España despide a Tony Leblanc, un entrañable "vivales"
- por © Redacción-NOTICINE.com
El actor español Tony Leblanc, fallecido este sábado en Madrid a los 90 años, le ganó varios combates a la muerte, como el del accidente de tráfico que en 1983 le alejó del cine o el infarto que sufrió en 2007. El protagonista de numerosas comedias españolas desde los años 50 hasta el año pasado con "Torrente 4" fue bailarín y boxeador, entre otras muchas actividades, pero sobre todo un rostro tremendamente popular por sus participaciones en la gran pantalla, la TV y el teatro, frecuentemente interpretando personajes de pícaros de buen corazón.
Ignacio Fernández Sánchez Leblanc fue despedido este domingo por sus compañeros y admiradores en la capilla ardiente instalada en el teatro Fernán Gómez de Madrid, la misma ciudad que le vio nacer el 7 de mayo de 1922. Llegó a la actuación desde el baile, donde en su juventud logró a ganar un título en la categoría de claqué. Había debutado como figurante en el teatro con Pastora Imperio y tras la Guerra Civil acompañó como bailarín de revista a Celia Gámez.
Simultáneamente probó suerte en un terreno en el que tener buen juego de piernas es muy conveniente: el boxeo. Apodado "El Tigre de Chamberí" (por su barrio madrileño de origen), llegó a ser campeón regional de peso ligero. También jugó al fútbol en un equipo de tercera división. Sin embargo, Leblanc no empezó a ser conocido como actor hasta la década siguiente, los años 50. El cine primero y la televisión después le hicieron tremendamente popular.
En el primer campo, brilló en "Los últimos de Filipinas", "La revoltosa", "Historias de la radio", "Manolo, guarda urbano", "Los ángeles del volante", "El Tigre de Chamberí", "Las chicas de la Cruz Roja", "Secretaria para todo", "El Día de los Enamorados", "Los tramposos", "Hoy como ayer", "Los pedigueños", "La dinamita está servida", "El astronauta", "Los subdesarrollados", o su última interpretación antes de retirarse del cine en 1975: "Tres suecas para tres Rodríguez".
Esa decisión voluntaria se vio rubricada unos años más tarde con un accidente de tráfico que le provocó graves secuelas físicas y una parálisis parcial. Sin embargo, el destino le reservaba una segunda carrera actoral, cuando su colega y director Santiago Segura lo rescató del olvidó para convertirse en el padre de su emblemático personaje de "Torrente, el brazo tonto de la ley", que en las secuelas pasó a ser tío (al morir en la primera entrega). El éxito de esas comedias le permitió regresar igualmente a la televisión con la serie "Cuéntame".
En una entrevista con Europa Press el pasado junio, cuando seguía siendo noticia como actor, al protagonizar una campaña publicitaria, Leblanc resumía su relación con la profesión: "Ser actor ha sido mi vida desde los 7 años que comencé hasta los 90 que sigo trabajando, es lo mejor que me ha pasado en la vida junto a mi familia".
"Me tengo que ir de esta vida -añadía con clarividencia- porque me queda poco, con noventa años el futuro es solo un túnel negro sin salida. Te aseguro que me encanta tanto la vida y me da tanta pena tenerme que marchar que de las tonterías que se pueden decir, te digo que yo daría mi vida por seguir viviendo, y es una tontería, pero es verdad".
"Si soy sincero -decía el actor español- de tantas cosas que he hecho y tantos personajes que he interpretado, simplemente me gustaría hacer lo mismo que hecho pero mejor. Me quedo con todas las obras de teatro y películas que he hecho, para mi todas son iguales".
Ignacio Fernández Sánchez Leblanc fue despedido este domingo por sus compañeros y admiradores en la capilla ardiente instalada en el teatro Fernán Gómez de Madrid, la misma ciudad que le vio nacer el 7 de mayo de 1922. Llegó a la actuación desde el baile, donde en su juventud logró a ganar un título en la categoría de claqué. Había debutado como figurante en el teatro con Pastora Imperio y tras la Guerra Civil acompañó como bailarín de revista a Celia Gámez.
Simultáneamente probó suerte en un terreno en el que tener buen juego de piernas es muy conveniente: el boxeo. Apodado "El Tigre de Chamberí" (por su barrio madrileño de origen), llegó a ser campeón regional de peso ligero. También jugó al fútbol en un equipo de tercera división. Sin embargo, Leblanc no empezó a ser conocido como actor hasta la década siguiente, los años 50. El cine primero y la televisión después le hicieron tremendamente popular.
En el primer campo, brilló en "Los últimos de Filipinas", "La revoltosa", "Historias de la radio", "Manolo, guarda urbano", "Los ángeles del volante", "El Tigre de Chamberí", "Las chicas de la Cruz Roja", "Secretaria para todo", "El Día de los Enamorados", "Los tramposos", "Hoy como ayer", "Los pedigueños", "La dinamita está servida", "El astronauta", "Los subdesarrollados", o su última interpretación antes de retirarse del cine en 1975: "Tres suecas para tres Rodríguez".
Esa decisión voluntaria se vio rubricada unos años más tarde con un accidente de tráfico que le provocó graves secuelas físicas y una parálisis parcial. Sin embargo, el destino le reservaba una segunda carrera actoral, cuando su colega y director Santiago Segura lo rescató del olvidó para convertirse en el padre de su emblemático personaje de "Torrente, el brazo tonto de la ley", que en las secuelas pasó a ser tío (al morir en la primera entrega). El éxito de esas comedias le permitió regresar igualmente a la televisión con la serie "Cuéntame".
En una entrevista con Europa Press el pasado junio, cuando seguía siendo noticia como actor, al protagonizar una campaña publicitaria, Leblanc resumía su relación con la profesión: "Ser actor ha sido mi vida desde los 7 años que comencé hasta los 90 que sigo trabajando, es lo mejor que me ha pasado en la vida junto a mi familia".
"Me tengo que ir de esta vida -añadía con clarividencia- porque me queda poco, con noventa años el futuro es solo un túnel negro sin salida. Te aseguro que me encanta tanto la vida y me da tanta pena tenerme que marchar que de las tonterías que se pueden decir, te digo que yo daría mi vida por seguir viviendo, y es una tontería, pero es verdad".
"Si soy sincero -decía el actor español- de tantas cosas que he hecho y tantos personajes que he interpretado, simplemente me gustaría hacer lo mismo que hecho pero mejor. Me quedo con todas las obras de teatro y películas que he hecho, para mi todas son iguales".
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