Notas a pie de pantalla: "After" de "Siete vírgenes"
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Por Elio Castro-Villacañas
No vi en su día "El factor Pilgrim" pero sí "El Traje" y luego, años después "Siete vírgenes". Desde entonces concedo un crédito casi ilimitado a las películas que van firmadas por su director, Alberto Rodríguez. Las historias que cuenta, aunque no tengan nada que ver conmigo, las encuentro cercanas. Tienen el aroma de la calle, con personajes que pisan mi mismo asfalto, mi misma acera. Sabes que tipos como el inmigrante protagonista de "El traje" o los chavales marginados de "Siete vírgenes" están ahí, en tu ciudad, esperando a que te cruces con ellos.
Ahora Alberto Rodríguez nos propone una amarga reflexión sobre los sueños no cumplidos, sobre el desencanto y la insatisfacción que acompaña la mayoría de las veces a la vida. Se titula "After". Los personajes protagonistas del film, interpretados por Blanca Romero, Tristán Ulloa y Guillermo Toledo, rondan o sobrepasan los cuarenta años y se ve que han tenido éxito económico y social. Les ha ido bien. Como se suele decir, han triunfado. Pero los tres saben que no es así, que no es verdad. Que detrás de esa fachada se esconde su verdad. Y esa verdad sale a relucir a lo largo de una noche de marcha y desenfreno, llena de alcohol, drogas y búsqueda desesperada de sexo.
Una vez más me identifico con la historia y los personajes que retrata Alberto Rodríguez. Les encuentro reales y verídicos. Entiendo sus frustraciones. Y sin embargo no salgo del todo satisfecho del cine. Hay algo que me incomoda y me satura. Me incomoda ver tanta amargura sin apenas atisbos de esperanza alguna. Me saturan las mil y una rayas y copas que los protagonistas se meten y se toman sin descanso. Pienso también que hay desequilibrios en las historias que vemos de los tres personajes, algunos momentos que no aportan mucho, que ralentizan la narración global y que, en mi opinión, decididamente sobran.
Pero es un film que recomiendo. Merece verse. Cuando se estrenó "Siete vírgenes" las salas se llenaron de jóvenes para ver los vaivenes de Juan José Ballesta y sus colegas. Ojalá que sean ahora los "treintañeros" y cuarentones los que lo hagan. Ojalá, a pesar de la tristeza íntima que vemos, "After" encuentre su público.
No vi en su día "El factor Pilgrim" pero sí "El Traje" y luego, años después "Siete vírgenes". Desde entonces concedo un crédito casi ilimitado a las películas que van firmadas por su director, Alberto Rodríguez. Las historias que cuenta, aunque no tengan nada que ver conmigo, las encuentro cercanas. Tienen el aroma de la calle, con personajes que pisan mi mismo asfalto, mi misma acera. Sabes que tipos como el inmigrante protagonista de "El traje" o los chavales marginados de "Siete vírgenes" están ahí, en tu ciudad, esperando a que te cruces con ellos.
Ahora Alberto Rodríguez nos propone una amarga reflexión sobre los sueños no cumplidos, sobre el desencanto y la insatisfacción que acompaña la mayoría de las veces a la vida. Se titula "After". Los personajes protagonistas del film, interpretados por Blanca Romero, Tristán Ulloa y Guillermo Toledo, rondan o sobrepasan los cuarenta años y se ve que han tenido éxito económico y social. Les ha ido bien. Como se suele decir, han triunfado. Pero los tres saben que no es así, que no es verdad. Que detrás de esa fachada se esconde su verdad. Y esa verdad sale a relucir a lo largo de una noche de marcha y desenfreno, llena de alcohol, drogas y búsqueda desesperada de sexo.
Una vez más me identifico con la historia y los personajes que retrata Alberto Rodríguez. Les encuentro reales y verídicos. Entiendo sus frustraciones. Y sin embargo no salgo del todo satisfecho del cine. Hay algo que me incomoda y me satura. Me incomoda ver tanta amargura sin apenas atisbos de esperanza alguna. Me saturan las mil y una rayas y copas que los protagonistas se meten y se toman sin descanso. Pienso también que hay desequilibrios en las historias que vemos de los tres personajes, algunos momentos que no aportan mucho, que ralentizan la narración global y que, en mi opinión, decididamente sobran.
Pero es un film que recomiendo. Merece verse. Cuando se estrenó "Siete vírgenes" las salas se llenaron de jóvenes para ver los vaivenes de Juan José Ballesta y sus colegas. Ojalá que sean ahora los "treintañeros" y cuarentones los que lo hagan. Ojalá, a pesar de la tristeza íntima que vemos, "After" encuentre su público.