Crónicas
Benicio del Toro y Scarlett Johansson se consuelan juntos tras la noche del Oscar
2-III-04
El Oscar a la mejor aventura amorosa fue un más que aceptable consuelo para Benicio Del Toro y Scarlett Johansson la larga noche de los Oscars. El actor puertorriqueño no logró el premio al que estaba nominado, por su trabajo de ex convicto religioso en "21 gramos", del mexicano Alejandro González Iñárritu, pero -de rebote- el destino le deparó un honor que seguro muchos le envidiaron... una noche con Scarlett Johansson. La joven y efervescente estrella, ganadora de varios premios en los últimos meses por "La joven de la perla" y "Lost in translation", que llevaba un vestido verde, escotado, en el Kodak Theatre, tiene 19 espléndidas primaveras, y aunque Benicio no lleva tan bien sus 37 años, dicen que su "look" de "maldito" causa furor entre las féminas.
Lo cierto es que -según la IMDB- varios testigos aseguran haber visto a ambos, la madrugada del lunes, sobre las 3 y media, en la recepción del hotel Chateau Marmont, tras abandonar una de las muchas fiestas que se celebran al término de la larga ceremonia en Los Angeles. Dicen que se mostraban cariñosos, enlazados y felices, sin importarles demasiado disimular su intimidad ante el resto de los clientes y el servicio del establecimiento hotelero. Se les vio marcharse en un ascensor, lógicamente camino de una habitación, entre comentarios sobre su diferencia de edad.
En común podían tener esa noche las ganas de olvidar en unos cálidos brazos el desaire de la Academia. Del Toro, que pronto interpretará a Ernesto "Che" Guevara en la cinta que dirigirá Terrence Malick, vió como "su" estatuilla a mejor actor de reparto acababa en manos de su colega Tim Robbins, y Johansson ni siquiera fue nominada, a pesar de haberlo sido y por partida doble en los Globos de Oro, y de ganar el BAFTA en Gran Bretaña.
Del Toro ha mostrado sobradamente su interés por las jóvenes actrices. Ha salido entre otras con Alicia Silverstone, Chiara Mastroianni y Valeria Golino. A Scarlett no se le conoce ningún novio famoso.
El Oscar a la mejor aventura amorosa fue un más que aceptable consuelo para Benicio Del Toro y Scarlett Johansson la larga noche de los Oscars. El actor puertorriqueño no logró el premio al que estaba nominado, por su trabajo de ex convicto religioso en "21 gramos", del mexicano Alejandro González Iñárritu, pero -de rebote- el destino le deparó un honor que seguro muchos le envidiaron... una noche con Scarlett Johansson. La joven y efervescente estrella, ganadora de varios premios en los últimos meses por "La joven de la perla" y "Lost in translation", que llevaba un vestido verde, escotado, en el Kodak Theatre, tiene 19 espléndidas primaveras, y aunque Benicio no lleva tan bien sus 37 años, dicen que su "look" de "maldito" causa furor entre las féminas.
Lo cierto es que -según la IMDB- varios testigos aseguran haber visto a ambos, la madrugada del lunes, sobre las 3 y media, en la recepción del hotel Chateau Marmont, tras abandonar una de las muchas fiestas que se celebran al término de la larga ceremonia en Los Angeles. Dicen que se mostraban cariñosos, enlazados y felices, sin importarles demasiado disimular su intimidad ante el resto de los clientes y el servicio del establecimiento hotelero. Se les vio marcharse en un ascensor, lógicamente camino de una habitación, entre comentarios sobre su diferencia de edad.
En común podían tener esa noche las ganas de olvidar en unos cálidos brazos el desaire de la Academia. Del Toro, que pronto interpretará a Ernesto "Che" Guevara en la cinta que dirigirá Terrence Malick, vió como "su" estatuilla a mejor actor de reparto acababa en manos de su colega Tim Robbins, y Johansson ni siquiera fue nominada, a pesar de haberlo sido y por partida doble en los Globos de Oro, y de ganar el BAFTA en Gran Bretaña.
Del Toro ha mostrado sobradamente su interés por las jóvenes actrices. Ha salido entre otras con Alicia Silverstone, Chiara Mastroianni y Valeria Golino. A Scarlett no se le conoce ningún novio famoso.
- © Redacción-NOTICINE.com
Javier Bardem y Benicio del Toro, juntos de nuevo en "Che"
27-II-04
Más de una década después de que coincidieran en la película de Bigas Luna "Huevos de oro", el actor puertorriqueño Benicio del Toro y su colega español Javier Bardem volverán a trabajar juntos en "Che", la película que sobre el mítico guerrillero argentino-cubano ha escrito y dirigirá Terrence Malick el próximo julio. El ganador del Oscar por "Traffic" dará vida a Ernesto Guevara, pero aún no se ha difundido qué papel estará reservado al actor nacido en Canarias, aunque será secundario. Al inconcluso reparto se ha añadido un tercer actor latino de prestigio internacional, Benjamin Bratt.
El proyecto, del que ya informó en su día NOTICINE.com, empezó a fraguarse a finales del año 2001, como consecuencia indirecta de "Traffic". La productora de ésta, Laura Bickford, se puso de acuerdo con el realizador Steven Soderbergh y uno de los protagonistas de la misma cinta, Benicio del Toro, para narrar las andanzas del mítico revolucionario que desechó la burocracia para echarse nuevamente al monte, hasta que la CIA acabó con su vida en Bolivia. Precisamente allí y entonces -octubre de 1967- se encontraba entre otros un joven periodista que cubría las operaciones para The New Yorker. Su nombre... Terrence Mallick.
Convertido con el tiempo en cineasta de culto a pesar de haber dirigido hasta ahora sólo tres películas en sus 60 años de vida ("Badlands", "Días del cielo" y "La delgada línea roja"), Mallick recibió el encargo después de que Soderbergh prefiriera limitar su participación a la producción. Dicen que ha escrito el guión de "Che" enfocándolo hacia sus últimos años de vida y actividad guerrillera, y lo filmará en lugares no revelados de América Latina durante cuatro meses, con un presupuesto de 40 millones de dólares. Algunos medios han especulado sobre que Cuba podría ser uno de los emplazamientos, a pesar del embargo, que podría sortearse al participar en la producción empresas no norteamericanas, como la española Morena Films.
El trío Benicio del Toro, Javier Bardem y Benjamin Bratt ha sido citado como posible protagonista de "The lost city", la tantas veces anunciada como cancelada película de Andy García, aunque hoy por hoy al subsistir sus problemas de financiación parece claro que coincidirán antes en "Che".
Ernesto Guevara está de moda en el cine internacional, ya que este mismo año se ha estrenado en Sundance "Diarios de motocicleta", en la que Gael García Bernal -bajo la dirección de Walter Salles- interpreta al "Che" cuando era estudiante a principios de los años 50. Omar Sharif, Paco Rabal y Alfredo Vasco son algunos otros de los actores que han interpretado al líder revolucionario en previas apariciones cinematográficas.
Más de una década después de que coincidieran en la película de Bigas Luna "Huevos de oro", el actor puertorriqueño Benicio del Toro y su colega español Javier Bardem volverán a trabajar juntos en "Che", la película que sobre el mítico guerrillero argentino-cubano ha escrito y dirigirá Terrence Malick el próximo julio. El ganador del Oscar por "Traffic" dará vida a Ernesto Guevara, pero aún no se ha difundido qué papel estará reservado al actor nacido en Canarias, aunque será secundario. Al inconcluso reparto se ha añadido un tercer actor latino de prestigio internacional, Benjamin Bratt.
El proyecto, del que ya informó en su día NOTICINE.com, empezó a fraguarse a finales del año 2001, como consecuencia indirecta de "Traffic". La productora de ésta, Laura Bickford, se puso de acuerdo con el realizador Steven Soderbergh y uno de los protagonistas de la misma cinta, Benicio del Toro, para narrar las andanzas del mítico revolucionario que desechó la burocracia para echarse nuevamente al monte, hasta que la CIA acabó con su vida en Bolivia. Precisamente allí y entonces -octubre de 1967- se encontraba entre otros un joven periodista que cubría las operaciones para The New Yorker. Su nombre... Terrence Mallick.
Convertido con el tiempo en cineasta de culto a pesar de haber dirigido hasta ahora sólo tres películas en sus 60 años de vida ("Badlands", "Días del cielo" y "La delgada línea roja"), Mallick recibió el encargo después de que Soderbergh prefiriera limitar su participación a la producción. Dicen que ha escrito el guión de "Che" enfocándolo hacia sus últimos años de vida y actividad guerrillera, y lo filmará en lugares no revelados de América Latina durante cuatro meses, con un presupuesto de 40 millones de dólares. Algunos medios han especulado sobre que Cuba podría ser uno de los emplazamientos, a pesar del embargo, que podría sortearse al participar en la producción empresas no norteamericanas, como la española Morena Films.
El trío Benicio del Toro, Javier Bardem y Benjamin Bratt ha sido citado como posible protagonista de "The lost city", la tantas veces anunciada como cancelada película de Andy García, aunque hoy por hoy al subsistir sus problemas de financiación parece claro que coincidirán antes en "Che".
Ernesto Guevara está de moda en el cine internacional, ya que este mismo año se ha estrenado en Sundance "Diarios de motocicleta", en la que Gael García Bernal -bajo la dirección de Walter Salles- interpreta al "Che" cuando era estudiante a principios de los años 50. Omar Sharif, Paco Rabal y Alfredo Vasco son algunos otros de los actores que han interpretado al líder revolucionario en previas apariciones cinematográficas.
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Escribe Miguel Albaladejo sobre "Cachorro"
27-II-04
Creo que a nadie se le escapa que en estos últimos años estamos asistiendo a una especie de desembarco de películas con temas o personajes homosexuales, supongo que como un primer paso necesario hacia una deseable normalización del asunto. Algunas de ellas han conseguido deslumbrar por la emoción, la sinceridad, la audacia y la originalidad con que estaban construidas sus historias y retratados sus personajes.
Pero, por el contrario, la corriente mayoritaria de ese supuesto cine "gay" tiene la limitación, a mi manera de ver, de que parece pensado para satisfacer unos cuantos estereotipos confortables: el homosexual ideal, guapo, culto, sensible, romántico, o, por otra parte, el gracioso con mucha pluma, ambos tipos amigos fantásticos para las chicas. Otro grupo importante de películas se limita a hacer comedia, a veces muy burda, con esos mismos estereotipos. Y, por último, están las que se centran en exponer una serie de problemas que se asocian fácilmente con la homosexualidad: la dificultad para asumir esa condición sexual, la discriminación, los amores no correspondidos o el mazazo del sida.
Como todo esto ya empieza a estar muy visto hay que ir pensando en nuevas historias, en personajes que se salgan de los retratos robot, en conflictos más complejos. En "Cachorro" nadie tiene ninguna dificultad especial para asumir su orientación sexual, hay amores no correspondidos, pero porque al protagonista le da la gana que así sea, y el sida aprieta pero no ahoga (el peor mazazo es que los que no lo padecen lo utilicen como arma arrojadiza.)
Y, encima, como colofón, hay que cuidar de un niño. Y no porque sea un derecho por el que lucha el protagonista (no es una película sobre héroes combativos que reclaman igualdad en todos los aspectos, o sea, no hay parejas de hecho ni leyes de adopción), sino porque la vida es muy complicada y a veces, muchas veces, hay que remangarse y ponerse a trabajar duro para sacar adelante las cosas que nos van llegando.
"Cachorro" quiere ser una historia de aprendizaje sentimental, de desconcierto, de vida sexual desenfrenada pero bien compaginada con la responsabilidad de cuidar a un chiquillo, de niños que enseñan cosas a los adultos y adultos que no saben qué podrían enseñarle a un niño, de equívocos absurdos y cómicos y de encrucijadas terriblemente dolorosas, de la vida y del compromiso con la vida, con la de uno mismo y con la de los que nos necesitan.
Creo que a nadie se le escapa que en estos últimos años estamos asistiendo a una especie de desembarco de películas con temas o personajes homosexuales, supongo que como un primer paso necesario hacia una deseable normalización del asunto. Algunas de ellas han conseguido deslumbrar por la emoción, la sinceridad, la audacia y la originalidad con que estaban construidas sus historias y retratados sus personajes.
Pero, por el contrario, la corriente mayoritaria de ese supuesto cine "gay" tiene la limitación, a mi manera de ver, de que parece pensado para satisfacer unos cuantos estereotipos confortables: el homosexual ideal, guapo, culto, sensible, romántico, o, por otra parte, el gracioso con mucha pluma, ambos tipos amigos fantásticos para las chicas. Otro grupo importante de películas se limita a hacer comedia, a veces muy burda, con esos mismos estereotipos. Y, por último, están las que se centran en exponer una serie de problemas que se asocian fácilmente con la homosexualidad: la dificultad para asumir esa condición sexual, la discriminación, los amores no correspondidos o el mazazo del sida.
Como todo esto ya empieza a estar muy visto hay que ir pensando en nuevas historias, en personajes que se salgan de los retratos robot, en conflictos más complejos. En "Cachorro" nadie tiene ninguna dificultad especial para asumir su orientación sexual, hay amores no correspondidos, pero porque al protagonista le da la gana que así sea, y el sida aprieta pero no ahoga (el peor mazazo es que los que no lo padecen lo utilicen como arma arrojadiza.)
Y, encima, como colofón, hay que cuidar de un niño. Y no porque sea un derecho por el que lucha el protagonista (no es una película sobre héroes combativos que reclaman igualdad en todos los aspectos, o sea, no hay parejas de hecho ni leyes de adopción), sino porque la vida es muy complicada y a veces, muchas veces, hay que remangarse y ponerse a trabajar duro para sacar adelante las cosas que nos van llegando.
"Cachorro" quiere ser una historia de aprendizaje sentimental, de desconcierto, de vida sexual desenfrenada pero bien compaginada con la responsabilidad de cuidar a un chiquillo, de niños que enseñan cosas a los adultos y adultos que no saben qué podrían enseñarle a un niño, de equívocos absurdos y cómicos y de encrucijadas terriblemente dolorosas, de la vida y del compromiso con la vida, con la de uno mismo y con la de los que nos necesitan.
- © Miguel Albaladejo-NOTICINE.com
Sigue el idilio entre Gael García Bernal y Natalie Portman
26-II-04
Son jóvenes, lindos, exitosos... y al parecer también serios y contumaces en su relación. Según la IMDB, Gael Garcia Bernal, que en menos de un mes estrenará "La mala educación", de Pedro Almodóvar, tiene como poco una cariñosa amistad con la "Reina Amidala" de "La guerra de las galaxias", Natalie Portman. Según la web, el mexicano y la israelí celebraron junto a otra pareja no identificada el día de San Valentín en un restaurante griego de Londes, y se mostraron afectuosos el uno con el otro, haciendo "manitas" e incluso besándose en la boca. Y no es la primera vez, ya que su relación empezó a perfilarse en Madrid, a final del verano pasado.
García Bernal, de 25 años (tres más que Natalie), se conocieron hace cerca de un año, en una de las fiestas posteriores a la gala de los Oscars, y luego tuvieron varias citas, aunque siempre se han negado a comentar que exista algo entre ellos. A principios de septiembre, cuando el joven astro mexicano todavía filmaba en la capital española su difícil papel de travestido en lo nuevo de Almodóvar, la prensa madrileña se hizo eco de un par de visitas de la pareja a un restaurante mexicano en el céntrico barrio de La Latina, primero acompañados por el actor catalán Jordi Mollà y luego solos los dos. Ya entonces se hablaba de cariñosos gestos entre ambos.
El caso es que este mes, con Portman en Londres, donde rueda junto a Jude Law y Julia Roberts la película de Mike Nichols "Closer", se les vió de nuevo para degustar esta vez comida griega en el Real Greek, restaurante del East End, a cuyo bar llegó primero ella, y allí esperó un rato la llegada de Gael y la otra pareja. Al menos, lo que está claro es que no se trata de un capricho momentáneo.
Son jóvenes, lindos, exitosos... y al parecer también serios y contumaces en su relación. Según la IMDB, Gael Garcia Bernal, que en menos de un mes estrenará "La mala educación", de Pedro Almodóvar, tiene como poco una cariñosa amistad con la "Reina Amidala" de "La guerra de las galaxias", Natalie Portman. Según la web, el mexicano y la israelí celebraron junto a otra pareja no identificada el día de San Valentín en un restaurante griego de Londes, y se mostraron afectuosos el uno con el otro, haciendo "manitas" e incluso besándose en la boca. Y no es la primera vez, ya que su relación empezó a perfilarse en Madrid, a final del verano pasado.
García Bernal, de 25 años (tres más que Natalie), se conocieron hace cerca de un año, en una de las fiestas posteriores a la gala de los Oscars, y luego tuvieron varias citas, aunque siempre se han negado a comentar que exista algo entre ellos. A principios de septiembre, cuando el joven astro mexicano todavía filmaba en la capital española su difícil papel de travestido en lo nuevo de Almodóvar, la prensa madrileña se hizo eco de un par de visitas de la pareja a un restaurante mexicano en el céntrico barrio de La Latina, primero acompañados por el actor catalán Jordi Mollà y luego solos los dos. Ya entonces se hablaba de cariñosos gestos entre ambos.
El caso es que este mes, con Portman en Londres, donde rueda junto a Jude Law y Julia Roberts la película de Mike Nichols "Closer", se les vió de nuevo para degustar esta vez comida griega en el Real Greek, restaurante del East End, a cuyo bar llegó primero ella, y allí esperó un rato la llegada de Gael y la otra pareja. Al menos, lo que está claro es que no se trata de un capricho momentáneo.
- © Redacción-NOTICINE.com
Diego Luna estrena "Havana nights", su primer papel protagónico para Hollywood
26-II-04
Varios meses tuvo que dedicar el mexicano Diego Luna para aprender a manejarse convincentemente como experimentado bailarín en "Dirty dancing: Havana nights", oportunista producción que pretende inspirarse en la exitosa "Dirty dancing" (cuyo protagonista, Patrick Swayze, tiene ahora un papel secundario). El nuevo estreno del "charolastra" mexicano famoso por "Y tu mamá también", llega este viernes a los cines norteamericanos con la intención de convocar a los espectadores que prefieran los "pecaminosos" pasos del baile más caliente en La Habana de finales de los años 50 a las últimas horas en la vida del hijo de Dios, reflejadas violentamente por Mel Gibson en "La pasión de Cristo".
Luna, en su primer papel principal para Hollywood (después del secundario que hizo en "Open range"), incorpora a un camarero cubano que forma pareja sentimental y de baile con la joven norteamericana Katey (Romola Garai), quien se encuentra en Cuba junto a sus padres, mientras los revolucionarios capitaneados por Fidel Castro, el "Che" Guevara y Camilo Cienfuegos se acercan con sus fuerzas para derrocar al dictador Batista.
"La experiencia que viví al filmar esta película en Puerto Rico fue muy satisfactoria en todos los sentidos", ha dicho el joven actor mexicano, quien pasó cinco meses en la isla, los primeros para familiarizarse con la danza durante ocho horas al día. "Hay un espejo impresionante enfrente de ti, un maestro que baila increíble y tú te estás viendo y no te ves igual, y yo en las primeras tres semanas ya quería renunciar, me quería dar un tiro, dije esto nunca me va a salir", añadía Luna, quien también tuvo un "coach" para aprender a pronunciar con acento cubano: "Lo que más me costó fue hacer el acento en español, porque en inglés decidimos hacer un acento más neutro, para unificar a todos los actores, pero en español sí tratamos de hacer un acento cubano clavado y fue difícil".
No obstante, Diego insiste en que la mayor dificultad de su trabajo en "Havana nights" ha sido el baile: "Bailar es complicadísimo. Los cubanos me impresionan porque nacen con ese don (del baile). Yo no soy así, no crecí bailando salsa, así que tuve que trabajar dos meses, ocho horas al día, para que me la creyeran, pero tengo el honor de decir que en el rodaje no usé un solo doble, que soy todo yo, y que si sale bien o mal en pantalla es mi culpa".
Después de un pequeño papel en el film de Spielberg "Terminal", Luna participará este año en "Sólo Dios sabe", nueva cinta de Carlos Bolado, y "Criminal", de Gregory Jacobs.
Varios meses tuvo que dedicar el mexicano Diego Luna para aprender a manejarse convincentemente como experimentado bailarín en "Dirty dancing: Havana nights", oportunista producción que pretende inspirarse en la exitosa "Dirty dancing" (cuyo protagonista, Patrick Swayze, tiene ahora un papel secundario). El nuevo estreno del "charolastra" mexicano famoso por "Y tu mamá también", llega este viernes a los cines norteamericanos con la intención de convocar a los espectadores que prefieran los "pecaminosos" pasos del baile más caliente en La Habana de finales de los años 50 a las últimas horas en la vida del hijo de Dios, reflejadas violentamente por Mel Gibson en "La pasión de Cristo".
Luna, en su primer papel principal para Hollywood (después del secundario que hizo en "Open range"), incorpora a un camarero cubano que forma pareja sentimental y de baile con la joven norteamericana Katey (Romola Garai), quien se encuentra en Cuba junto a sus padres, mientras los revolucionarios capitaneados por Fidel Castro, el "Che" Guevara y Camilo Cienfuegos se acercan con sus fuerzas para derrocar al dictador Batista.
"La experiencia que viví al filmar esta película en Puerto Rico fue muy satisfactoria en todos los sentidos", ha dicho el joven actor mexicano, quien pasó cinco meses en la isla, los primeros para familiarizarse con la danza durante ocho horas al día. "Hay un espejo impresionante enfrente de ti, un maestro que baila increíble y tú te estás viendo y no te ves igual, y yo en las primeras tres semanas ya quería renunciar, me quería dar un tiro, dije esto nunca me va a salir", añadía Luna, quien también tuvo un "coach" para aprender a pronunciar con acento cubano: "Lo que más me costó fue hacer el acento en español, porque en inglés decidimos hacer un acento más neutro, para unificar a todos los actores, pero en español sí tratamos de hacer un acento cubano clavado y fue difícil".
No obstante, Diego insiste en que la mayor dificultad de su trabajo en "Havana nights" ha sido el baile: "Bailar es complicadísimo. Los cubanos me impresionan porque nacen con ese don (del baile). Yo no soy así, no crecí bailando salsa, así que tuve que trabajar dos meses, ocho horas al día, para que me la creyeran, pero tengo el honor de decir que en el rodaje no usé un solo doble, que soy todo yo, y que si sale bien o mal en pantalla es mi culpa".
Después de un pequeño papel en el film de Spielberg "Terminal", Luna participará este año en "Sólo Dios sabe", nueva cinta de Carlos Bolado, y "Criminal", de Gregory Jacobs.
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