Crítica: "Cinco de mayo, la batalla" conformismo en medio del fuego

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'Cinco de mayo'


Por Hugo Lara Chávez

"Cinco de Mayo, la batalla", estrenada el pasado viernes simultáneamente en México (450 salas) y Estados Unidos (20) es una película épica dirigida por Rafael Lara ("La milagrosa", 2008; "Labios rojos", 2010; "El quinto mandamiento", 2011), centrada en el histórico combate contra el poderoso ejército invasor francés del 5 de mayo de 1862 en las inmediaciones de la ciudad de Puebla, que supuso un sorpresivo triunfo para la causa mexicana.

El film de Lara se sirve de dos hilos conductores que se entreveran para describir los sucesos que culminan con esa gesta. Por un lado, narra las vicisitudes de Juan Osorno (Christian Vasquez), un soldado raso que sirve al ejército mexicano, al que seguimos en sus dilemas patrióticos, en situaciones en las que corre peligro y en sus escarceos amorosos con una joven campesina, Citlali (Liz Gallardo). Por el otro lado, se desgrana el entorno de los grandes protagonistas que pasaron a la historia: por los mexicanos principalmente el general Ignacio Zaragoza (Kuno Becker), y por los franceses el Conde De Lorencez (William Miller), el general al mando de la intervención y por ende el gran villano de esta trama.

Junto a ellos hay un conglomerado de personajes que tuvieron diferentes pesos en ese momento crucial: el general español Juan Prim (Ginés García Millán); los traidores generales mexicanos Juan Nepomuceno Almonte (Mario Zaragoza) y Leonardo Márquez (Daniel Martínez), o el eficaz general republicano Porfirio Díaz (Pascasio López). También aparecen brevemente Napoleón III y Benito Juárez (Noé Hernández).

El film de 125 minutos dedica dos tercios a establecer las intrigas y acciones que ocurren como antecedentes de la confrontación bélica del 5 de mayo. Hay que señalar que el argumento en cuanto a información histórica es muy conformista, parece tomado directo de los libros oficiales, y en ese sentido tiene poco que aportar. En esta parte también se abre espacio a la melosa historia romántica entre el soldado Osorno y la campesina Citlali, poco entrañable en realidad. Y es que falta convicción en las actuaciones, pero no sólo de este par de actores, sino de todo el reparto en general, lo que supone un descuido de la dirección.

El último tercio, unos 40 minutos, es la recreación de la batalla, diseñada como el momento climático y espectacular, resuelto con grandes recursos: caballería, infantería, cientos de extras, explosiones y luchas cuerpo a cuerpo. Lara la resuelve por medio de una edición vertiginosa, cámara subjetiva y nerviosa, un tanto inspirado en secuencias como la del desembarco en Normandía de "Salvando al soldado Ryan" (Spielberg, 1998).

Lo cierto es que Lara no logra la maestría de Spielberg (sobra decirlo) puesto que en ocasiones pierde el foco narrativo de lo que le pasa a sus personajes en el campo de batalla, y en cambio se engolosina con el efectismo del movimiento incesante, del amontonamiento y del caos en planos abiertos. Dan ganas de pronto de que aparezca Pedro Infante para salvar la situación (veáse nuestro artículo sobre este acontecimiento en el cine mexicano). Aun así, es una batalla emocionante que reclamaba una estructura mejor calibrada.

Un comentario más: son de notar las consignas donde Zaragoza llama a pelear por los "mexicanos dignos" y convoca a acabar con las disputas estériles que dividen al país "entre liberales y conservadores, entre ricos y pobres, entre blancos e indígenas".  Parece que esta arenga más que dirigirla a sus tropas la hace al público mexicano que asiste a las salas, una sociedad que sigue confrontada con esos mismos dilemas hoy en día. En ese sentido, "Cinco de Mayo, la batalla" puede examinarse como una película de propaganda, que se acomoda en la lógica de esfuerzos oficiales y privados para "rescatar" el orgullo patriótico, carcomido por la corrupción y la violencia. Una de estos esfuerzos es la Iniciativa México, donde participa dentro de su consejo técnico Emilio Azcárraga Jean, presidente de Televisa, una de las entidades productoras y la distribuidora detrás de esta cinta.

"Cinco de Mayo, la batalla" es una película producida principalmente por el gobierno de Puebla y la oficial CONACULTA (equivalente al Ministerio de Cultura en México), con un presupuesto de 80 millones de pesos, acaso justificados en la solvente reconstrucción de época, la ambientación y la batalla en sí.