Crónicas
Montalbán consigue abrir su teatro en Los Angeles
10-V-04
Ricardo Montalbán ha logrado realizar su sueño de contar con un teatro propio en Los Angeles, para poder albergar las actividades del grupo Nosotros, una compañía teatral formada en 1970 con el objetivo de ofrecer más oportunidades y mejorar la imagen de los artistas latinos en el país del norte.
El sábado tuvo lugar la inauguración del Teatro Ricardo Montalbán, ubicado en el 1615 Vine Street de Hollywood, que cuenta con 1.200 butacas y previamente se lo conoció como el teatro James A. Doolittle. Al edificio -que data de 1927- se le reconstruyó la fachada y se renovó su interior; y el próximo paso será añadir una academia donde estudiantes e interesados por las artes escénicas puedan aprender sobre actuación, escritura y producción.
La primera obra que se presentará será "Lalo", una obra musical basada en la vida del compositor Lalo Guerrero. Los responsables del teatro, Montalbán y el grupo Nosotros, buscan que cada pieza exhibida contenga un mensaje social. En sus primeros dos meses sólo hay pautadas producciones en inglés, pero más adelante también se verán en español.
Montalbán, de 83 años, es el primer hispano en contar con un teatro que lleva su nombre en la ciudad de Los Angeles. El actor, nacido en México, posee una larga trayectoria en el cine y televisión, que se inició en la década del 40, pero para la gran mayoría su imagen sigue siendo asociada a la serie televisiva "La isla de la fantasía". Recientemente se lo pudo ver en "Spy Kids 3-D", como el patriarca de la familia Cortez.
Ricardo Montalbán ha logrado realizar su sueño de contar con un teatro propio en Los Angeles, para poder albergar las actividades del grupo Nosotros, una compañía teatral formada en 1970 con el objetivo de ofrecer más oportunidades y mejorar la imagen de los artistas latinos en el país del norte.
El sábado tuvo lugar la inauguración del Teatro Ricardo Montalbán, ubicado en el 1615 Vine Street de Hollywood, que cuenta con 1.200 butacas y previamente se lo conoció como el teatro James A. Doolittle. Al edificio -que data de 1927- se le reconstruyó la fachada y se renovó su interior; y el próximo paso será añadir una academia donde estudiantes e interesados por las artes escénicas puedan aprender sobre actuación, escritura y producción.
La primera obra que se presentará será "Lalo", una obra musical basada en la vida del compositor Lalo Guerrero. Los responsables del teatro, Montalbán y el grupo Nosotros, buscan que cada pieza exhibida contenga un mensaje social. En sus primeros dos meses sólo hay pautadas producciones en inglés, pero más adelante también se verán en español.
Montalbán, de 83 años, es el primer hispano en contar con un teatro que lleva su nombre en la ciudad de Los Angeles. El actor, nacido en México, posee una larga trayectoria en el cine y televisión, que se inició en la década del 40, pero para la gran mayoría su imagen sigue siendo asociada a la serie televisiva "La isla de la fantasía". Recientemente se lo pudo ver en "Spy Kids 3-D", como el patriarca de la familia Cortez.
- © Redacción-NOTICINE.com
El escritor Alberto Fuguet debuta como director
10-V-04
A través de sus libros el escritor chileno Alberto Fuguet ha transmitido su pasión por el cine, siendo especialmente claro en la reciente obra "Las películas de mi vida"; por ello resulta natural su paso a la realización cinematográfica, en la que debutará con "Se arrienda".
Contando con un elenco integrado por Luciano Cruz-Coke, Francisca Lewin, Felipe Braun, Pablo Díaz, Benjamín Vicuña y Jaime Vadell; Fuguet relatará en su ópera prima la historia de Gastón Valdivieso (interpretado por Cruz-Coke), músico de películas, que a los 33 años se da cuenta que la gente a su alrededor progresó más que él, y que su vida en realidad está bastante alejada de lo que soñó.
El film comenzará a rodarse a fines de julio, y cuenta con un presupuesto estimado en 500 mil dólares; sus productores esperan poder conseguir una coproducción con España, Francia o Argentina y postular la película para Fondart.
Fuguet estudió periodismo en la Universidad de Chile y en 1990 publicó "Sobredosis", su primer libro de cuentos. Es autor de las novelas "Mala onda"; "Por favor, rebobinar"; "Tinta roja" (que fue adaptada a la pantalla grande por el cineasta peruano Francisco Lombardi) y "Las películas de mi vida". Ha sido crítico de cine y reportero policial.
A través de sus libros el escritor chileno Alberto Fuguet ha transmitido su pasión por el cine, siendo especialmente claro en la reciente obra "Las películas de mi vida"; por ello resulta natural su paso a la realización cinematográfica, en la que debutará con "Se arrienda".
Contando con un elenco integrado por Luciano Cruz-Coke, Francisca Lewin, Felipe Braun, Pablo Díaz, Benjamín Vicuña y Jaime Vadell; Fuguet relatará en su ópera prima la historia de Gastón Valdivieso (interpretado por Cruz-Coke), músico de películas, que a los 33 años se da cuenta que la gente a su alrededor progresó más que él, y que su vida en realidad está bastante alejada de lo que soñó.
El film comenzará a rodarse a fines de julio, y cuenta con un presupuesto estimado en 500 mil dólares; sus productores esperan poder conseguir una coproducción con España, Francia o Argentina y postular la película para Fondart.
Fuguet estudió periodismo en la Universidad de Chile y en 1990 publicó "Sobredosis", su primer libro de cuentos. Es autor de las novelas "Mala onda"; "Por favor, rebobinar"; "Tinta roja" (que fue adaptada a la pantalla grande por el cineasta peruano Francisco Lombardi) y "Las películas de mi vida". Ha sido crítico de cine y reportero policial.
- © Corresponsal-NOTICINE.com
El asesinato del protagonista de "Japón" aún no tiene culpable
7-V-04
Pasado un mes del crimen del actor mexicano Alejandro Ferretis, protagonista de la película "Japón" (2002), continúa sin resolverse, de acuerdo a lo que informaron las autoridades judiciales a AFP, si bien existen pistas claras que apuntan a tres personas.
"Las investigaciones apuntan a un crimen pasional cometido por tres personas, dos chilenos y un mexicano, quienes se escaparon robando un vehículo", explica Juan Pablo Vázquez, coordinador de la Policía Ministerial del estado de Guanajuato, quien agrega: "Sabemos que los sospechosos están en Chile, pero aún estamos trabajando en las investigaciones. Tenemos evidencias y después podríamos trabajar con Interpol. Lo importante es que no estamos tan lejos de esclarecer el crimen".
El asesinato tuvo lugar el 28 de marzo, pero fue recién el 7 de abril que se encontró el cuerpo de Ferretis, de 59 años, y de su pareja Francisco Vega, de 24 años. Ambos fueron golpeados con un objeto pesado, según estiman los investigadores.
Cuando Ferretis no se presentó a los premios Ariel, donde estaba nominado como mejor actor por su personaje que quiere suicidarse en "Japón" de Carlos Reygadas, fue el primer indicio de que algo había sucedido. Días después se encontró su cuerpo.
Pasado un mes del crimen del actor mexicano Alejandro Ferretis, protagonista de la película "Japón" (2002), continúa sin resolverse, de acuerdo a lo que informaron las autoridades judiciales a AFP, si bien existen pistas claras que apuntan a tres personas.
"Las investigaciones apuntan a un crimen pasional cometido por tres personas, dos chilenos y un mexicano, quienes se escaparon robando un vehículo", explica Juan Pablo Vázquez, coordinador de la Policía Ministerial del estado de Guanajuato, quien agrega: "Sabemos que los sospechosos están en Chile, pero aún estamos trabajando en las investigaciones. Tenemos evidencias y después podríamos trabajar con Interpol. Lo importante es que no estamos tan lejos de esclarecer el crimen".
El asesinato tuvo lugar el 28 de marzo, pero fue recién el 7 de abril que se encontró el cuerpo de Ferretis, de 59 años, y de su pareja Francisco Vega, de 24 años. Ambos fueron golpeados con un objeto pesado, según estiman los investigadores.
Cuando Ferretis no se presentó a los premios Ariel, donde estaba nominado como mejor actor por su personaje que quiere suicidarse en "Japón" de Carlos Reygadas, fue el primer indicio de que algo había sucedido. Días después se encontró su cuerpo.
- © Corresponsal-NOTICINE.com
Antonio Banderas recibirá la medalla de la Academia española
7-V-04
Aunque hasta ahora todos sus receptores habían brillado en el cine español por encima de todo, la Junta de la Academia de las Artes y la Ciencias Cinematográficas de España ha decidido conceder este 2004 su Medalla de Oro al actor andaluz afincado en EEUU Antonio Banderas, "en reconocimiento a su labor de difusión de la cultura española a lo largo de una fructífera carrera internacional en cine".
Desde 1986, la Academia de Cine viene concediendo este galardón honorífico, a personalidades que durante décadas han contribuido a la mejora industrial o artística del cine Español, y entre ellos estuvieron Fernando Rey, Carlos Saura, Francisco Rabal, Ana Belén, Sara Montiel, Elías Querejeta, Gil Parrondo, José Luis Borau, Fernando Fernán Gómez, o el año pasado Concha Velasco.
Sin haber trabajado con directores españoles desde hace 8 años, Banderas sin embargo sigue estando muy apegado a su tierra tanto en lo sentimental como en lo económico, además de ser una especie de "embajador" en Los Angeles de lo andaluz y español. Trabajador como pocos, amigo del riesgo y acostumbrado a no siempre ganar, Antonio es junto a Penélope Cruz y Almodóvar la imagen del cine español fuera de sus fronteras. Los tres tienen un proyectado pendiente desde hace rato, el "thriller" de origen literario "Tarántula".
Seductor, simpático, y dotado de un gran encanto personal en todos los órdenes, José Antonio Domínguez Banderas nació en Málaga (1959), e inició su carrera con Pedro Almodóvar -principal impulsor de su carrera internacional- en "Laberinto de pasiones" (1982) y con el ha rodado "Matador", "La ley del deseo", "Mujeres al borde de un ataque de nervios" y "¡Átame!", papel con el que obtuvo el reconocimiento de la crítica. Durante su trayectoria española ha trabajado también con: Carlos Saura, Gerardo Vera, Vicente Aranda, Fernando Colomo, Montxo Armendáriz y Fernando Trueba entre otros muchos.
Reside en los Estados Unidos desde 1995, y su andadura norteamericana le ha relacionado intimamente con Robert Rodríguez, su director en "Desperado", "Four Rooms", "Spy Kids 1, 2 y 3" y "El Mexicano". Sin embargo, su mayor éxito comercial se lo dio "La máscara del Zorro", de Martin Campbell, cuya segunda parte está a punto de filmar en México. Otras de sus cintas exportables han sido "Philadelphia", "Entrevista con el vampiro", "Evita" o "Femme Fatale". Al igual que "Pe", es más estrella mediática que actor taquillero. Su más reciente trabajo, "Imagining Argentina", no ha disfrutado del éxito comercial ni crítico.
Banderas debutó como realizador en "Locos en Alabama", posee junto a su esposa Melanie Griffith una activa productora y negocios hosteleros en España. Recientemente ha triunfado en Broadway con el musical "Nine", por el que ha sido candidato al prestigioso premio Tony de teatro.
Aunque hasta ahora todos sus receptores habían brillado en el cine español por encima de todo, la Junta de la Academia de las Artes y la Ciencias Cinematográficas de España ha decidido conceder este 2004 su Medalla de Oro al actor andaluz afincado en EEUU Antonio Banderas, "en reconocimiento a su labor de difusión de la cultura española a lo largo de una fructífera carrera internacional en cine".
Desde 1986, la Academia de Cine viene concediendo este galardón honorífico, a personalidades que durante décadas han contribuido a la mejora industrial o artística del cine Español, y entre ellos estuvieron Fernando Rey, Carlos Saura, Francisco Rabal, Ana Belén, Sara Montiel, Elías Querejeta, Gil Parrondo, José Luis Borau, Fernando Fernán Gómez, o el año pasado Concha Velasco.
Sin haber trabajado con directores españoles desde hace 8 años, Banderas sin embargo sigue estando muy apegado a su tierra tanto en lo sentimental como en lo económico, además de ser una especie de "embajador" en Los Angeles de lo andaluz y español. Trabajador como pocos, amigo del riesgo y acostumbrado a no siempre ganar, Antonio es junto a Penélope Cruz y Almodóvar la imagen del cine español fuera de sus fronteras. Los tres tienen un proyectado pendiente desde hace rato, el "thriller" de origen literario "Tarántula".
Seductor, simpático, y dotado de un gran encanto personal en todos los órdenes, José Antonio Domínguez Banderas nació en Málaga (1959), e inició su carrera con Pedro Almodóvar -principal impulsor de su carrera internacional- en "Laberinto de pasiones" (1982) y con el ha rodado "Matador", "La ley del deseo", "Mujeres al borde de un ataque de nervios" y "¡Átame!", papel con el que obtuvo el reconocimiento de la crítica. Durante su trayectoria española ha trabajado también con: Carlos Saura, Gerardo Vera, Vicente Aranda, Fernando Colomo, Montxo Armendáriz y Fernando Trueba entre otros muchos.
Reside en los Estados Unidos desde 1995, y su andadura norteamericana le ha relacionado intimamente con Robert Rodríguez, su director en "Desperado", "Four Rooms", "Spy Kids 1, 2 y 3" y "El Mexicano". Sin embargo, su mayor éxito comercial se lo dio "La máscara del Zorro", de Martin Campbell, cuya segunda parte está a punto de filmar en México. Otras de sus cintas exportables han sido "Philadelphia", "Entrevista con el vampiro", "Evita" o "Femme Fatale". Al igual que "Pe", es más estrella mediática que actor taquillero. Su más reciente trabajo, "Imagining Argentina", no ha disfrutado del éxito comercial ni crítico.
Banderas debutó como realizador en "Locos en Alabama", posee junto a su esposa Melanie Griffith una activa productora y negocios hosteleros en España. Recientemente ha triunfado en Broadway con el musical "Nine", por el que ha sido candidato al prestigioso premio Tony de teatro.
- © Redacción-NOTICINE.com
Escribe Gracia Querejeta: Ante el estreno de "Hector"
6-V-04
"Héctor", muy cerca de estrenarse. Por fin es una historia que puede proyectarse en la pantalla, con un punto de partida y un desarrollo para cada uno de los personajes de los que se ocupa la película. A lo largo del trabajo de guión, nunca antes - en ninguna de mis tres anteriores películas- había sentido con tanta intensidad eso que muchas veces he oído relatar: en algunas ocasiones, los personajes adquieren vida propia y no queda más remedio que escucharles si queremos que la historia llegue a buen puerto (o quizás debería decir a un puerto natural). Para mi, escribir "Héctor" junto con David Planell ha sido, ante todo, un ejercicio en el que he intentado que los protagonistas se expresasen a su propio ritmo. Y un esfuerzo para dejar a un lado el temor a que no me contasen exactamente lo que yo quería oír.
Quizás todo lo anterior tiene que ver con el hecho de que Héctor, el personaje, llegó a mi de forma imprevista, sin perseguirlo, casi como si él - un chaval de dieciséis años- me buscase: huérfano reciente de madre, en plena adolescencia, sin un padre en el que refugiarse y a cuestas con la imposición de marcharse a vivir con su tía Tere a un barrio en la afueras de la gran ciudad. Este breve punto de partida desató enseguida un montón de preguntas que tardaron tiempo en tener una respuesta: ¿qué acontecimientos o experiencias habían marcado a Héctor?; ¿de qué o cómo había muerto su madre?; ¿por qué su tía tiene que hacerse cargo del chico?; ¿cuáles eran las razones de un padre ausente?...
Presentí desde el principio que debía imponerme una forma de reto que iba a afectar a la estructura del guión y por lo tanto de la película: tratar de contar la historia siempre hacia adelante, sin vueltas atrás, sin flash-backs. ¿Y por qué esa decisión - tan común- se planteaba como un reto?. La primera razón es de orden externo a la propia historia. En mis tres anteriores películas, los flash-backs suponían zonas necesarias para componer el conjunto del relato. Necesitaba, personalmente, huir de una forma de construcción ya utilizada. La segunda razón, la que de verdad hacía de tal opción un reto, está relacionada con uno de los personajes de la historia: Sofía, madre de Héctor, ha muerto cuando se inicia el relato. Pero, sin embargo, es uno de los ejes básicos de la narración. ¿Cómo construir, con todos sus matices, un personaje ausente de la pantalla?, ¿Cómo contar su historia a través del resto de los personajes sin que resultase tedioso?. Confieso que la tentación de recurrir el flash-back estuvo en más de una ocasión a punto de ganar la partida.
Elegimos un barrio colindante a Madrid como escenario principal de la historia. La película podría haber transcurrido en los márgenes de cualquier otra gran ciudad pero Madrid ofrece una luz muy particular que yo quería atrapar para la pantalla. He buscado una película luminosa, diáfana y limpia de imagen porque no creo en esa distinción sesgada entre luz de comedia y luz de drama. Si el intento era narrar una historia pegada a la realidad debíamos dejar que la luz simplemente acompañase a los personajes en su recorrido, sin miedo a que un día limpio y soleado chocase con las oscuras sensaciones que a veces envuelven a los personajes. Y quería una película cálida. En definitiva "Héctor" es una historia que trata de asuntos del corazón.
A comienzos de la escritura de guión tuve un extraño pensamiento que se convirtió en una premonición: Héctor, el chaval de dieciséis años, es como un rayo luminoso que atraviesa fugazmente un territorio. No supe entonces muy bien qué significaba aquello. Pero pensé que si aparecía semejante imagen había que intentar rastrearla. La perseguimos. Y ahora puedo decir que, al menos para mi, ha terminado cobrando todo su sentido dentro de la historia.
Tan cerca de que la película se estrene y se me escape del todo, me parece que siempre recordaré "Héctor" como una suerte de milagro. En eso -y en alguna otra cosa más- conecta con Rylands. Llegó en el momento oportuno para mi como guionista y directora y han sido muchas las dificultades de distinto tipo que hemos tenido que salvar para sacarla adelante. Pero, al final del recorrido, me quedo con la grata sensación de haber aprendido un poco más. Y también, por qué no decirlo -lo mismo que hace 9 años en Oxford- me quedo con una vaga nostalgia de aquellos días en los que todo en "Héctor" estaba por hacer.
"Héctor", muy cerca de estrenarse. Por fin es una historia que puede proyectarse en la pantalla, con un punto de partida y un desarrollo para cada uno de los personajes de los que se ocupa la película. A lo largo del trabajo de guión, nunca antes - en ninguna de mis tres anteriores películas- había sentido con tanta intensidad eso que muchas veces he oído relatar: en algunas ocasiones, los personajes adquieren vida propia y no queda más remedio que escucharles si queremos que la historia llegue a buen puerto (o quizás debería decir a un puerto natural). Para mi, escribir "Héctor" junto con David Planell ha sido, ante todo, un ejercicio en el que he intentado que los protagonistas se expresasen a su propio ritmo. Y un esfuerzo para dejar a un lado el temor a que no me contasen exactamente lo que yo quería oír.
Quizás todo lo anterior tiene que ver con el hecho de que Héctor, el personaje, llegó a mi de forma imprevista, sin perseguirlo, casi como si él - un chaval de dieciséis años- me buscase: huérfano reciente de madre, en plena adolescencia, sin un padre en el que refugiarse y a cuestas con la imposición de marcharse a vivir con su tía Tere a un barrio en la afueras de la gran ciudad. Este breve punto de partida desató enseguida un montón de preguntas que tardaron tiempo en tener una respuesta: ¿qué acontecimientos o experiencias habían marcado a Héctor?; ¿de qué o cómo había muerto su madre?; ¿por qué su tía tiene que hacerse cargo del chico?; ¿cuáles eran las razones de un padre ausente?...
Presentí desde el principio que debía imponerme una forma de reto que iba a afectar a la estructura del guión y por lo tanto de la película: tratar de contar la historia siempre hacia adelante, sin vueltas atrás, sin flash-backs. ¿Y por qué esa decisión - tan común- se planteaba como un reto?. La primera razón es de orden externo a la propia historia. En mis tres anteriores películas, los flash-backs suponían zonas necesarias para componer el conjunto del relato. Necesitaba, personalmente, huir de una forma de construcción ya utilizada. La segunda razón, la que de verdad hacía de tal opción un reto, está relacionada con uno de los personajes de la historia: Sofía, madre de Héctor, ha muerto cuando se inicia el relato. Pero, sin embargo, es uno de los ejes básicos de la narración. ¿Cómo construir, con todos sus matices, un personaje ausente de la pantalla?, ¿Cómo contar su historia a través del resto de los personajes sin que resultase tedioso?. Confieso que la tentación de recurrir el flash-back estuvo en más de una ocasión a punto de ganar la partida.
Elegimos un barrio colindante a Madrid como escenario principal de la historia. La película podría haber transcurrido en los márgenes de cualquier otra gran ciudad pero Madrid ofrece una luz muy particular que yo quería atrapar para la pantalla. He buscado una película luminosa, diáfana y limpia de imagen porque no creo en esa distinción sesgada entre luz de comedia y luz de drama. Si el intento era narrar una historia pegada a la realidad debíamos dejar que la luz simplemente acompañase a los personajes en su recorrido, sin miedo a que un día limpio y soleado chocase con las oscuras sensaciones que a veces envuelven a los personajes. Y quería una película cálida. En definitiva "Héctor" es una historia que trata de asuntos del corazón.
A comienzos de la escritura de guión tuve un extraño pensamiento que se convirtió en una premonición: Héctor, el chaval de dieciséis años, es como un rayo luminoso que atraviesa fugazmente un territorio. No supe entonces muy bien qué significaba aquello. Pero pensé que si aparecía semejante imagen había que intentar rastrearla. La perseguimos. Y ahora puedo decir que, al menos para mi, ha terminado cobrando todo su sentido dentro de la historia.
Tan cerca de que la película se estrene y se me escape del todo, me parece que siempre recordaré "Héctor" como una suerte de milagro. En eso -y en alguna otra cosa más- conecta con Rylands. Llegó en el momento oportuno para mi como guionista y directora y han sido muchas las dificultades de distinto tipo que hemos tenido que salvar para sacarla adelante. Pero, al final del recorrido, me quedo con la grata sensación de haber aprendido un poco más. Y también, por qué no decirlo -lo mismo que hace 9 años en Oxford- me quedo con una vaga nostalgia de aquellos días en los que todo en "Héctor" estaba por hacer.
- © Gracia Querejeta-NOTICINE.com