Crítica: "Sin salida": Minerva Casero y Laura Novoa en un aterrador film sobre la esclavitud sexual

por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
"Sin salida"
"Sin salida"
Por Nicolás Dell’Acqua    
 
El particular director argentino que responde al pseudónimo de WHO ("Soy tu karma") encuentra en su estreno de esta semana, "Sin salida" una mirada única y muy cinematográfica para denunciar lo más bajo del ser humano.

"Sin salida" (2024) utiliza el recurso del bucle temporal, una herramienta de fantasía, para narrar una de las peores realidades de la actualidad, del pasado y, lamentablemente, del futuro: la trata de personas. Algo queda claro: este mal, que tiene víctimas y responsables en todos los estratos sociales, no ofrece salida. Una vez que este perverso sistema captura a una nueva víctima, la repetición de abusos es infinita.

Ana (Minerva Casero), una joven universitaria, despierta atada y amordazada en el baúl de un auto tras ser secuestrada en un parque. Pronto descubre que ha sido capturada por una red de trata de personas y se ve obligada a prostituirse. Desesperada por escapar, intenta ganarse la confianza de otros y superar los obstáculos, pero se da cuenta de que está atrapada en una realidad de la que es imposible salir.



"Sin salida" (2024) cuenta con una sólida factura técnica y un gran elenco que incluye a Fabián Arenillas, Gustavo Bassani, Pablo Mónaco y Esteban Bigliardi. Con una temática tan dura como la realidad misma (la inspiración es un hecho auténtico ocurrido en el país), resulta sorprendente y extraño el uso del recurso del bucle temporal, al estilo de "Atrapado en el tiempo / Hechizo de tiempo / Groundhog Day" (1993). Precisamente esta particularidad es la que marca la diferencia, llevando el absurdo a un nivel tal que solo puede ser superado por la cruel realidad.

La relación entre Ana y el personaje de Laura Novoa, quien debe ganar su confianza, es una de las mejores situaciones del film dirigido por WHO. La nueva víctima, que intenta escapar a toda costa, se enfrenta a quien ya ha sido cooptada por el sistema, convirtiéndose en parte del mismo. Claro está, para que este engranaje funcione, se necesita la complicidad de mafias, policías, jueces y políticos. Sin embargo, la única manera de cambiar esta realidad es reduciendo la demanda, ya que sin clientes no hay trata.

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