Crítica Netflix: "Clanes", cabos sueltos en Galicia

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"Clanes"
"Clanes"
Por Carolina G. Guerrero      

Ya está en Netflix la serie de producción española "Clanes", con un tema últimamente reiterativo, el de las historias de narcotráfico en tierras gallegas. La serie nace de un guion de Jorge Guerricaechevarría, y la dirige Roger Gual. La historia comienza en el tiempo presente, cuando el padre de Ana, una abogada de éxito afincada en Madrid, a la que da vida Clara Lago, aparece tiroteado en su embarcación de recreo en Canarias.

Comienza en ese momento una búsqueda intensa por parte de la hija, que lo deja todo para irse a vivir a Cambados e investigar por su cuenta quién puede estar detrás del asesinato de su padre.

Nada más llegar al pueblo costero, abre un nuevo despacho para ofrecer sus servicios jurídicos a quien lo necesite, y es así como conoce a Daniel (Tamar Novas), hijo de uno de los narcotraficantes y cabeza visible del clan "Padín". Daniel es un chico honrado, sensible y al que no le gusta la violencia.



José Padín, el padre de Daniel, está a punto de salir de prisión después de muchos años, y un supuesto soplo de uno de los suyos. Luego, por otra parte, está la familia de Berta, interpretada por María Pujalte, a la que han caracterizado de forma grotesca (no había necesidad de tanta peluca mal puesta). María es mucha María y se luce en su papel de madre y abuela superviviente; su hija le ayuda a regentar el bar del pueblo no sin problemas, pues el ambiente es asfixiante, y las peleas y crímenes entre clanes muchas veces se dan en el escenario de esa cafetería.

Ana descubre en la lectura del testamento de su padre que Berta y su hija fueron muy importantes en su vida, y este es otro tema a investigar. La chica no da abasto en cuanto pisa tierras gallegas; tanto el clan Padín, como Berta y otros familiares, llamarán a la puerta de su bufete para que les solucione la vida.

Mientras tanto, los esbirros de Padín la tendrán vigilada. Mientras todo esto ocurre, se forja una historia de amor entre el hijo del capo y la joven abogada. Los escenarios donde se desarrolla la acción, con persecuciones policiales incluidas en las rías, están bien llevados.

Todo el tema de acción está aprobado, no tanto la química entre la pareja de enamorados. Diríamos que se les ve poco implicados en la pasión, vamos, que no te la crees mucho, independientemente de que tanto Clara como Tamar hacen un buen trabajo en esta serie, que tiene viajes en el tiempo y que va dejando demasiadas lagunas y frentes abiertos que, desde luego, no se esclarecen al término de esta primera temporada.

Una serie que entretiene y te mantiene, sobre todo por sus dos personajes protagonistas y algunos misterios familiares sin resolver. No vamos a descubrir cuántos de sus personajes perecen durante tantos fuegos cruzados... pero son unos cuantos. Se perciben bastantes incongruencias, puertas abiertas que luego no se cierran, demasiados hilos que no se ve dónde acaban. Esperemos que haya una segunda temporada para poder recomponer las piezas de un puzle demasiado complicado. Ya veremos, porque ya se sabe que Netflix muchas veces deja las ficciones inacabadas y se queda tan ancho.

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