Crítica de "Continente": Davi Pretto y una reflexión sobre el poder en la oscuridad rural
- por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
Por Juan Pablo Russo
A través de una narrativa rica en símbolos y alegorías, "Continente: Algunas heridas nunca sanan" (2024) explora las múltiples facetas de la violencia y las complejas dinámicas de poder en un pueblo rural de Brasil, invitando al espectador a una reflexión profunda sobre el control y la resistencia en una sociedad fragmentada.
La tercera película de Davi Pretto, presentada recientemente en el Festival de Múnich, presenta una narrativa intensa que sigue a una joven que regresa a su pueblo natal después de quince años en Francia. Obligada por la inminente muerte de su padre, un influyente terrateniente, la protagonista se encuentra atrapada en un legado oscuro y opresivo que trasciende sus recuerdos de infancia.
Pretto utiliza símbolos y alegorías para desentrañar los complejos nudos de dominación y sumisión que tejen la trama social y política del pueblo. La narrativa aborda múltiples facetas de la violencia, desafiando al espectador a reflexionar sobre las dinámicas de poder y los sacrificios necesarios para mantener el orden establecido. Esta exploración se ve enriquecida por las interpretaciones del elenco, compuesto por Olivia Torres, Ana Flavia Cavalcanti, Corentin Fila, Breno de Filippo, Silvia Duarte y el argentino Mauricio Paniagua. Cada actuación profundiza en los límites entre la ética y la supervivencia en un entorno donde la violencia es tanto física como simbólica y estructural.
La puesta en escena de Pretto destaca por su habilidad para crear una atmósfera opresiva y cargada de tensión. Los escenarios naturales del pueblo, filmados con una estética que resalta tanto la belleza como la hostilidad del entorno, refuerzan la sensación de aislamiento y claustrofobia que experimenta la protagonista. La fotografía, con su uso de sombras y luces tenues, contribuye a la creación de un ambiente casi fantasmal que refleja el estado emocional de los personajes.
La estructura narrativa de "Continente: Algunas heridas nunca sanan" se despliega con un ritmo pausado pero implacable, permitiendo que los elementos de la historia se revelen gradualmente. Este enfoque no solo mantiene el suspense, sino que también permite una inmersión profunda en las complejidades de la trama. A través de secuencias oníricas, el espectador es llevado a un viaje introspectivo que explora los traumas y secretos de la protagonista y su entorno.
El guion de Pretto, Igor Verde y Paola Wink no ofrece soluciones fáciles ni redenciones claras. En su lugar, presenta un retrato brutal de una sociedad atrapada en un ciclo de violencia y opresión. La violencia no se limita a lo físico; también explora las dimensiones simbólicas y estructurales de la misma. Las interacciones entre los personajes están cargadas de tensiones implícitas que reflejan las jerarquías de poder existentes en el pueblo.
El terror se manifiesta de manera sutil y penetrante, más psicológico que explícito. La sensación de amenaza constante está presente en la vida cotidiana del pueblo, permeando cada interacción y decisión de los personajes. Pretto utiliza el ambiente rural, con su aparente calma y belleza natural, como un contraste inquietante a la oscuridad que yace debajo de la superficie.
"Continente: Algunas heridas nunca sanan" no es solo un drama de terror inquietante, sino también una reflexión profunda sobre los mecanismos de control y resistencia en una sociedad fragmentada.. A través de una narrativa compleja y visualmente impactante, la película se establece como una poderosa exploración de la naturaleza del poder y la resistencia.
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A través de una narrativa rica en símbolos y alegorías, "Continente: Algunas heridas nunca sanan" (2024) explora las múltiples facetas de la violencia y las complejas dinámicas de poder en un pueblo rural de Brasil, invitando al espectador a una reflexión profunda sobre el control y la resistencia en una sociedad fragmentada.
La tercera película de Davi Pretto, presentada recientemente en el Festival de Múnich, presenta una narrativa intensa que sigue a una joven que regresa a su pueblo natal después de quince años en Francia. Obligada por la inminente muerte de su padre, un influyente terrateniente, la protagonista se encuentra atrapada en un legado oscuro y opresivo que trasciende sus recuerdos de infancia.
Pretto utiliza símbolos y alegorías para desentrañar los complejos nudos de dominación y sumisión que tejen la trama social y política del pueblo. La narrativa aborda múltiples facetas de la violencia, desafiando al espectador a reflexionar sobre las dinámicas de poder y los sacrificios necesarios para mantener el orden establecido. Esta exploración se ve enriquecida por las interpretaciones del elenco, compuesto por Olivia Torres, Ana Flavia Cavalcanti, Corentin Fila, Breno de Filippo, Silvia Duarte y el argentino Mauricio Paniagua. Cada actuación profundiza en los límites entre la ética y la supervivencia en un entorno donde la violencia es tanto física como simbólica y estructural.
La puesta en escena de Pretto destaca por su habilidad para crear una atmósfera opresiva y cargada de tensión. Los escenarios naturales del pueblo, filmados con una estética que resalta tanto la belleza como la hostilidad del entorno, refuerzan la sensación de aislamiento y claustrofobia que experimenta la protagonista. La fotografía, con su uso de sombras y luces tenues, contribuye a la creación de un ambiente casi fantasmal que refleja el estado emocional de los personajes.
La estructura narrativa de "Continente: Algunas heridas nunca sanan" se despliega con un ritmo pausado pero implacable, permitiendo que los elementos de la historia se revelen gradualmente. Este enfoque no solo mantiene el suspense, sino que también permite una inmersión profunda en las complejidades de la trama. A través de secuencias oníricas, el espectador es llevado a un viaje introspectivo que explora los traumas y secretos de la protagonista y su entorno.
El guion de Pretto, Igor Verde y Paola Wink no ofrece soluciones fáciles ni redenciones claras. En su lugar, presenta un retrato brutal de una sociedad atrapada en un ciclo de violencia y opresión. La violencia no se limita a lo físico; también explora las dimensiones simbólicas y estructurales de la misma. Las interacciones entre los personajes están cargadas de tensiones implícitas que reflejan las jerarquías de poder existentes en el pueblo.
El terror se manifiesta de manera sutil y penetrante, más psicológico que explícito. La sensación de amenaza constante está presente en la vida cotidiana del pueblo, permeando cada interacción y decisión de los personajes. Pretto utiliza el ambiente rural, con su aparente calma y belleza natural, como un contraste inquietante a la oscuridad que yace debajo de la superficie.
"Continente: Algunas heridas nunca sanan" no es solo un drama de terror inquietante, sino también una reflexión profunda sobre los mecanismos de control y resistencia en una sociedad fragmentada.. A través de una narrativa compleja y visualmente impactante, la película se establece como una poderosa exploración de la naturaleza del poder y la resistencia.
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