Colaboración: Berlanga, un verdadero Patrimonio Nacional
- por © NOTICINE.com
Por Elio Castro-Villacañas
Luis Berlanga ha sido el sociólogo que mejor ha retratado las últimas cinco décadas de la Historia de España. Ha plasmado como ningún otro autor la doble moral, la falsa caridad, el arribismo político, las miserias eróticas o los miedos atávicos a la muerte que nos rodean y nos conforman, que nos hacen, en definitiva, como somos. Y lo ha hecho arrancándonos en casi todas sus películas más de un sonrisa y una decena de buenas carcajadas pero también más de una honda reflexión.
Ver "Plácido", "El Verdugo", "La Escopeta Nacional", "Todos a la cárcel" es ver las mejores radiografías que se han hecho de las gentes de nuestro país, de todos nosotros. "Bienvenido Mr. Marshall" refleja mejor que ningún escrito el aislamiento que se vivía en España en la inmediata postguerra, las ensoñaciones por un futuro mejor.
"Todos a la cárcel" disecciona la corrupción política y social que aún estamos viviendo. Por eso el cine de Berlanga ha conseguido lo que muy pocos logran: traspasar las pantallas y mezclarse de forma natural con lo que ocurre en las calles y plazas de cualquier ciudad española. Y cuando vivimos alguna situación especial, surrealista y cómica, algo genuinamente español, no dudamos en calificarlo como “berlanguiano”.
El cine de Berlanga permanecerá ahí, como un regalo impagable que deja a futuras generaciones, a los nuevos siglos que vendrán. Y de la misma forma que hoy miramos las pinturas de las cuevas de Altamira, las ruinas romanas, las iglesias románicas, las catedrales góticas, los retratos de Velázquez o las pinturas negras de Goya, interrogándonos cómo eran aquellos españoles del pasado, habrá quien vea las películas de Berlanga como lo que realmente son, parte imprescindible de nuestra Historia, un museo en imágenes del siglo XX español, un verdadero Patrimonio Nacional. Con Mayúsculas.
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Luis Berlanga ha sido el sociólogo que mejor ha retratado las últimas cinco décadas de la Historia de España. Ha plasmado como ningún otro autor la doble moral, la falsa caridad, el arribismo político, las miserias eróticas o los miedos atávicos a la muerte que nos rodean y nos conforman, que nos hacen, en definitiva, como somos. Y lo ha hecho arrancándonos en casi todas sus películas más de un sonrisa y una decena de buenas carcajadas pero también más de una honda reflexión.
Ver "Plácido", "El Verdugo", "La Escopeta Nacional", "Todos a la cárcel" es ver las mejores radiografías que se han hecho de las gentes de nuestro país, de todos nosotros. "Bienvenido Mr. Marshall" refleja mejor que ningún escrito el aislamiento que se vivía en España en la inmediata postguerra, las ensoñaciones por un futuro mejor.
"Todos a la cárcel" disecciona la corrupción política y social que aún estamos viviendo. Por eso el cine de Berlanga ha conseguido lo que muy pocos logran: traspasar las pantallas y mezclarse de forma natural con lo que ocurre en las calles y plazas de cualquier ciudad española. Y cuando vivimos alguna situación especial, surrealista y cómica, algo genuinamente español, no dudamos en calificarlo como “berlanguiano”.
El cine de Berlanga permanecerá ahí, como un regalo impagable que deja a futuras generaciones, a los nuevos siglos que vendrán. Y de la misma forma que hoy miramos las pinturas de las cuevas de Altamira, las ruinas romanas, las iglesias románicas, las catedrales góticas, los retratos de Velázquez o las pinturas negras de Goya, interrogándonos cómo eran aquellos españoles del pasado, habrá quien vea las películas de Berlanga como lo que realmente son, parte imprescindible de nuestra Historia, un museo en imágenes del siglo XX español, un verdadero Patrimonio Nacional. Con Mayúsculas.
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