Crítica: "Una noche con Adela", inolvidable penitencia

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"Una noche con Adela"
"Una noche con Adela"
Por Eduardo Larrocha      

"Una noche con Adela" (2023) es el primer largometraje de Hugo Ruiz después de dirigir tres cortos. Esta producción española se estrenó el pasado mes de junio en el Festival de Tribeca, el certamen  fundado por Robert de Niro, y acaba de llegar a las salas nacionales. En el Palmarés del certamen de Utah, "Una noche con Adela" se hizo con el premio al mejor director novel. Es la primera vez que tal honor ha correspondido a un director español.
    
Lo más destacable de esta película es la actuación de Laura Galán, la actriz a la que hemos conocido el año pasado en el amargo personaje de Sara en "Cerdita", que le valió  ganar el Goya a la actriz revelación. Aunque por su papel en "Una noche con Adela" se lo podría merecer este año como actriz protagonista, Laura Galán no repetirá premio Goya porque no está entre las candidatas.  

Al igual que Sara, Adela, en este thriller sicológico de Hugo Ruiz, es también un personaje amargo, y vengativo. En un supuesto plano secuencia, algo así como el principio de "Sed de mal"(1958) de Orson Welles o más todavía "La soga" de Hitchcok, con un plano que dura toda la película, "Una noche con Adela" sigue las andanzas y venganzas del personaje mientras ella realiza su trabajo de barrendera nocturna. ¡Vaya metáfora la de recoger inmundicias!



Ya en el comienzo de su periplo por la noche madrileña, enfundada en un traje del servicio de recogida de residuos urbanos, se ve inmersa en un  episodio trágico, para luego pasar a reunirse con sus compañeros. Al principio al espectador parece que le están contando las desgracias y desprecios que sufren las personas obesas -que ahora se llama gordofobia- en la mirada  de los otros. Pero "Una noche con Adela" sigue adelante y no sabemos hacia dónde va esta mujer que gesticula con una rabia que parece nacer de sus entrañas.

En el trayecto hasta el lugar de su venganza, al que sabemos que se dirige, conecta varias veces a través de su  Smartphone con aquel legendario programa nocturno de "Hablar por hablar". Al otro lado del micrófono está Gemma Nierga,  que intenta frenar la locura que aprisiona y hierve el alma de  Adela. A la periodista de la Cadena SER no la vemos, sólo la escuchamos en su diálogo con la protagonista. No puedo desvelar varias sorpresas que aún quedan en los más de cien minutos de metraje. Todo lleva a un desenlace inesperado que mantiene la tensión en "Una noche con Adela". Quizá  resulte exagerada la sobreactuación de Laura Galán, pero consigue despertar empatía. Al fin y al cabo su objetivo es vengarse de quienes han hecho de ella una ruina humana. Cada espectador al final dará el veredicto.

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