Crítica: "La Gomera", del Este europeo al Oeste canario
- por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
Por Fernando E. Juan Lima
La más reciente creación de ese gran director que es el rumano Corneliu Porumboiu comienza con "The Passenger", de Iggy Pop, para iniciar un viaje que los lleva desde su país a una de las más pequeñas y occidentales Islas Canarias, La Gomera, que da título a este thriller de autor.
En ese largo viaje, la trama sigue las traiciones cruzadas entre la mafia y la policía, en una sucesión de acuerdos que son hechos (casi siempre) para no ser cumplidos. El escenario de la investigación es la isla, famosa por su "silbo" gomero. Ciertos lingüistas dicen que fue lo que precedió a las lenguas habladas. De hecho, permitía a pueblos separados por valles muy grandes pedir auxilio o anunciar eventos a familiares separados por la escarpada geografía.
La historia las vamos conociendo de a partes, mediante los retazos que podemos conocer cuando nos son presentados cada uno de los protagonistas. Esa alteración temporal que puede dar un tono tarantinesco al asunto no hace que el director de "Policía, adjetivo / Politist, adjectiv" (2009) y "12:08 al este de Bucarest / A fost sau n-a fost?" (2006) abandone su habitual interés por la lengua (impagable la escena en la que la enseñanza de un pretendido idioma de silbidos muta en una clase sobre el alfabeto rumano) y por los efectos en el presente de una sociedad que ha vivido durante décadas hundida en una lógica de mentiras, apariencias y delaciones permanentes.
Todo en "La Gomera" es casi siempre de doble sentido, manipulador y ambiguo, lo sismo el sentido del humor que participa en el tema. Los actores son espiados de modo permanente por cámaras escondidas, en la casa, en los lugares cercanos, en el jardín o la piscina.
Si existiera algo de justicia, el tono más juguetón de esta película y el ritmo trepidante con el que, con mucho humor, una vuelta de tuerca sucede a la otra, tendríamos que prever una muy buena recepción.
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La más reciente creación de ese gran director que es el rumano Corneliu Porumboiu comienza con "The Passenger", de Iggy Pop, para iniciar un viaje que los lleva desde su país a una de las más pequeñas y occidentales Islas Canarias, La Gomera, que da título a este thriller de autor.
En ese largo viaje, la trama sigue las traiciones cruzadas entre la mafia y la policía, en una sucesión de acuerdos que son hechos (casi siempre) para no ser cumplidos. El escenario de la investigación es la isla, famosa por su "silbo" gomero. Ciertos lingüistas dicen que fue lo que precedió a las lenguas habladas. De hecho, permitía a pueblos separados por valles muy grandes pedir auxilio o anunciar eventos a familiares separados por la escarpada geografía.
La historia las vamos conociendo de a partes, mediante los retazos que podemos conocer cuando nos son presentados cada uno de los protagonistas. Esa alteración temporal que puede dar un tono tarantinesco al asunto no hace que el director de "Policía, adjetivo / Politist, adjectiv" (2009) y "12:08 al este de Bucarest / A fost sau n-a fost?" (2006) abandone su habitual interés por la lengua (impagable la escena en la que la enseñanza de un pretendido idioma de silbidos muta en una clase sobre el alfabeto rumano) y por los efectos en el presente de una sociedad que ha vivido durante décadas hundida en una lógica de mentiras, apariencias y delaciones permanentes.
Todo en "La Gomera" es casi siempre de doble sentido, manipulador y ambiguo, lo sismo el sentido del humor que participa en el tema. Los actores son espiados de modo permanente por cámaras escondidas, en la casa, en los lugares cercanos, en el jardín o la piscina.
Si existiera algo de justicia, el tono más juguetón de esta película y el ritmo trepidante con el que, con mucho humor, una vuelta de tuerca sucede a la otra, tendríamos que prever una muy buena recepción.
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