Crítica: "Amalgama", ligera como brisa marina
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Por Miguel Ravelo
Ya sea como director y guionista ("Besos de azúcar", 2013) o productor ("Desierto", 2015, de Jonás Cuarón), Carlos Cuarón es un cineasta cuyas obras no pasan desapercibidas, por mucho que algunas hayan sido opacadas por la fama de su hermano Alfonso. Este 2020, luego de 7 años de su último largometraje como realizador, llega "Amalgama", una comedia con algunas pinceladas dramáticas.
Carlos Cuarón ha probado ser un eficaz director de comedia. Con "Rudo y Cursi", de 2008, mostró su buena mano al dirigir a Diego Luna, Gael García Bernal y Guillermo Francella en una de las más frescas y divertidas comedias mexicanas del año. Más tarde, con "Besos de azúcar", el realizador optó por un drama citadino que no resultó tan favorable como la comedia antes mencionada. Con "Amalgama", Cuarón regresa al género que le ha dado mejores resultados, presentándonos la historia de cuatro personajes en un fin de semana peculiar: Elena (Stephanie Cayo), Hugo (Miguel Rodarte), Saúl (Tony Dalton) y Chema (Manolo Cardona). El punto de encuentro entre estos cuatro disímiles personajes es la odontología: un congreso en unas playas paradisiacas los hizo coincidir, para posteriormente escaparse a una isla cercana buscando vivir un fin de semana de diversión y excesos, olvidando a sus familias y obligaciones.
El escape, por supuesto, resultará todo menos divertido para el cuarteto protagónico. Mientras Hugo y Saúl intentan conquistar a Elena, Chema tiene una crisis con su pareja, quien no deja de buscarlo y recriminarle errores del pasado. Hugo y Saúl no se quedan atrás: amigos desde hace años, ambos han desarrollado sus carreras en constante competencia con el otro, y al verse atrapados en la isla se darán cuenta que los dos tienen secretos guardados que afectarán severamente la relación de amistad con su colega.
Cuarón ha demostrado que su trabajo como guionista es el punto más sólido dentro de su trayectoria: "Sólo con tu pareja", de Alfonso Cuarón; "¿Quién diablos es Juliette?", de Carlos Marcovich, o la fundamental "Y tu mamá también", igualmente dirigida por su hermano Alfonso, son muestra de una visión aguda escribiendo comedia no exenta de crítica, además del desarrollo de atractivos y entrañables personajes. Sin embargo, "Amalgama", sin ser del todo fallida, palidece ante los ejemplos antes mencionados. Encerrar a personajes en una habitación mientras antiguas discordias comienzan a ver la luz siempre será un ejercicio atractivo tanto para un guionista como para un director, quienes deberán aprovechar las limitantes espaciales para contar su historia de la forma más dinámica posible, generando la tensión ofrecida por el espacio reducido.
"Amalgama" cuenta con buenos momentos de comedia y los personajes consiguen entretener, sin bien pecan de ser poco o nada complejos. Esto no se debe a la superficialidad propia de cada personaje, sino que el guion decide no profundizar en sus problemáticas tal vez para no perder el tono de comedia que la película busca durante todo su metraje. Los actores resuelven el compromiso de manera solvente y transmiten lo absurdo de los comportamientos infantiles de los personajes, pero a la nueva propuesta de Cuarón le hizo falta la agudeza de, por ejemplo, "Perfectos desconocidos", de Alex de la Iglesia: otra comedia con personajes confinados en una sola habitación que no solamente es divertida y tremendamente inquietante, sino que propone temas de un filo notable que "Amalgama", aunque intenta acercarse a ellos, no termina por alcanzar.
En la más reciente propuesta de Carlos Cuarón puede encontrarse una opción que si bien llega a ser divertida y proveer un rato ligero e inofensivo, también es una película que propone poco y arriesga menos. No resultó sencillo encontrar una razón de peso para descubrirla participando dentro de la terna más importante del último Festival de Morelia.
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Ya sea como director y guionista ("Besos de azúcar", 2013) o productor ("Desierto", 2015, de Jonás Cuarón), Carlos Cuarón es un cineasta cuyas obras no pasan desapercibidas, por mucho que algunas hayan sido opacadas por la fama de su hermano Alfonso. Este 2020, luego de 7 años de su último largometraje como realizador, llega "Amalgama", una comedia con algunas pinceladas dramáticas.
Carlos Cuarón ha probado ser un eficaz director de comedia. Con "Rudo y Cursi", de 2008, mostró su buena mano al dirigir a Diego Luna, Gael García Bernal y Guillermo Francella en una de las más frescas y divertidas comedias mexicanas del año. Más tarde, con "Besos de azúcar", el realizador optó por un drama citadino que no resultó tan favorable como la comedia antes mencionada. Con "Amalgama", Cuarón regresa al género que le ha dado mejores resultados, presentándonos la historia de cuatro personajes en un fin de semana peculiar: Elena (Stephanie Cayo), Hugo (Miguel Rodarte), Saúl (Tony Dalton) y Chema (Manolo Cardona). El punto de encuentro entre estos cuatro disímiles personajes es la odontología: un congreso en unas playas paradisiacas los hizo coincidir, para posteriormente escaparse a una isla cercana buscando vivir un fin de semana de diversión y excesos, olvidando a sus familias y obligaciones.
El escape, por supuesto, resultará todo menos divertido para el cuarteto protagónico. Mientras Hugo y Saúl intentan conquistar a Elena, Chema tiene una crisis con su pareja, quien no deja de buscarlo y recriminarle errores del pasado. Hugo y Saúl no se quedan atrás: amigos desde hace años, ambos han desarrollado sus carreras en constante competencia con el otro, y al verse atrapados en la isla se darán cuenta que los dos tienen secretos guardados que afectarán severamente la relación de amistad con su colega.
Cuarón ha demostrado que su trabajo como guionista es el punto más sólido dentro de su trayectoria: "Sólo con tu pareja", de Alfonso Cuarón; "¿Quién diablos es Juliette?", de Carlos Marcovich, o la fundamental "Y tu mamá también", igualmente dirigida por su hermano Alfonso, son muestra de una visión aguda escribiendo comedia no exenta de crítica, además del desarrollo de atractivos y entrañables personajes. Sin embargo, "Amalgama", sin ser del todo fallida, palidece ante los ejemplos antes mencionados. Encerrar a personajes en una habitación mientras antiguas discordias comienzan a ver la luz siempre será un ejercicio atractivo tanto para un guionista como para un director, quienes deberán aprovechar las limitantes espaciales para contar su historia de la forma más dinámica posible, generando la tensión ofrecida por el espacio reducido.
"Amalgama" cuenta con buenos momentos de comedia y los personajes consiguen entretener, sin bien pecan de ser poco o nada complejos. Esto no se debe a la superficialidad propia de cada personaje, sino que el guion decide no profundizar en sus problemáticas tal vez para no perder el tono de comedia que la película busca durante todo su metraje. Los actores resuelven el compromiso de manera solvente y transmiten lo absurdo de los comportamientos infantiles de los personajes, pero a la nueva propuesta de Cuarón le hizo falta la agudeza de, por ejemplo, "Perfectos desconocidos", de Alex de la Iglesia: otra comedia con personajes confinados en una sola habitación que no solamente es divertida y tremendamente inquietante, sino que propone temas de un filo notable que "Amalgama", aunque intenta acercarse a ellos, no termina por alcanzar.
En la más reciente propuesta de Carlos Cuarón puede encontrarse una opción que si bien llega a ser divertida y proveer un rato ligero e inofensivo, también es una película que propone poco y arriesga menos. No resultó sencillo encontrar una razón de peso para descubrirla participando dentro de la terna más importante del último Festival de Morelia.
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