Crítica: "La casa de las flores: La película", capítulo largo del melodrama kitsch de Manolo Caro
- por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
Por Juan Pablo Russo
En agosto de 2018 se estrenó en Netflix la serie mexicana "La casa de las flores", centrada en las miserias de la acomodada familia De la Mora. Desde entonces, su historia deambuló entre la comedia de enredos y el drama telenovelesco a través de tres temporadas. Durante el confinamiento por el COVID-19, Manolo Caro comenzó a imaginar una forma de traer de regreso a los protagonistas y finalmente lo consiguió.
"La casa de las flores" supuso el desembarco de uno de los directores mexicanos más innovadores de los últimos tiempos en la plataforma de streaming a través de la relectura del clásico género del melodrama. Con tres temporadas y un capítulo especial, la historia de los De la Mora regresó en una película, que no es otra cosa que un "capítulo XL" y por algunos indicios que aparecen sobre el final todo indica que no sería el único. Los fans, agradecidos.
Experiencias como la de "La casa de las flores" ya habían sido probadas por Netflix cuando le puso fin abruptamente a "Sense 8" y los fans reclamaban un final. Fue así que a los 12 capítulos de cada una de sus dos temporadas se le sumó un largometraje que funcionó como epílogo final. Ahora la situación aquí es diferente, porque "La casa de las flores", sí tuvo un final, pero al parecer director y actores se quedaron con ganas de más y decidieron volver con una nueva historia que involucra de nuevo a todo el clan familiar.
La trama, que si bien tiene una continuidad también funciona de manera independiente, se centra en la recuperación de un "tesoro" que quedó dentro de la casa que había sido propiedad de los De la Mora. Escondido en un lugar secreto, la caja, de la que solo Delia, la ama de llaves, conoce su contenido, puede ser decisiva para el futuro de los hermanos.
Delia, está internada en un hospital y tiene a Paulina como cómplice del secreto, el personaje interpretado por la extraordinaria Cecilia Suárez. En medio de las alucinaciones provocadas por la medicación recuerda que en la vieja mansión hay una especie de tesoro que guardaron Paulina y su hermana Elena cuando eran niñas. Delia, le pide ir a buscarlo porque tuvo una epifanía y asegura que allí está guardada la prueba que necesitan para demostrar que Agustín Corcuera es el asesino de Pato, el verdadero padre de Paulina. Con la ayuda de sus hermanos Elena y Julián, de su cuñado Diego y su exMaría José, elaborarán un plan para recuperar lo que la caja esconde.
Caro juega con una puesta en escena donde conjuga el presente con el pasado en un mismo tiempo y espacio. Es decir, por un lado, narra el atraco que los De la Mora pretenden dar en la antigua casa, mientras que por el otro reconstruye una vieja historia ancestral. Los personajes de ambos entramados narrativos se cruzan y muchas veces interactúan entre sí.
"La casa de las flores (2021)" sigue con su espíritu kitsch en clave de melodrama, una estética visual donde los colores explotan, la música de antaño se vuelve actual y los personajes derrapan cada vez más. Una hora y media para pasarla bien y volver a encontrase con la excéntrica familia De la Mora, en el presente, pero también en el pasado. Y porqué no en un futuro próximo.
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En agosto de 2018 se estrenó en Netflix la serie mexicana "La casa de las flores", centrada en las miserias de la acomodada familia De la Mora. Desde entonces, su historia deambuló entre la comedia de enredos y el drama telenovelesco a través de tres temporadas. Durante el confinamiento por el COVID-19, Manolo Caro comenzó a imaginar una forma de traer de regreso a los protagonistas y finalmente lo consiguió.
"La casa de las flores" supuso el desembarco de uno de los directores mexicanos más innovadores de los últimos tiempos en la plataforma de streaming a través de la relectura del clásico género del melodrama. Con tres temporadas y un capítulo especial, la historia de los De la Mora regresó en una película, que no es otra cosa que un "capítulo XL" y por algunos indicios que aparecen sobre el final todo indica que no sería el único. Los fans, agradecidos.
Experiencias como la de "La casa de las flores" ya habían sido probadas por Netflix cuando le puso fin abruptamente a "Sense 8" y los fans reclamaban un final. Fue así que a los 12 capítulos de cada una de sus dos temporadas se le sumó un largometraje que funcionó como epílogo final. Ahora la situación aquí es diferente, porque "La casa de las flores", sí tuvo un final, pero al parecer director y actores se quedaron con ganas de más y decidieron volver con una nueva historia que involucra de nuevo a todo el clan familiar.
La trama, que si bien tiene una continuidad también funciona de manera independiente, se centra en la recuperación de un "tesoro" que quedó dentro de la casa que había sido propiedad de los De la Mora. Escondido en un lugar secreto, la caja, de la que solo Delia, la ama de llaves, conoce su contenido, puede ser decisiva para el futuro de los hermanos.
Delia, está internada en un hospital y tiene a Paulina como cómplice del secreto, el personaje interpretado por la extraordinaria Cecilia Suárez. En medio de las alucinaciones provocadas por la medicación recuerda que en la vieja mansión hay una especie de tesoro que guardaron Paulina y su hermana Elena cuando eran niñas. Delia, le pide ir a buscarlo porque tuvo una epifanía y asegura que allí está guardada la prueba que necesitan para demostrar que Agustín Corcuera es el asesino de Pato, el verdadero padre de Paulina. Con la ayuda de sus hermanos Elena y Julián, de su cuñado Diego y su exMaría José, elaborarán un plan para recuperar lo que la caja esconde.
Caro juega con una puesta en escena donde conjuga el presente con el pasado en un mismo tiempo y espacio. Es decir, por un lado, narra el atraco que los De la Mora pretenden dar en la antigua casa, mientras que por el otro reconstruye una vieja historia ancestral. Los personajes de ambos entramados narrativos se cruzan y muchas veces interactúan entre sí.
"La casa de las flores (2021)" sigue con su espíritu kitsch en clave de melodrama, una estética visual donde los colores explotan, la música de antaño se vuelve actual y los personajes derrapan cada vez más. Una hora y media para pasarla bien y volver a encontrase con la excéntrica familia De la Mora, en el presente, pero también en el pasado. Y porqué no en un futuro próximo.
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