Crónicas

Colaboración: Regreso a Nostalgia City
Por Sergio Berrocal
Parece que no han pasado los días pero las noches, noches siniestras de las que meten miedo en cuanto se apagan las últimas farolas, han sido suficientemente largas para que el tiempo se haya detenido en Nostalgia City. Hace tantos años, aunque quizá hayan sido siglos o más los que se cuentan en las lápidas del cementerio. Hubo una civilización ordenada, niños, padres, hermanos, primos, viejos y jóvenes. Pero de pronto, dicen los más observadores que el fenómeno se produjo un atardecer de octubre, cuando el sol ya se iba las cosa cambiaron sin previo aviso.
Parece que no han pasado los días pero las noches, noches siniestras de las que meten miedo en cuanto se apagan las últimas farolas, han sido suficientemente largas para que el tiempo se haya detenido en Nostalgia City. Hace tantos años, aunque quizá hayan sido siglos o más los que se cuentan en las lápidas del cementerio. Hubo una civilización ordenada, niños, padres, hermanos, primos, viejos y jóvenes. Pero de pronto, dicen los más observadores que el fenómeno se produjo un atardecer de octubre, cuando el sol ya se iba las cosa cambiaron sin previo aviso.
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Colaboración: La otra mejilla cubana
Por Sergio Berrocal
Cuando se tiene cierta edad es fastidioso perder amigos, porque luego faltarán en el cementerio y a la familia siempre le gusta que los entierros, cremaciones y otros festejos de esta índole sean multitudinarios. Y todo por no saber nada de timbas y menos de danzar salsa.
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Colaboración: Enamoradizos apagones de La Habana
Por Sergio Berrocal
Dios santo, San Gabriel, Angeles de los ángeles de escala inferior, cómo he amado los apagones de La Habana, como he adorado algo que los cubanos, y con mucha razón, odiaban porque era un sin luz, un sin gracia, una ruptura en una vida, la sensación de que perteneces a un mundo inferior donde tienes que sufrir esos inconvenientes como un castigo merecido.
Dios santo, San Gabriel, Angeles de los ángeles de escala inferior, cómo he amado los apagones de La Habana, como he adorado algo que los cubanos, y con mucha razón, odiaban porque era un sin luz, un sin gracia, una ruptura en una vida, la sensación de que perteneces a un mundo inferior donde tienes que sufrir esos inconvenientes como un castigo merecido.
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Colaboración: "Palmeras en la nieve", sí bwana
Por Toni Berrocal
Mientras el cine de monstruos que te quieren o que te repelen se impone cada día más, quizá porque no hacen falta diálogos y es bueno para los analfabetos, en España se ha vuelto a la época colonial. La Guinea Española comprendía las islas de Fernando Poo, Annobón, Elobey y Corisco. En 1959 los territorios españoles del Golfo de Guinea pasaron a ser considerados provincias metropolitanas.
Mientras el cine de monstruos que te quieren o que te repelen se impone cada día más, quizá porque no hacen falta diálogos y es bueno para los analfabetos, en España se ha vuelto a la época colonial. La Guinea Española comprendía las islas de Fernando Poo, Annobón, Elobey y Corisco. En 1959 los territorios españoles del Golfo de Guinea pasaron a ser considerados provincias metropolitanas.
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Colaboración: Adiós, mi vida
Por Sergio Berrocal
Por muchos remilgos que se quieran anteponer a los sueños que parecen realidades como puños, por mucho pero que se quiera meter en el guiso, el cine seguirá siendo un mundo tan mágico que, sólo o con un buchito de güisqui, te permite no olvidar lo que siempre deberías recordar, en color y Cinemascope.
Por muchos remilgos que se quieran anteponer a los sueños que parecen realidades como puños, por mucho pero que se quiera meter en el guiso, el cine seguirá siendo un mundo tan mágico que, sólo o con un buchito de güisqui, te permite no olvidar lo que siempre deberías recordar, en color y Cinemascope.
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