Crítica: "Baby", una película incómoda
- por © NOTICINE.com
Por Alvaro Juanas
El último trabajo de Juanma Bajo Ulloa ("Alas de mariposa") se podría definir con una sola palabra: incomodidad. El director vitoriano consigue con "Baby" (2020) que el espectador no esté cómodo en ningún momento en toda la película, y no porque el contenido que se vea en la pantalla no sea de calidad, si no por el halo de tensión que se crea alrededor de la historia. Este hace que no quieras mirar y a la vez no puedas dejar de hacerlo. La cinta ha contado para ello con un elenco únicamente femenino para hablar de algo tan sensible como es la maternidad, abordada en este largometraje de suspense desde una perspectiva diferente. Aún por estrenar en salas de cine, ya ha obtenido el galardón a Mejor Banda Sonora Original en el Festival de Sitges 2020 y no es para menos.
La historia narra cómo una joven alcohólica y drogadicta da a luz a un hijo en el momento cumbre de sus adicciones. Como es incapaz de cuidar de sí misma, y mucho menos de un bebe, opta por vendérselo a una matrona que parece de fiar. Arrepentida, decide volver a la casa de la señora a por el niño, o al menos a darle un recuerdo para que no la olvide. Sin embargo, lo que encontrará allí no es para nada lo que pueda esperar una persona normal. A través del film se ve como la madre decide hacer algo por su retoño dejando a un lado sus problemas por un momento y centrándose en otra persona, para lo que arriesgará todo lo que conoce, incluida su propia vida. De hecho, la obra se define a sí misma como "del temor al amor", toda una declaración de intenciones.
La película ahonda en los personajes que a través de su expresividad, pese a que en algún punto pueda parecer excesiva, es necesaria debido a la ausencia de diálogos. El simbolismo de las escenas y las interpretaciones se hace latente constantemente, permitiendo seguir el desarrollo de la protagonista. Dicho significado se hace patente todavía más por lo esperpéntico de algunas situaciones que hacen que no puedas predecir lo que va a suceder. La cinta trata así de la maternidad desde diferentes perspectivas, tanto del personaje principal como de los secundarios que aparecen, ya que cada uno lo asume de una forma completamente desigual tanto por sus actos como por sus emociones.
La trama carecería de fuerza si no fuera porque va a acompañada de una fotografía y una banda sonora que mantienen el hilo estirado a lo largo de la narrativa. Que no haya absolutamente ningún diálogo puede parecer algo pesado, pero no son necesarios porque con la música y las imágenes consigue someter al espectador a un estado de suspense constante. Además se entiende en todo momento a la perfección lo que está pasando sin necesidad de hablar. La composición de Koldo Uriarte y de Bingen Mendizábal lleva al espectador a sentirse parte de la historia y transmitir lo que el director pretende en cada ocasión, envolviendo a la perfección el ambiente haciéndolo acorde con cada escena, una combinación perfecta.
Se puede llevar a cabo de forma correcta gracias a las interpretaciones de su elenco, sobre todo de su protagonista la británica Rosie Day ("Todos los caminos conducen a Roma / All Roads Lead to Rome"). Se completa el reparto con Natalia Tena ("Te Quiero, Imbécil"), Harriet Sansom Harris ("Memento: Recuerdos de un crimen / Amnesia"), Charo López ("Secretos del corazón"), Mafalda Carbonell ("Vivir dos veces"), Susana Soleto ("La pequeña Suiza") y Amalia Ortells. Bajo Ulloa ha sabido sacarle en "Baby" el máximo partido a cada una de ellas, como ya hiciera en otras ocasiones como en "Alas de mariposa", otra trama de una relación materno-filial deficiente, por la que fue galardonado con dos premios Goya en 1991: Mejor guión original y Mejor Director Novel.
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El último trabajo de Juanma Bajo Ulloa ("Alas de mariposa") se podría definir con una sola palabra: incomodidad. El director vitoriano consigue con "Baby" (2020) que el espectador no esté cómodo en ningún momento en toda la película, y no porque el contenido que se vea en la pantalla no sea de calidad, si no por el halo de tensión que se crea alrededor de la historia. Este hace que no quieras mirar y a la vez no puedas dejar de hacerlo. La cinta ha contado para ello con un elenco únicamente femenino para hablar de algo tan sensible como es la maternidad, abordada en este largometraje de suspense desde una perspectiva diferente. Aún por estrenar en salas de cine, ya ha obtenido el galardón a Mejor Banda Sonora Original en el Festival de Sitges 2020 y no es para menos.
La historia narra cómo una joven alcohólica y drogadicta da a luz a un hijo en el momento cumbre de sus adicciones. Como es incapaz de cuidar de sí misma, y mucho menos de un bebe, opta por vendérselo a una matrona que parece de fiar. Arrepentida, decide volver a la casa de la señora a por el niño, o al menos a darle un recuerdo para que no la olvide. Sin embargo, lo que encontrará allí no es para nada lo que pueda esperar una persona normal. A través del film se ve como la madre decide hacer algo por su retoño dejando a un lado sus problemas por un momento y centrándose en otra persona, para lo que arriesgará todo lo que conoce, incluida su propia vida. De hecho, la obra se define a sí misma como "del temor al amor", toda una declaración de intenciones.
La película ahonda en los personajes que a través de su expresividad, pese a que en algún punto pueda parecer excesiva, es necesaria debido a la ausencia de diálogos. El simbolismo de las escenas y las interpretaciones se hace latente constantemente, permitiendo seguir el desarrollo de la protagonista. Dicho significado se hace patente todavía más por lo esperpéntico de algunas situaciones que hacen que no puedas predecir lo que va a suceder. La cinta trata así de la maternidad desde diferentes perspectivas, tanto del personaje principal como de los secundarios que aparecen, ya que cada uno lo asume de una forma completamente desigual tanto por sus actos como por sus emociones.
La trama carecería de fuerza si no fuera porque va a acompañada de una fotografía y una banda sonora que mantienen el hilo estirado a lo largo de la narrativa. Que no haya absolutamente ningún diálogo puede parecer algo pesado, pero no son necesarios porque con la música y las imágenes consigue someter al espectador a un estado de suspense constante. Además se entiende en todo momento a la perfección lo que está pasando sin necesidad de hablar. La composición de Koldo Uriarte y de Bingen Mendizábal lleva al espectador a sentirse parte de la historia y transmitir lo que el director pretende en cada ocasión, envolviendo a la perfección el ambiente haciéndolo acorde con cada escena, una combinación perfecta.
Se puede llevar a cabo de forma correcta gracias a las interpretaciones de su elenco, sobre todo de su protagonista la británica Rosie Day ("Todos los caminos conducen a Roma / All Roads Lead to Rome"). Se completa el reparto con Natalia Tena ("Te Quiero, Imbécil"), Harriet Sansom Harris ("Memento: Recuerdos de un crimen / Amnesia"), Charo López ("Secretos del corazón"), Mafalda Carbonell ("Vivir dos veces"), Susana Soleto ("La pequeña Suiza") y Amalia Ortells. Bajo Ulloa ha sabido sacarle en "Baby" el máximo partido a cada una de ellas, como ya hiciera en otras ocasiones como en "Alas de mariposa", otra trama de una relación materno-filial deficiente, por la que fue galardonado con dos premios Goya en 1991: Mejor guión original y Mejor Director Novel.
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