad / Unknown", "La huérfana / Orphan") productor ejecutivo del film, y la participación del coguionista Alberto Marini ("El desconocido", "Rec") quienes son cineastas expertos en el género, ha sido decisiva para que este primer trabajo de C. Alonso tenga la calidad suficiente para olvidar que se trata de una ópera prima, algo que para un director español podría ser comparable en el género, siendo generosos, quizá solo con "Tésis" (1995), obra maestra y primer largometraje de Alejandro Amenábar.
Por todo ello, para aquellos que buscan en "Feedback" simples emociones de terror y sustos (que los tiene), violentas y sangrientas escenas (aunque no carece de ellas), acción desmesurada sin finalidad y levantarse de la butaca como si nunca se hubiera sentado, esta no es su película, porque si hay algo que el film consigue, irremediablemente, es hacer reflexionar.
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