Crítica Netflix: "La ira de Dios", fallida transposición de la novela de Guillermo Martínez

por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
"La ira de Dios"
"La ira de Dios"
La nueva película del argentino Sebastián Schindel "La ira de Dios", basada en la novela "La muerte lenta de Luciana B", del escritor Guillermo Martínez, resulta, como el entramado que mueve la historia, una inexplicable sucesión de hechos que de haberse corregido a tiempo hubieran dado otro resultado.

Producida por Netflix, la historia de "La ira de Dios" (2022) se centra en Luciana Blanco (una inexpresiva Macarena Achaga y primer gran error de un casting que no funciona como debiera), una estudiante envuelta en un espiral de muertes familiares y donde el principal sospechoso es Kloster (Diego Peretti haciendo un personaje que deambula entre el pastor de "El Reino" y el retorcido escritor de "Ecos de un crimen"), un exitoso escritor de novelas al que denunció por acoso. Aunque un dato no menor es que todas las muertes fueron accidentales producto de la casualidad y no hay pruebas fehacientes que lo involucren. Solo el azar.

"La muerte lenta de Luciana B." es conocida no solo por su éxito en librerías, sino también, en el mundillo del cine, porque iba a ser filmada por Adolfo Aristarain con los protagónicos de Celeste Cid, Dario Grandinetti y Juan Diego Botto, un proyecto que quedó truncado a meses del inicio de su rodaje y que casi quince años después retomó Schindel, con otro elenco y con Netflix como principal aliado, para convertirla en éxito más allá de los resultados artísticos y estéticos.

Sebastián Schindel ("Crímenes de familia", 2020) es un director experimentado que sabe combinar a la perfección el género, lo autoral y aquello que el espectador espera y que hace que una película funcione. Algo que Netflix tiene en claro y que ya demostró en obras anteriores como "El patrón, radiografía de un crimen" (2013), "El hijo" (2019), su primera incursión cinematográfica a la literatura de Guillermo Martínez, o la exitosa "Crímenes de familia". Y si bien es cierto que "La ira de Dios" desde lo técnico es impecable, con un dream team de los mejores en cada rubro, la película falla principalmente en la adaptación y el casting. La narración carece de la ambigüedad de la novela, los matices no existen como tampoco el misterio y la oscuridad que de sus páginas brotaba, y todo avanza a una velocidad de crucero donde a la media hora de metraje ya se tiene en claro el desenlace final y de ahí todo se siente forzado.

El otro gran problema es el casting, más allá de la inexplicable elección de la protagonista femenina, a la que sin dudas el personaje le queda grande, mucho no se entiende porque actores experimentados como Peretti o Juan Minujín declaman sus textos de manera teatral en lugar de actuar de manera natural. La verborragia impostada de los personajes no solo irrita, sino que hace que uno como espectador no se crea ni media palabra de unos parlamentos que muchas veces no conducen a ningún lugar y confunden más que aclarar.

"La ira de Dios" es un thriller que, más allá de abrir varios frentes, pasados los primeros minutos ve forzada toda su estructura narrativa hacia situaciones que no se sabe muy bien como llegaron hasta ahí. Aburre, el peor pecado en el que puede caer una película de género, y se pierde todo el interés por aquello que pueda llegar a venir. Da la sensación de que no solo el personaje le quedó grande a la actriz elegida, sino que la novela le quedó grande al resto.

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