Crítica: "En la frontera", prejuicios urbanos

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"En la frontera"
"En la frontera"
Por Emiliano Basile   

El cineasta argentino que mejor retrató el conurbano bonaerense, José Celestino Campusano, describe en su nueva película, "En la frontera", el ambiente marginal de la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo el punto de vista no radica en los expulsados del sistema (que los hay en el film) sino en Vero (María Laura Álvarez), una mujer trabajadora con conciencia social que lucha contra sus prejuicios de clase y de género.

Vero tiene con su hermano mayor una empresa de construcción. Ser jefa en un mundo de hombres la llevó a tener más de un problema con sus empleados y en sus relaciones de pareja. Las situaciones que se le presentan la llevan a poner en jaque sus prejuicios. En la búsqueda de su propia identidad chocará con varias barreras sociales.

En esta película, José Celestino Campusano no se limita a poner la cámara en los marginales de la metrópoli, sino en la mirada que los grupos progresistas recuperan de ellos. Vemos a la protagonista grabar con su teléfono a los músicos y bailarines del subterráneo, discutir con un "trapito" o alistarse en una ONG para darles comida a personas en situación de calle.

Pero el foco de "En la frontera" (2020) está puesto en los grupos feministas y las discusiones al interior de ellos, al evidenciar las diferencias de criterios existentes y las dificultades presentadas cuando la teoría se contrapone con las necesidades humanas.

El cine del prolífico realizador de "Bajo mi piel morena" (2019) se caracteriza por su audacia en poner la cámara donde nadie lo hace, una mirada incómoda que invita a movilizar al espectador, muchas veces por la crudeza de los contextos marginales expuestos. En esta oportunidad la frontalidad radica en evidenciar los prejuicios de clase y género, que chocan con la compleja realidad. La escena del debate en el grupo de asistencia a mujeres víctimas de abuso, es un ejemplo concreto.

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