Crítica: "Tres-60", pirueta con caída final en plancha

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'Tres-60'


Por Carolina G. Guerrero

Bajo el titulo de "Tres-60", ha llegado a las salas españolas la opera prima del director vasco de televisión Alejandro Ezcurdia, producida por el actor y director Santiago Segura. En principio se presenta esta cinta como un thriller ambientado en el mundo del surf, ya que el mismo título nos da pistas de esa complicada maniobra, que consiste en ejecutar sobre una ola un giro de 360 grados para finalmente colocarse en el lugar del inicio.

Seguramente es esa la idea, que tiene más de añadido "exótico" que de elemento básico de la enrevesada e increible trama, la cual trata con sorprendente frivolidad un tema tan grave como el tráfico de órganos humanos, a partir de un guión de Luiso Berdejo ("[Rec]", "Insensibles", "El cartel de los sapos"), donostiarra reconocido fuera de nuestras fronteras como director y guionista, y especializado en peliculas de terror y suspense. La historia se desarrolla precisamente en escenarios de su ciudad natal, San Sebastian, y en ella se pueden disfrutar de muchas de sus localizaciones y bellos paisajes vascos.

En esta cinta intervienen tanto jóvenes actores poco conocidos, como es el caso de su protagonista Raúl Merida,  ("Los protegidos"), o su partenaire, una atractiva jovencita de origen canario, Sara Sálamo, con escasas participaciones en series televisivas como "Aguila roja", así como famosos y en este caso los desaprovechados actores internacionalmente conocidos Geraldine Chaplin y Joaquim de Almeida.

Guillermo (Mérida) es un universitario que practica surf, y que de pronto se ve envuelto en una extravagante investigación sobre un caso de trafico de órganos. Todo comienza cuando de manera fortuita, encuentra unas viejas fotos de un amigo de la infancia desaparecido, y sucumbiendo a  la insistencia de su hermano, un precoz y repelente chico de no mas de doce años, que domina la informática entre otras técnicas, y que se perfila como un cerebro a pesar de su corta edad, decide averiguar qué fue de aquel compañero.

El protagonista se verá envuelto en una vorágine de acontecimientos, en los que le acompañaran de forma intermitente su chica, y otro amigo interpretado brillantemente por Adam Jezierski, "El ruso", y que es el único en  aportar naturalidad y desenfado a la cinta.

Joaquim de Almeida encarna a un acaudalado medico, que bajo las ordenes del personaje "extrañisimo", interpretado por la encantadora y talentosa Geraldine Chaplin, serán los encargados de dar vida al lado oscuro de esta película de presunto suspense surfero.

Sinceramente, y con perdón de la analogía, la película hace "aguas" por muchos motivos, y aunque tiene ingredientes atractivos, como son la fotografía, y algunos de los actores que en ella participan, el guión deja al descubierto situaciones inverosimiles y que al espectador le llevan mas a la carcajada que al interés y al suspense. El intento final de dar un giro sorpresivo se convierte en amarga guinda para un pastel soso donde los haya.

Hay que destacar algunas carencias interpretativas, sobre todo las femeninas. Suponemos que la intención de esta producción es llegar a un publico joven, de ahí la elección de sus protagonistas. Raúl Merida no lo hace mal, y seguramente tendrá un prometedor futuro, tanto por sus dotes interpretativas como por su físico, Guillermo Estrella con su juventud dignifica un papel antipático, pero no podemos decir lo mismo de la guapísima Sara Sálamo, que ilumina la pantalla con su sonrisa y su cuerpo de chica diez, pero en la que aún no se aprecian grandes dotes interpretativas.

En definitiva, "Tres-60" se ahoga en algunas de sus difíciles acrobacias dramáticas, en un genero tan complicado y a veces como es el thriller, y que tan de moda se esta poniendo últimamente entre los cineastas nacionales. Se ha querido hacer un cocktail "low cost" de sabor inequivocamente comercial, pero a la postre amargo, sin una base digna de guión y con un elenco, especialmente el más joven, basado parece más en cuestiones estéticas que en valores interpretativos.