Crítica: "Escape", una tragicomedia con Mario Casas en su papel más sorprendente

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Mario Casas, en "Escape"
Mario Casas, en "Escape"
Por Santiago Echeverría      

La española "Escape", de Rodrigo Cortés, protagonizada por Mario Casas y con producción ejecutiva de Martin Scorsese, es una tragicomedia de estilo transgresor, original y con una notable potencia visual. Esta cinta, que combina elementos de thriller y comedia absurda, sigue a N (interpretado por Casas), un personaje que, cargado de culpa por la muerte de su esposa embarazada, busca la prisión como un medio de expiación y renuncia total de su libertad. Sin embargo, este viaje a contracorriente resulta en una serie de interacciones con personajes extravagantes y situaciones kafkianas que revelan el enfoque inusual del director.

Uno de los aspectos más elogiables de "Escape" es la puesta en escena meticulosa y la dirección precisa de Cortés, quien orquesta cada plano con un esmero que otorga peso y significado visual a la historia. Las transiciones entre escenas, los diálogos cargados de ironía y un montaje dinámico crean una atmósfera densa y provocativa que juega constantemente con el absurdo, pero también con el riesgo de dejar a algunos espectadores en fuera de juego.



La interpretación de Mario Casas destaca notablemente. Su personaje, que oscila entre la lucidez y la locura, muestra una gama de emociones que logra conectar en ciertos momentos con el espectador, aunque en otros resulte distante o incomprensible. Casas retrata a un hombre atrapado en su propia psique, en un rol que exige de él una transformación profunda y matices complejos. A su lado, Anna Castillo, José Sacristán, Blanca Portillo y Guillermo Toledo completan un reparto coral que aporta un tono cómico, exagerado pero necesario, que refuerza el carácter surrealista de la película.

Sin embargo, "Escape" también presenta algunos problemas. Uno sería su duración (superando las dos horas) que provoca que el ritmo se diluya en su tramo final, dejando al espectador en ocasiones sin rumbo claro sobre el propósito de la historia. Esta dispersión narrativa, sumada al tono hiperbólico y las dificultades para empatizar con el protagonista, puede generar cierta desconexión. Y es que la película demanda una implicación intelectual que puede dejar indiferentes a aquellos que busquen un entretenimiento más ligero, mientras que otros celebrarán esta ambición por ser un soplo de aire fresco en el panorama del cine español.

Estamos, pues, ante una propuesta audaz que desafía las convenciones y explora el dolor y la identidad desde un ángulo insólito. Rodrigo Cortés sigue consolidando su reputación como un director que arriesga en cada película, y aunque el film pueda ser irregular en sus resultados, se le agradece su audacia y frescura visual. "Escape" logra ser una película inclasificable y rica en simbolismo, que puede dividir opiniones, pero sin duda reafirma el talento y estilo únicos de su director.

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