Jesús Monllaó escribe sobre "Hijo de Caín"

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Jesús Monllaó
Por Jesús Monllaó *

"Hijo de Caín" es un thriller dramático de cien minutos donde casi todo el mundo tiene secretos, y los secretos no revelados tarde o temprano se transforman en mentiras. Y esta es una historia de secretos y mentiras que alcanzan un punto de no retorno... ¿Qué sucede cuando unos padres pierden todo control sobre su primogénito? Esta es la premisa en la que se basa "Hijo de Caín", la odisea de una familia incapaz de reaccionar ante un hijo que se les escapa de las manos.

"Hijo de Caín" es un thriller psicológico que pretende huir del cliché del “niño diabólico” y explorar las raíces más profundes del complejo entramado de bondades y maldades de las personas. Mi intención como director es la de investigar los límites de la perversidad entendida como premeditación fría y calculada de actos moralmente injustificables con el único objetivo de conseguir aquello que se desea. La tesis de la misma es que la miseria moral que impregna la acción se encuentra repartida en todos los personajes, en diferentes grados. Éste no es un film de meros goodies y badies...

Es por esto mismo que la trama principal, que es adivinar cuál es la razón del carácter distante y comportamiento violento de Nicolás Albert (David Solans) -un adolescente de catorce años- viene modulada por un drama romántico en el que su madre y Julio Beltrán (Julio Manrique) -terapeuta que trata al chico- olvidan las más elementales normas de prudencia y profesionalidad y caen víctimas de una pasión narcisista y destructiva.

Un espejismo. Esta palabra define muy bien los errores cometidos por los personajes principales, una ilusión controlada por una mente que los supera a todos y que desarrolla una estrategia paralela. Si no tienen cuidado, alguien saldrá muy perjudicado... A nivel temático, este largometraje podría tomar como referentes films como Los Límites del Silencio, Las dos Caras de la Verdad, el Buen Hijo o Birth. Y es que los protagonistas de "Hijo de Caín" son seres a punto de reventar, ¡y por Dios que reventarán!

Coral (Maria Molins), la protagonista, es un ser de una madurez excepcional, una intensa riqueza interior y una belleza física serena y elegante. Una mujer que jamás desentona porque ha vivido mucho y se adapta a cualquier situación.

Carlos (Jose Coronado), marido de Coral, es seductor y protector en el marco de relación familiar. Sin embargo, en el profesional, su carácter afable esconde un tiburón de los negocios capaz de destruir a quien suponga un obstáculo para sus objetivos.

Julio (Julio Manrique) es un tipo con carisma, atractivo pero no espectacular, capaz de echarse al monte por defender un ideal. No tiene ataduras, y esto lo hace valiente y arriesgado.

Nico (David Solans), el adolescente protagonista, es un muchacho que hace ya tiempo que le ha visto la tramoya a la vida. Un ser de inteligencia excepcional, un personaje críptico, de un hermetismo sofocante… Él es el interrogante más grande de la película.

Laura (Abril García), la sobrina de Julio, es un compendio de belleza y bondad, una jovencita de doce años enamoradiza y naïf a pesar de su inteligencia. Es una de esas personas que solo ven la parte buena de las situaciones y las personas. Ella es la promesa de que realmente se puede ser feliz, por lo menos antes de que la vida empiece a golpearte de lo lindo...

Para redondear estos personajes busqué un tipo de actor muy determinado. Independientemente de su trayectoria profesional, los seleccionados deberían ser actores cuyas carreras estuvieran poco influenciadas por la televisión. Para mí este punto era muy importante de cara a construir un relato cinematográfico creíble y que alejara al público de estereotipos interpretativos.

Para terminar me gustaría añadir que mi intención ha sido hacer una película de una épica intimista, dirigida a un público amplio que esté dispuesto a disfrutar de un relato sin fisuras, sin excesivas complicaciones formales ni digitales y cronológicamente lineal en su ejecución narrativa: el argumento es reconocible, de fácil identificación por parte del espectador, un conflicto edípico de consecuencias inesperadas...

Al fin y al cabo, ¿qué familia no tiene secretos?

(*): Jesús Monllaó (Tarragona, 1967) es licenciado en Filología Anglo-Germánica y se formó en Gran Bretaña. Antes de esta su opera prima, presentada en el último Festival de Málaga y esta semana en los cines españoles, rodó tres cortos, uno de los cuales, "La Mirada Oblicua", fue nominado al Goya.

Lee la entrevista que realizamos con Monllaó en Málaga.