Crítica: "Ciudadano Buelna", la Revolución según Cazals
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Por José Romero Carrillo
El último opus del maestro mexicano Felipe Cazals fue una de las galas del 28 Festival Internacional de Cine en Guadalajara, y a decir verdad, ha sido la mejor película latinoamericana que he podido ver hasta el momento. Por una de esas decisiones de los organizadores, quedó seleccionada para ser una de las sietes galas que diariamente se proyectan en el hermoso Teatro Diana. Una sola exhibición y todo el monto recaudado para una asociación benéfica. Y como es de suponer, no podía dejar pasar la oportunidad de presenciar el estreno de una película de la que ya había escuchado hablar, comentar mucho desde su producción hace exactamente un año.
Felipe Cazals retrata en esta película a uno de aquellos héroes invisibles o perdedores, para otros de la revolución mexicana, un joven idealista fallecido durante la rebelión huertista allá en el 1924. El general Rafael Buelna (el actor Sebastián Zurita) pudo según el director haber cambiado la historia de México en tres ocasiones: no fusiló a Álvaro Obregón, se aseguró que la Convención de Aguascalientes avalara y respetara el Plan de Ayala de los zapatistas, y finalmente le perdonó la vida a un adversario militar, el joven Lázaro Cárdenas. Una serie de decisiones que seguían la línea de sus convicciones pero que a la larga le costaron la vida, y el olvido en los anales de la historia. Al respecto el director expresó lo siguiente: "queremos compartir nuestro reconocimiento para quien no ocupa su merecido lugar en la historia de esa revolución. Rafael Buelna Tenorio parecía estaba olvidado, esta noche con ustedes lo recuperamos".
Esta cinta continúa la vocación revisionista del cineasta sobre hechos puntuales de la historia, lo que dado como resultado una trilogía de la revolución compuesta por "Las vueltas del Citrillo", "Chicogrande" y la que nos ocupa. También se pueden encontrar reminiscencias de "Su alteza serenísima" en el sentido de brindar una nueva perspectiva sobre cómo sucedieron ciertos hechos, en ofrecer un detallado fresco histórico en los que es posible centrar nuestra atención en nuevos personales antes eclipsados y menospreciados.
"Ciudadano Buelna" es sobre todo el sentido retrato de un patriota, y de cómo este ciudadano llegó a ser general, no por una loable carrera militar sino por un nivel de compromiso a sus propios ideales que sorprendió a muchos personajes de su tiempo, y ello le mereció ser respetado e incomprendido a partes iguales. No estamos frente un representación que enarbole la figura del héroe y del crítico tiempo que le tocó vivir. Cazals concibe a su ciudadano a partir de una serie de contradicciones personales, familiares y políticos. Lo hace dudar, cuestionarse frecuentemente y eso ve perfectamente en que en ningún momento está 100% a favor de la revolución ni se siente totalmente en contra del gobierno de entonces, dictador y autoritario. Si hay algo en lo que el sinaloense Rafael Buelna tenía plena certeza era en el anhelo de conseguir, después de todas las luchas posibles e imposibles: un México igualitario. Deseo que él mismo reconoce ser casi utópico.
A partir de esa imperfección y disconformidad es que Cazals saca los mejores trazos de humanidad que hayamos visto en una película mexicana sobre el espinoso tema de la revolución. Revalora un personaje histórico, casi olvidado eso sí pero lo inscribe en las coordenadas de su tiempo, dándole la valía que tuvo no por estar a punto de haber cambiado el rumbo de la historia sino por haber sido uno de los patriotas mexicanos más intachables e irreprochables de los que, penosamente, no se tenía memoria.