El veterano actor argentino Pepe Soriano estrena "Pecados"
- por © Redacción (Argentina)-NOTICINE.com
Para el actor argentino Pepe Soriano, de 83 años, estrenar una película de un nuevo director no es algo novedoso. Mucho antes de que hiciera "Pecados", segunda cinta que dirige Diego Yaker, que se estrena este jueves, había tenido la experiencia de enfrentarse a cineastas debutantes o con escasa experiencia, desde principios de su carrera, y asegura sentirse más que satisfecho: "Me interesa trabajar con realizadores jóvenes porque aunque son personas con menos oficio, también traen menos vicios. Siempre me llevé muy bien con trabajar con gente que empieza".
En declaraciones a TELAM, Soriano, quien en su panoplia de inolvidables personajes tiene al mismísimo dictador Francisco Franco y su doble en la española "Espérame en el cielo", recuerda cómo se puso a las órdenes de realizadores debutantes que luego se convirtieron en ilustres profesionales: "Si pensás en mi carrera, yo trabajé en los primeros filmes de Juan José Jusid (`Tute Cabrero´), Armando Bo (`Adiós Muchachos´) y de Raúl de la Torre (`Funes, un gran amor`), entre otros”.
"Pecados" (2011) es la historia de un apasionado primer amor adolescente, en un pueblo salteño habitado casi exclusivamente por adultos o ancianos. Bepo (Mariano Reynaga) y Lourdes (Diana Gómez) se conocen desde siempre pero se gustan desde no hace tanto. En silencio se desean mutuamente, se añoran en las oscuridades de la noche y se comparten en sueños y fantasías. Ambos, de 16 años, son los únicos jóvenes de un pueblo habitado sólo por mayores o por aquellos que no alcanzaron a irse a tiempo de este olvidado pueblo que supo ser esperanza de renacimiento y promesa de trabajo cuando la mina de piedras semipreciosas todavía era un sueño posible. Los dos son ajenos al pacto de silencio que juraron sus mayores, al misterio que oculta la abandonada capilla del pueblo y que puede destruirlos.
Soriano es el abuelo del muchacho protagonista, un viejo lutier de duro carácter, que no ve con buenos ojos la relación entre su nieto y la chica, con cuyo padre comparte un secreto. "Es un personaje sin ninguna atipicidad: un ser ermitaño en medio de la soledad de la montaña, muy relacionado con el paisaje pero poco relacionado con la gente que tiene un aspecto casi animal en su forma de ser y muy cargado de agresividad. Es un hombre hecho de silencios -agrego- porque el lugar y su historia le imponen eso: guardar secretos difíciles a los ojos de la sociedad", cuenta Soriano, quien considera que la segunda cinta del autor de "Como mariposas en la luz" trata "un tema muy complicado, porque no se trata de un romance común, sino que tiene complicaciones de orden cultural porque es una historia que no es aceptada fácilmente en una sociedad".
El reconocido intérprete de cintas como "La Patagonia rebelde", "La nona", "Los enemigos", "Cohen vs. Rosi", "El mar y el tiempo" y "El último tren", quien estuvo exiliado en España, cuyo cine le abrió sus puertas, durante la dictadura militar argentina, se prodiga también en los escenarios (ahora protagoniza la obra "Conversaciones con mamá" junto a Luis Brandoni) y para hacer cine -dice- necesita ser seducido: "La única condición es que tiene que ser entretenida porque lo peor que le puede pasar a una obra de arte es ser aburrida. Lo demás es lo discutible, el cómo o el por qué. Todo se puede discutir pero eso no".
En declaraciones a TELAM, Soriano, quien en su panoplia de inolvidables personajes tiene al mismísimo dictador Francisco Franco y su doble en la española "Espérame en el cielo", recuerda cómo se puso a las órdenes de realizadores debutantes que luego se convirtieron en ilustres profesionales: "Si pensás en mi carrera, yo trabajé en los primeros filmes de Juan José Jusid (`Tute Cabrero´), Armando Bo (`Adiós Muchachos´) y de Raúl de la Torre (`Funes, un gran amor`), entre otros”.
"Pecados" (2011) es la historia de un apasionado primer amor adolescente, en un pueblo salteño habitado casi exclusivamente por adultos o ancianos. Bepo (Mariano Reynaga) y Lourdes (Diana Gómez) se conocen desde siempre pero se gustan desde no hace tanto. En silencio se desean mutuamente, se añoran en las oscuridades de la noche y se comparten en sueños y fantasías. Ambos, de 16 años, son los únicos jóvenes de un pueblo habitado sólo por mayores o por aquellos que no alcanzaron a irse a tiempo de este olvidado pueblo que supo ser esperanza de renacimiento y promesa de trabajo cuando la mina de piedras semipreciosas todavía era un sueño posible. Los dos son ajenos al pacto de silencio que juraron sus mayores, al misterio que oculta la abandonada capilla del pueblo y que puede destruirlos.
Soriano es el abuelo del muchacho protagonista, un viejo lutier de duro carácter, que no ve con buenos ojos la relación entre su nieto y la chica, con cuyo padre comparte un secreto. "Es un personaje sin ninguna atipicidad: un ser ermitaño en medio de la soledad de la montaña, muy relacionado con el paisaje pero poco relacionado con la gente que tiene un aspecto casi animal en su forma de ser y muy cargado de agresividad. Es un hombre hecho de silencios -agrego- porque el lugar y su historia le imponen eso: guardar secretos difíciles a los ojos de la sociedad", cuenta Soriano, quien considera que la segunda cinta del autor de "Como mariposas en la luz" trata "un tema muy complicado, porque no se trata de un romance común, sino que tiene complicaciones de orden cultural porque es una historia que no es aceptada fácilmente en una sociedad".
El reconocido intérprete de cintas como "La Patagonia rebelde", "La nona", "Los enemigos", "Cohen vs. Rosi", "El mar y el tiempo" y "El último tren", quien estuvo exiliado en España, cuyo cine le abrió sus puertas, durante la dictadura militar argentina, se prodiga también en los escenarios (ahora protagoniza la obra "Conversaciones con mamá" junto a Luis Brandoni) y para hacer cine -dice- necesita ser seducido: "La única condición es que tiene que ser entretenida porque lo peor que le puede pasar a una obra de arte es ser aburrida. Lo demás es lo discutible, el cómo o el por qué. Todo se puede discutir pero eso no".