Eliseo Subiela escribe sobre "Paisajes devorados", su nuevo libro-película
- por © NOTICINE.com
Por Eliseo Subiela *
Muchas veces, durante alguno de mis rodajes, he pensado en la delicada, leve frontera entre mi oficio y la locura. Durante el transcurso de una filmación el director es Dios. Un equipo acata sus instrucciones tratando de interpretarlas lo más fielmente posible, intentando enriquecer el trabajo con el aporte de los talentos personales de cada uno. Pero, ¿cuándo se daría cuenta el equipo de que no se trata de "un director muy especial", sino que el director se ha vuelto loco?
¿Cuánto le llevaría al equipo darse cuenta de que no se trata de "talento y estilo personal" sino de una mente que ha perdido el rumbo?
Travellings que no van a ninguna parte, textos incomprensibles, acciones inexplicables…
A partir de esta fantasía construí el personaje de Remoro Barroso, un director de cine al que aparentemente le pasó eso.
Habiendo filmado en reiteradas ocasiones en ámbitos hospitalarios neuropsiquiátricos, he observado la mirada a veces divertida, piadosa, siempre azorada, de enfermos mentales que contemplan el desarrollo de una filmación con estupor, observando a hombres grandes que se esmeran por nivelar rieles sobre los que algunos de ellos se desplazarán subidos a un carrito en un sentido y en otro, como niños que juegan en un tren imaginario. Seres supuestamente "normales" que reiteran una y otra vez las mismas frases, los mismos gestos, con una inexplicable obsesión por lograr no se sabe bien qué.
Hacer cine es crear otra realidad, pero las fronteras entre creación y locura pueden ser tan frágiles como las que hay entre sueño y vigilia.
"Paisajes Devorados" es una película que cuenta la "investigación" sobre Remoro Barroso, un enigmático cineasta que tres estudiantes de cine descubren en un manicomio.
¿Perdido o refugiado? ¿Ficción o realidad? Quién sabe...
En todo caso, este libro hace públicos por primera vez sus pensamientos, sus delirios, sus dibujos.
La idea de "Paisajes devorados" fue, desde un comienzo, la de un proyecto cultural que incluyera una película y un libro como dos obras complementarias y al mismo tiempo autónomas.
Leyendo el libro se sospechará la película, viendo la película se presentirá el libro.
El libro es un "desprendimiento" de la película. O a la inversa.
Detrás de los pensamientos y reflexiones del protagonista, se esconde una especie de credo cinematográfico.
El libro estará disponible desde agosto en librerías especializadas mientras que la película se estrenará el 18 de julio en la Argentina.
(*): Eliseo Subiela podría haber hecho historia en el cine latinoamericano por un sólo título, "El lado oscuro del corazón", pero además este realizador argentino filmó muchas otras cintas con irregulares resultados: "Hombre mirando al sudeste", "Despabílate amor", "Lifting de corazón"... Ahora convierte a su veteranísimo colega Fernando Birri en un presunta director de cine que ha perdido la razón, en "Paisajes devorados".
Muchas veces, durante alguno de mis rodajes, he pensado en la delicada, leve frontera entre mi oficio y la locura. Durante el transcurso de una filmación el director es Dios. Un equipo acata sus instrucciones tratando de interpretarlas lo más fielmente posible, intentando enriquecer el trabajo con el aporte de los talentos personales de cada uno. Pero, ¿cuándo se daría cuenta el equipo de que no se trata de "un director muy especial", sino que el director se ha vuelto loco?
¿Cuánto le llevaría al equipo darse cuenta de que no se trata de "talento y estilo personal" sino de una mente que ha perdido el rumbo?
Travellings que no van a ninguna parte, textos incomprensibles, acciones inexplicables…
A partir de esta fantasía construí el personaje de Remoro Barroso, un director de cine al que aparentemente le pasó eso.
Habiendo filmado en reiteradas ocasiones en ámbitos hospitalarios neuropsiquiátricos, he observado la mirada a veces divertida, piadosa, siempre azorada, de enfermos mentales que contemplan el desarrollo de una filmación con estupor, observando a hombres grandes que se esmeran por nivelar rieles sobre los que algunos de ellos se desplazarán subidos a un carrito en un sentido y en otro, como niños que juegan en un tren imaginario. Seres supuestamente "normales" que reiteran una y otra vez las mismas frases, los mismos gestos, con una inexplicable obsesión por lograr no se sabe bien qué.
Hacer cine es crear otra realidad, pero las fronteras entre creación y locura pueden ser tan frágiles como las que hay entre sueño y vigilia.
"Paisajes Devorados" es una película que cuenta la "investigación" sobre Remoro Barroso, un enigmático cineasta que tres estudiantes de cine descubren en un manicomio.
¿Perdido o refugiado? ¿Ficción o realidad? Quién sabe...
En todo caso, este libro hace públicos por primera vez sus pensamientos, sus delirios, sus dibujos.
La idea de "Paisajes devorados" fue, desde un comienzo, la de un proyecto cultural que incluyera una película y un libro como dos obras complementarias y al mismo tiempo autónomas.
Leyendo el libro se sospechará la película, viendo la película se presentirá el libro.
El libro es un "desprendimiento" de la película. O a la inversa.
Detrás de los pensamientos y reflexiones del protagonista, se esconde una especie de credo cinematográfico.
El libro estará disponible desde agosto en librerías especializadas mientras que la película se estrenará el 18 de julio en la Argentina.
(*): Eliseo Subiela podría haber hecho historia en el cine latinoamericano por un sólo título, "El lado oscuro del corazón", pero además este realizador argentino filmó muchas otras cintas con irregulares resultados: "Hombre mirando al sudeste", "Despabílate amor", "Lifting de corazón"... Ahora convierte a su veteranísimo colega Fernando Birri en un presunta director de cine que ha perdido la razón, en "Paisajes devorados".