Entrevista con Sabrina Farji: "Recuperar la identidad, es aparecer, florecer y revivir"
- por © Cynthia García Calvo (Argentina)-NOTICINE.com
Sabrina Farji estrena en salas argentinas su segunda película en solitario, “Eva & Lola”, una producción que desde su génesis despertó particular curiosidad por su arriesgada propuesta: abordar el drama de los hijos de los desaparecidos con humor, baile y color. Previamente conocida como “Años luz” y “Kabaret Deluxe”, “Eva & Lola” es la historia de dos amigas con realidades opuestas: Eva es hija de padre desaparecido y Lola de un militar. Ambas se ganan la vida enseñando circo a niños y montando shows de corte "dark punk". Todo cambia cuando se descubre que Lola es en realidad una hija apropiada ilícitamente durante la dictadura militar.
“Eva & Lola” nació durante uno de los talleres de guión que dicta Farji, cuando Victoria Grigera le trajo una historia donde plasmaba parte de su experiencia como hija de desaparecidos. Pero esa trama no estaba exenta de humor. Ese abordaje particular interesó a la realizadora, quien se puso a trabajar con Grigera en el guión de un film donde –como en la realidad- el drama se matiza con humor, el amor puede estar frente tuyo, el baile se convierte en espacio de liberación y la amistad en tabla de salvación.
Celeste Cid, la presencia más magnética que ha dado el cine argentino en varios años, y Emme, la revelación de “El niño pez”, ponen su cuerpo y su voz a dos jóvenes que -como tantos- buscan su identidad.
- Inicialmente la película se llamó “Años luz”, luego se cambió a “Kabaret Deluxe” y finalmente se estrena como “Eva & Lola”. ¿Por qué la elección de ese título definitivo?
Porque la película necesitaba como una impronta más humana, y nada más humano y propio que un nombre propio. Kabaret Deluxe era más distante, y creo que tomar el nombre de las protagonistas tiene más llegada al espectador porque conoce con el nombre a las protagonistas. Justamente, una de las cosas que está en juego en la película es el nombre.
- La historia se narra desde el punto de vista de Eva, que es básicamente una chica que está en búsqueda de sí misma, lo cual la convierte en una historia universal. ¿La ve así?
Sí. Eso tiene que ver con que la que lleva la historia adelante es Eva, que es el personaje más universal. Ya el personaje de Lola es menos universal, es más particular, y eso tal vez hubiera dado una película más convencional. En cambio acá hay una situación de espejo entre las dos mujeres, hay una que –como bien decís- está buscando su identidad, y la forma de encontrarla es fomentando que su mejor amiga la encuentre, y de esa manera poder cerrar con su historia.
- Habló de la llegada al público, de la cercanía que busca. ¿Le parece que contar con alguien como Celeste Cid, que es tan reconocida, va a acercar a espectadores que a priori no verían una película relacionada con este tema?
Creo que es parte de la propuesta. Haber elegido a una actriz como Celeste para una película así también es parte de lo que yo quiero comunicar. Para mí fue muy exquisito trabajar con Celeste porque ella fue la que comprendió realmente en su cuerpo, y me lo mostró a mí, esto que yo decía que quería trabajar con el humor y el horror al mismo tiempo. Eso sólo lo entendió Celeste y me lo devolvió a mí en su actuación. Así que estoy muy feliz de haber trabajado con ella. Es una artista con todas las letras. Estoy muy contenta con todos los actores, la verdad. Todos han puesto su alma y cuerpo al servicio de esta película, y creo que en parte tiene que ver con lo que trata, con lo que estamos contando. Creo que es una película necesaria, y los actores lo han entendido de esa manera.
- Había un compromiso social más allá de lo actoral…
Totalmente, todos saben lo que estamos queriendo contar. Todos están muy comprometidos y han encontrado en esta película la posibilidad de hablar, desde otro lugar, de algo que les importa mucho. Eso lo agradezco. Agradezco esa sintonía.
- Para componer sus personajes, ¿trabajaron en conjunto o cada uno hizo su propia búsqueda?
Hicimos distinto tipos de trabajo. Yo hice un trabajo en particular con Emme y la que después hace de su abuela. Un trabajo emotivo, distintos tipos de ejercicios teatrales. Después con la familia de D´Elía, Lapacó, Emme y Victoria Carreras, hice como una sesión de terapia, que fue muy interesante. Hicimos varios trabajos con Celeste y Emme. Y con Celeste fuimos a encuentros con HIJOS, que nos ayudó mucho para, por un lado, tener el permiso de poder hablar con este humor y este desenfado, y también de poder imbuirme en este universo. Aparte hace mucho tiempo hice varios trabajos que tienen que ver con este tema. En el año 92 hice “Algunas mujeres”, que trataba sobre el primer caso de una niña restituida, y en el 97 hice un video que se llamaba “Un espacio al olvido”, que es un homenaje a los desaparecidos del Colegio Buenos Aires. Es un tema que me importa, y mucho; y siempre traté de buscar aproximaciones distintas para seguir contando lo mismo desde distintos lugares.
- ¿Considera que en cine, el tema de los desaparecidos está anquilosado y era necesario contarlo desde otro lugar?
Esta no es una película de desaparecidos. Es una película de amor, de personas que están buscándose a sí mismas. No es para nada una película de desaparecidos, al contrario, es una película de personas que florecen y aparecen. Y ponerle un mote sería ir en contra de lo que yo pienso que significa descubrir y recuperar una identidad. Para mí recuperar la identidad, es aparecer, florecer y revivir. No es desaparecer y estar muerto. Por eso es que hago la película que hago, desde otro lugar.
- Ahí está el riesgo, en el abordaje poco convencional…
Es que para hacer lo mismo no lo hubiera hecho. Una película lleva mucho tiempo. Se necesita mucho dinero, mucho apoyo y para hacer una película sobre una temática que pueda ser anquilosada o repetida, como decís, no me hubiera embarcado. Si no fuera por el permiso que me dio Victoria Grigera de contar su historia desde su particular mirada, tal vez no hubiera hecho esta película, por más interés que tenga en la temática. No encontraba una vuelta de tuerca de por dónde encararlo. Esta posibilidad de re-trabajar el guión con Victoria creo que es lo que a mí me interesó de la propuesta: trabajar con humor, con amor e incluso incluir números musicales, algo que podía parecer rarísimo, aunque si lo pensás, “Cabaret” y “All That Jazz” son comedias musicales que hablan de temas muy duros como la muerte o el holocausto.
- Ya tiene un nuevo proyecto, ¿qué me puede contar de él?
Se llama “El otro hombre”. Es una historia que la coescribí con Daniel Guebel. Trata sobre un director de cine divorciado de una mujer, que justo cuando están por hacer los papeles de divorcio, él tiene un ataque y queda en coma, y cuando ella –que vive en España- cree que está a punto de morir, se queda; él se va recuperando, y el amor va renaciendo pero con todo los miedos que puede haber, y por otro lado ella no sabe si él perdió la memoria o se hace el que la perdió. Hay algo de thriller erótico, que es un género en el que me gustaría meterme. Van a estar Alejandro Awada, Willy Lemos y estoy buscando la protagonista femenina que haga pareja con Awada.
- ¿Conocida o desconocida?
Quiero que sea conocida porque me doy cuenta de lo que se necesita para llevar una película adelante, sin desmerecer a actrices maravillosas que no son conocidas. Pero desde mi estructura, que es muy pequeña, necesito lograr la mayor visibilidad posible con los proyectos y lamentablemente eso achica un poco el espectro de actrices a las cuales yo pueda convocar. Probablemente sí tenga que ser conocida.
“Eva & Lola” nació durante uno de los talleres de guión que dicta Farji, cuando Victoria Grigera le trajo una historia donde plasmaba parte de su experiencia como hija de desaparecidos. Pero esa trama no estaba exenta de humor. Ese abordaje particular interesó a la realizadora, quien se puso a trabajar con Grigera en el guión de un film donde –como en la realidad- el drama se matiza con humor, el amor puede estar frente tuyo, el baile se convierte en espacio de liberación y la amistad en tabla de salvación.
Celeste Cid, la presencia más magnética que ha dado el cine argentino en varios años, y Emme, la revelación de “El niño pez”, ponen su cuerpo y su voz a dos jóvenes que -como tantos- buscan su identidad.
- Inicialmente la película se llamó “Años luz”, luego se cambió a “Kabaret Deluxe” y finalmente se estrena como “Eva & Lola”. ¿Por qué la elección de ese título definitivo?
Porque la película necesitaba como una impronta más humana, y nada más humano y propio que un nombre propio. Kabaret Deluxe era más distante, y creo que tomar el nombre de las protagonistas tiene más llegada al espectador porque conoce con el nombre a las protagonistas. Justamente, una de las cosas que está en juego en la película es el nombre.
- La historia se narra desde el punto de vista de Eva, que es básicamente una chica que está en búsqueda de sí misma, lo cual la convierte en una historia universal. ¿La ve así?
Sí. Eso tiene que ver con que la que lleva la historia adelante es Eva, que es el personaje más universal. Ya el personaje de Lola es menos universal, es más particular, y eso tal vez hubiera dado una película más convencional. En cambio acá hay una situación de espejo entre las dos mujeres, hay una que –como bien decís- está buscando su identidad, y la forma de encontrarla es fomentando que su mejor amiga la encuentre, y de esa manera poder cerrar con su historia.
- Habló de la llegada al público, de la cercanía que busca. ¿Le parece que contar con alguien como Celeste Cid, que es tan reconocida, va a acercar a espectadores que a priori no verían una película relacionada con este tema?
Creo que es parte de la propuesta. Haber elegido a una actriz como Celeste para una película así también es parte de lo que yo quiero comunicar. Para mí fue muy exquisito trabajar con Celeste porque ella fue la que comprendió realmente en su cuerpo, y me lo mostró a mí, esto que yo decía que quería trabajar con el humor y el horror al mismo tiempo. Eso sólo lo entendió Celeste y me lo devolvió a mí en su actuación. Así que estoy muy feliz de haber trabajado con ella. Es una artista con todas las letras. Estoy muy contenta con todos los actores, la verdad. Todos han puesto su alma y cuerpo al servicio de esta película, y creo que en parte tiene que ver con lo que trata, con lo que estamos contando. Creo que es una película necesaria, y los actores lo han entendido de esa manera.
- Había un compromiso social más allá de lo actoral…
Totalmente, todos saben lo que estamos queriendo contar. Todos están muy comprometidos y han encontrado en esta película la posibilidad de hablar, desde otro lugar, de algo que les importa mucho. Eso lo agradezco. Agradezco esa sintonía.
- Para componer sus personajes, ¿trabajaron en conjunto o cada uno hizo su propia búsqueda?
Hicimos distinto tipos de trabajo. Yo hice un trabajo en particular con Emme y la que después hace de su abuela. Un trabajo emotivo, distintos tipos de ejercicios teatrales. Después con la familia de D´Elía, Lapacó, Emme y Victoria Carreras, hice como una sesión de terapia, que fue muy interesante. Hicimos varios trabajos con Celeste y Emme. Y con Celeste fuimos a encuentros con HIJOS, que nos ayudó mucho para, por un lado, tener el permiso de poder hablar con este humor y este desenfado, y también de poder imbuirme en este universo. Aparte hace mucho tiempo hice varios trabajos que tienen que ver con este tema. En el año 92 hice “Algunas mujeres”, que trataba sobre el primer caso de una niña restituida, y en el 97 hice un video que se llamaba “Un espacio al olvido”, que es un homenaje a los desaparecidos del Colegio Buenos Aires. Es un tema que me importa, y mucho; y siempre traté de buscar aproximaciones distintas para seguir contando lo mismo desde distintos lugares.
- ¿Considera que en cine, el tema de los desaparecidos está anquilosado y era necesario contarlo desde otro lugar?
Esta no es una película de desaparecidos. Es una película de amor, de personas que están buscándose a sí mismas. No es para nada una película de desaparecidos, al contrario, es una película de personas que florecen y aparecen. Y ponerle un mote sería ir en contra de lo que yo pienso que significa descubrir y recuperar una identidad. Para mí recuperar la identidad, es aparecer, florecer y revivir. No es desaparecer y estar muerto. Por eso es que hago la película que hago, desde otro lugar.
- Ahí está el riesgo, en el abordaje poco convencional…
Es que para hacer lo mismo no lo hubiera hecho. Una película lleva mucho tiempo. Se necesita mucho dinero, mucho apoyo y para hacer una película sobre una temática que pueda ser anquilosada o repetida, como decís, no me hubiera embarcado. Si no fuera por el permiso que me dio Victoria Grigera de contar su historia desde su particular mirada, tal vez no hubiera hecho esta película, por más interés que tenga en la temática. No encontraba una vuelta de tuerca de por dónde encararlo. Esta posibilidad de re-trabajar el guión con Victoria creo que es lo que a mí me interesó de la propuesta: trabajar con humor, con amor e incluso incluir números musicales, algo que podía parecer rarísimo, aunque si lo pensás, “Cabaret” y “All That Jazz” son comedias musicales que hablan de temas muy duros como la muerte o el holocausto.
- Ya tiene un nuevo proyecto, ¿qué me puede contar de él?
Se llama “El otro hombre”. Es una historia que la coescribí con Daniel Guebel. Trata sobre un director de cine divorciado de una mujer, que justo cuando están por hacer los papeles de divorcio, él tiene un ataque y queda en coma, y cuando ella –que vive en España- cree que está a punto de morir, se queda; él se va recuperando, y el amor va renaciendo pero con todo los miedos que puede haber, y por otro lado ella no sabe si él perdió la memoria o se hace el que la perdió. Hay algo de thriller erótico, que es un género en el que me gustaría meterme. Van a estar Alejandro Awada, Willy Lemos y estoy buscando la protagonista femenina que haga pareja con Awada.
- ¿Conocida o desconocida?
Quiero que sea conocida porque me doy cuenta de lo que se necesita para llevar una película adelante, sin desmerecer a actrices maravillosas que no son conocidas. Pero desde mi estructura, que es muy pequeña, necesito lograr la mayor visibilidad posible con los proyectos y lamentablemente eso achica un poco el espectro de actrices a las cuales yo pueda convocar. Probablemente sí tenga que ser conocida.