"Bon appétit": el primer bocado cinematográfico de David Pinillos
- por © Elio Castro-Villacañas-NOTICINE.com
Nora Tschirner no ha podido venir a Madrid para presentar "Bon appétit", la película que protagoniza junto a Unax Ugalde. Está enferma, convaleciente de una neumonía. “Es una de las actrices con más futuro de Alemania. No para de trabajar. Trabaja tanto que ha caído enferma”, explica Unax Ugalde. Es una pena porque nos hubiera gustado ver si de cerca Nora es tan adorable como aparece en la pantalla. “Es una actriz muy simpática, muy gestual y divertida. Muchas veces me tenía que aguantar la risa”, nos cuenta Unax. Lo dicho, una verdadera pena.
La sonrisa de Nora es uno de los varios atractivos que tiene el debut tras las cámaras del director David Pinillos. Podríamos definir a "Bon appétit" como una comedia “antirromántica” si existiera esa palabra o ese género cinematográfico. “Lo más complicado era encontrar ese punto de lejana proximidad”, dice el director. “No queríamos caer en lo evidente. Partimos de una comedia romántica clásica pero quisimos arrastrar a esos personajes a la realidad, a nosotros”. En buena medida es cierto. "Bon appétit" no cae en muchos convencionalismos ni tópicos. Tiene un aire voluntariamente melancólico y hasta frío. “Me interesan esas películas en las que hay cosas que no se dicen, en las que hay silencios, en las que es difícil expresar los sentimientos. Quizá porque a mi también me pasa en la vida real”, explica David Pinillos. Al final en la película los sentimientos explotan aunque quizá no como espera la mayoría de los espectadores.
La película está ambientada en Zurich, con breves excursiones a Bilbao y a Baviera, y hablada en ingles, español y una pizca de alemán, una macedonia de lenguas y lugares que para el director no resultan nada forzadas. “Yo cada vez veo que hay en la tele más programas tipo "Españoles por el mundo" o "Callejeros viajeros". La gente se mueve por todos los países buscando su sueño y eso es lo que le pasa al personaje que interpreta Unax”, dice el director.
El sueño que tiene Daniel, el joven que interpreta Unax Ugalde, es convertirse en un gran chef de cocina. Cuando conoce a Hannah (Nora Tschirner) la realidad que ha imaginado se tambalea, comienzan las dudas. “Son unos personajes que buscan él éxito pero que descubren que en la vida hay algo más”, añade Unax que se resiste a contar muchos secretos del argumento. La historia de "Bon Appétit, como sugiere el título, está ambientada en un restaurante, entre los fogones de una cocina, algo que tampoco es baladí.
“Para mi era muy importante que la profesión de los personajes tuviera algo de artístico y que combinara el negocio con lo artístico y el mundo de la cocina reúne todo esto”, dice justificándose el director David Pinillos. Y es que, en los últimos tiempos, hay efectivamente muchas películas españolas que transcurren entre cacerolas. “Lo importante es, en definitiva, la historia de amor”. ¿Amor? Sí y no. “Bon appétit” es efectivamente una historia de amor pero un poco diferente. Como dice el subtítulo: Historias de amigos que se besan. Dejemos que sean los espectadores quienes descubran como acaba el guiso y esos besos.
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La sonrisa de Nora es uno de los varios atractivos que tiene el debut tras las cámaras del director David Pinillos. Podríamos definir a "Bon appétit" como una comedia “antirromántica” si existiera esa palabra o ese género cinematográfico. “Lo más complicado era encontrar ese punto de lejana proximidad”, dice el director. “No queríamos caer en lo evidente. Partimos de una comedia romántica clásica pero quisimos arrastrar a esos personajes a la realidad, a nosotros”. En buena medida es cierto. "Bon appétit" no cae en muchos convencionalismos ni tópicos. Tiene un aire voluntariamente melancólico y hasta frío. “Me interesan esas películas en las que hay cosas que no se dicen, en las que hay silencios, en las que es difícil expresar los sentimientos. Quizá porque a mi también me pasa en la vida real”, explica David Pinillos. Al final en la película los sentimientos explotan aunque quizá no como espera la mayoría de los espectadores.
La película está ambientada en Zurich, con breves excursiones a Bilbao y a Baviera, y hablada en ingles, español y una pizca de alemán, una macedonia de lenguas y lugares que para el director no resultan nada forzadas. “Yo cada vez veo que hay en la tele más programas tipo "Españoles por el mundo" o "Callejeros viajeros". La gente se mueve por todos los países buscando su sueño y eso es lo que le pasa al personaje que interpreta Unax”, dice el director.
El sueño que tiene Daniel, el joven que interpreta Unax Ugalde, es convertirse en un gran chef de cocina. Cuando conoce a Hannah (Nora Tschirner) la realidad que ha imaginado se tambalea, comienzan las dudas. “Son unos personajes que buscan él éxito pero que descubren que en la vida hay algo más”, añade Unax que se resiste a contar muchos secretos del argumento. La historia de "Bon Appétit, como sugiere el título, está ambientada en un restaurante, entre los fogones de una cocina, algo que tampoco es baladí.
“Para mi era muy importante que la profesión de los personajes tuviera algo de artístico y que combinara el negocio con lo artístico y el mundo de la cocina reúne todo esto”, dice justificándose el director David Pinillos. Y es que, en los últimos tiempos, hay efectivamente muchas películas españolas que transcurren entre cacerolas. “Lo importante es, en definitiva, la historia de amor”. ¿Amor? Sí y no. “Bon appétit” es efectivamente una historia de amor pero un poco diferente. Como dice el subtítulo: Historias de amigos que se besan. Dejemos que sean los espectadores quienes descubran como acaba el guiso y esos besos.
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