Fernando Lebrija escribe sobre "Amar a morir"
- por © Laguna Pictures-NOTICINE.com
Por Fernando Lebrija *
Los orígenes de cómo inicié esta historia, principalmente fueron de muchas experiencias que me han rodeado siempre. No es autobiográfi ca, pero estuve cerca de estos mundos que muestro en la cinta. Algo que siempre me ha llamado mucho la atención de México, sobre todo del DF, es el racismo/clasismo que existe, nadie en el mundo se lo imagina, pero la ciudad de México es de las ciudades más racistas (clasistas) del mundo, aparte, es una ciudad que te vuelve como un caníbal, un mundo con mucha competencia y cero respeto hacia los demás, es la naturaleza de esta ciudad por su sobrepoblación y competencia.
Desde chico me impresionaba, como algunos de mis conocidos trataban a sus sirvientas y choferes sin piedad y respeto. Yo siempre lo reprobé, es por eso que en esta película decidí decir algo al respecto. "Amar a Morir", inició un día en el año 2000, cuando me encontraba surfeando en las playas de Michoacán, México, y me dije cuando estaba esperando la siguiente ola, "No sé de qué se va a tratar, pero tengo que hacer una película en este lugar". Dos años después se me ocurrió la idea y comencé a escribir el guión. Quería mezclar el México urbano con el México rural, quería mostrar los contrastes de la ciudad de México, de la clase de élite, clasista y el caos, contrastado con un México rural con gente humilde, real y con una vida tranquila. Por eso decidí poner a un "junior", hijo de papi del DF en un mundo opuesto al suyo, un mundo gobernado por indígenas, por personas a las que nuestro protagonista estaba acostumbrado a ordenar.
"Amar a morir" es una película que quiere estimular a los jóvenes de hoy a seguir sus sentimientos a pesar de la adversidad, que hagan lo que realmente más les guste, lo que les diga su corazón y sus sentidos, que no hagan lo que les imponen otras personas, entre ellas sus padres. La historia es una mezcla de un exótico romance, acción, aventura y suspenso. Le aposté por hacer una película muy ambiciosa para ser mi ópera prima. Donde lo principal es el amor a primera vista que nace de una mirada y se sostiene de la esperanza, también posee ingredientes muy realistas de nuestro México.
La ventaja que tuve al contar y escribir esta historia, es que conocía muy bien los mundos que presento en pantalla. Ya que de alguna manera viví muy cerca de todo lo que expone esta historia, como el surf que lo practico como hobbie, la alta sociedad mexicana que es muy peculiar y la tuve cerca, este pueblito surfero tan mágico el cual llevo visitando por más de 20 años, y los narcos que es un problema que arrastra México desde hace muchos años y está muy metido en nuestra sociedad.
(*) Tras pasar por varios festivales se estrena este jueves en México la opera prima en el largometraje de Lebrija, un tapatío que estudió cine en el American Film Institute y la UCLA, en California, antes de trabajar en televisión y realizar videoclips y cortometrajes. "Amar a morir", coproducida por México y Colombia, está protagonizada por José María de Tavira, Martina García y Alberto Estrella.
Los orígenes de cómo inicié esta historia, principalmente fueron de muchas experiencias que me han rodeado siempre. No es autobiográfi ca, pero estuve cerca de estos mundos que muestro en la cinta. Algo que siempre me ha llamado mucho la atención de México, sobre todo del DF, es el racismo/clasismo que existe, nadie en el mundo se lo imagina, pero la ciudad de México es de las ciudades más racistas (clasistas) del mundo, aparte, es una ciudad que te vuelve como un caníbal, un mundo con mucha competencia y cero respeto hacia los demás, es la naturaleza de esta ciudad por su sobrepoblación y competencia.
Desde chico me impresionaba, como algunos de mis conocidos trataban a sus sirvientas y choferes sin piedad y respeto. Yo siempre lo reprobé, es por eso que en esta película decidí decir algo al respecto. "Amar a Morir", inició un día en el año 2000, cuando me encontraba surfeando en las playas de Michoacán, México, y me dije cuando estaba esperando la siguiente ola, "No sé de qué se va a tratar, pero tengo que hacer una película en este lugar". Dos años después se me ocurrió la idea y comencé a escribir el guión. Quería mezclar el México urbano con el México rural, quería mostrar los contrastes de la ciudad de México, de la clase de élite, clasista y el caos, contrastado con un México rural con gente humilde, real y con una vida tranquila. Por eso decidí poner a un "junior", hijo de papi del DF en un mundo opuesto al suyo, un mundo gobernado por indígenas, por personas a las que nuestro protagonista estaba acostumbrado a ordenar.
"Amar a morir" es una película que quiere estimular a los jóvenes de hoy a seguir sus sentimientos a pesar de la adversidad, que hagan lo que realmente más les guste, lo que les diga su corazón y sus sentidos, que no hagan lo que les imponen otras personas, entre ellas sus padres. La historia es una mezcla de un exótico romance, acción, aventura y suspenso. Le aposté por hacer una película muy ambiciosa para ser mi ópera prima. Donde lo principal es el amor a primera vista que nace de una mirada y se sostiene de la esperanza, también posee ingredientes muy realistas de nuestro México.
La ventaja que tuve al contar y escribir esta historia, es que conocía muy bien los mundos que presento en pantalla. Ya que de alguna manera viví muy cerca de todo lo que expone esta historia, como el surf que lo practico como hobbie, la alta sociedad mexicana que es muy peculiar y la tuve cerca, este pueblito surfero tan mágico el cual llevo visitando por más de 20 años, y los narcos que es un problema que arrastra México desde hace muchos años y está muy metido en nuestra sociedad.
(*) Tras pasar por varios festivales se estrena este jueves en México la opera prima en el largometraje de Lebrija, un tapatío que estudió cine en el American Film Institute y la UCLA, en California, antes de trabajar en televisión y realizar videoclips y cortometrajes. "Amar a morir", coproducida por México y Colombia, está protagonizada por José María de Tavira, Martina García y Alberto Estrella.