Crítica: "Mantícora", la fiera que llevamos dentro
- por © NOTICINE.com
Por Eduardo Larrocha
"Mantícora", la última película dirigida por Carlos Vermut, evoca en el título la referencia a una criatura mitológica con cabeza humana, cuerpo de león y cola de dragón. El monstruo es capaz de expulsar espinas venenosas para incapacitar o matar a sus presas.
Quien sufre y es poseído por este ser quimérico es Julián. El protagonista de "Mantícora" es un creador de videojuegos en realidad virtual con variadas patologías y que Nacho Sánchez interpreta de forma magnífica. Al actor le recordamos especialmente en su papel de Ismael, el hermano mayor del joven Héctor, en "Diecisiete"(2019). Su contrapunto lo pone Diana, una cuidadora vocacional que nos lleva a descubrir a una prometedora Zoe Stein. Ambos actores protagonizan este thriller en apariencia tranquilo teñido de normalidad que cada vez resulta más inquietante sin que sepamos el porqué de esa inquietud que nace en el principio de la película, trazado sin apenas ser visto en extrañas formas de realidad virtual.
Julián, ejerce la profesión de diseñador gráfico de Monstruos. Los mismos que irá descubriendo en su interior donde existen puertas cerradas y reprimidas y que en algún momento se abren más allá de lo socialmente aceptable. Enseguida vemos al valeroso protagonista de "Manticora" salvando a un niño de un incendio. Ese encuentro heroico marcará un antes y un después en la vida del salvador. En "Mantícora" la realidad virtual es una inteligente arma narrativa para el fuera de campo.
Las escenas de recreación virtual con gafas 3D permiten imaginar unos espacios en off compaginados con diálogos más cotidianos. Julián y Diana pasean por Madrid mientras charlan al estilo de esos diálogos que son el signo y marca de las películas de Jonás Trueba. También esas conversaciones pueden recordarnos a lo que hablan algunos personajes en películas de Erich Rommer. Esta producción española que se estrenó en el último Festival de Sitges evoluciona al ritmo de una banda sonora musical que siempre está justificada.
"Mantícora" es un drama sobre el monstruo que todos podemos llevar dentro y que podemos emparentar con las series negras de Goya. No es casualidad que en un momento los protagonistas visitan la sala correspondiente del pintor aragonés en el Museo del Prado
En forma de elipsis se sugiere lo más perturbado de los personajes con un relato de terror como metáfora. Eso representa la historia que Diana quiere ver al final de la película junto a un Julián ya maltrecho.
Estamos ante una evolución a mejor de Carlos Vermut desde la casi inicial "Magical Girl" (2014). Quizá sea "Mantícora" una de las mejores películas de un año de cine español muy fértil como supongo que van a demostrar sucesivamente los Premios Forqué, los premios de los críticos y finalmente las preciadas estatuillas de los Goya.
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"Mantícora", la última película dirigida por Carlos Vermut, evoca en el título la referencia a una criatura mitológica con cabeza humana, cuerpo de león y cola de dragón. El monstruo es capaz de expulsar espinas venenosas para incapacitar o matar a sus presas.
Quien sufre y es poseído por este ser quimérico es Julián. El protagonista de "Mantícora" es un creador de videojuegos en realidad virtual con variadas patologías y que Nacho Sánchez interpreta de forma magnífica. Al actor le recordamos especialmente en su papel de Ismael, el hermano mayor del joven Héctor, en "Diecisiete"(2019). Su contrapunto lo pone Diana, una cuidadora vocacional que nos lleva a descubrir a una prometedora Zoe Stein. Ambos actores protagonizan este thriller en apariencia tranquilo teñido de normalidad que cada vez resulta más inquietante sin que sepamos el porqué de esa inquietud que nace en el principio de la película, trazado sin apenas ser visto en extrañas formas de realidad virtual.
Julián, ejerce la profesión de diseñador gráfico de Monstruos. Los mismos que irá descubriendo en su interior donde existen puertas cerradas y reprimidas y que en algún momento se abren más allá de lo socialmente aceptable. Enseguida vemos al valeroso protagonista de "Manticora" salvando a un niño de un incendio. Ese encuentro heroico marcará un antes y un después en la vida del salvador. En "Mantícora" la realidad virtual es una inteligente arma narrativa para el fuera de campo.
Las escenas de recreación virtual con gafas 3D permiten imaginar unos espacios en off compaginados con diálogos más cotidianos. Julián y Diana pasean por Madrid mientras charlan al estilo de esos diálogos que son el signo y marca de las películas de Jonás Trueba. También esas conversaciones pueden recordarnos a lo que hablan algunos personajes en películas de Erich Rommer. Esta producción española que se estrenó en el último Festival de Sitges evoluciona al ritmo de una banda sonora musical que siempre está justificada.
"Mantícora" es un drama sobre el monstruo que todos podemos llevar dentro y que podemos emparentar con las series negras de Goya. No es casualidad que en un momento los protagonistas visitan la sala correspondiente del pintor aragonés en el Museo del Prado
En forma de elipsis se sugiere lo más perturbado de los personajes con un relato de terror como metáfora. Eso representa la historia que Diana quiere ver al final de la película junto a un Julián ya maltrecho.
Estamos ante una evolución a mejor de Carlos Vermut desde la casi inicial "Magical Girl" (2014). Quizá sea "Mantícora" una de las mejores películas de un año de cine español muy fértil como supongo que van a demostrar sucesivamente los Premios Forqué, los premios de los críticos y finalmente las preciadas estatuillas de los Goya.
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