El argentino Matías Piñeiro habla de "Viola" y su nuevo proyecto

por © Jon Apaolaza-NOTICINE.com
Piñeiro, en su charla con NOTICINE.com
Esta semana el argentino Matías Piñeiro ha estrenado en su ciudad natal, Buenos Aires, dos de sus películas, el largo "Viola" y el corto "Rosalinda", cintas en las que teatro y cine se funden. Ganador de premios en el BAFICI y en Valdivia, ambos parte del cariño del cineasta, afincado en Nueva York, por la obra de Shakespeare, de la que dice preferir las comedias más que las tragedias. En diálogo exclusivo con NOTICINE.com, Piñeiro nos habla de su relación con el más famoso de los dramaturgos y su rechazo actual a filmar en Estados Unidos. También hablamos de su nuevo proyecto, que ahora empieza a filmar, "La princesa de Francia".

- Resúmane el contenido de "Viola"
Trabaja una historia de actrices ensayando una obra de Shakespeare, que es "Noche de reyes". Surge de una obra de teatro que hice yo en Buenos Aires con las mismas actrices que aparecen en la película,en la que se mezclaban un conjunto de obras de Shakespeare. Hay un interés mío sobre los personajes femeninos en la obra del autor británico y cómo se trenzan historias de las actrices con los roles shakespearianos. Confío que en esa trenza se va desarrollando una ficción de índole sentimental, con cruces y enredos.

- ¿Cuál es el origen de su interés por Shakespeare?

Eso es muy increible. Mi primer acercamiento con Shakespeare fue a partir no del teatro sino de la lectura. Empecé a leerlo y a encontrar que las comedias tenían algo que me hablaba particularmente, con lo que podía encontrar afinidad, y de pronto leyendo "Como gusteis" encontré un personaje, que es el de Rosalinda, que pensé "wow", este personaje desprende algo de la energía que tiene una de las actrices con las que yo trabajo, María Villar, y podría hacerlo. Creo que hay algo muy contemporáneo en las ideas de Shakespeare sobre el amor, sobre la ambiguedad, los cambios y las intermitencias que siguen muy vigentes. Esta fue mi primera sorpresa, encontrar que sigue vivo, comunicando, siendo un misterio, y ello me sirve para poder armar una trama, con todo este grupo de gente con el que suelo trabajar casi siempre, se hace posible hacer la película de esta manera.

- ¿Y por qué precisamente las mujeres?
Me viene desde la idea de correrse de la primera impresión que uno tiene de Shakespeare que son las tragedias. Uno piensa en Shakespeare y piensa en "Hamlet", "El Rey Lear"..., y de repente me di cuenta que en sus comedias había una energía que me comunicaba mucho más a mí, y realmente los personajes fuertes en las comedias son las mujeres, a diferencia de lo que ocurre en las tragedias. Entonces, iluminar un poco estas inversiones, estas figuras más oscuras, como Rosalinda, Viola, la princesa de Francia.... todos estos personajes que no se suelen tener tan presentes, me llevó a querer hacer esta serie de películas. Pensé: Esto no está tan transitado... concentremos. Y por otro lado conozco a un grupo de actrices que me gustan mucho, en las que confío mucho, a las que admiro, y me digo que estos personajes funcionan muy bien para ellas.

- Esta próximo a seguir con el mismo autor en una nueva película, la tercera. ¿Estamos ante una trilogía?

Espero que no, salvo que algo pase... En principio me gustaría que fuera un número más extraño, que finalmente uno pueda englobar cinco, seis, siete películas alrededor de estas figuras y que uno pueda entender mi idea, bajo un título global de "Las shakespeariadas" uno pueda englobar esta serie de películas de duraciones diversas y formatos diferentes, que trabajan estas temáticas, una y otra vez, cambiando todo el tiempo, moviendo todo el tiempo. Mi intención es que no se cierre la típica trilogía, sino sea un poco más. Que pueda haber un corto, un mediometraje, un largo...

- ¿Y siempre será esta mezcla de teatro y cine?
Sí, en principio sí. Ahora, la idea que estoy desarrollando para la próxima, que se llama "La princesa de Francia" es atravesar la radio, es decir, la obra "Trabajos de amor en vano" se está preparando no para el teatro sino como radioteatro, entonces eso me da un nuevo contexto y una nueva manera de producir esta actuación, que me parece bastante simpática. Y es muy interesante correrse en cada película para no repetirse. Sino uno hace siempre lo mismo. Se trata de trabajar con los mismos materiales pero diferentes acercamientos.

- En pocos días inicia ese nuevo proyecto ¿Puede darnos más detalles?
Va a estar basada en "Trabajos de amor en vano" o "Penas de amor perdido" y va a tener como principal personaje a un hombre. Mis películas anteriores giraban en torno a mujeres, y ahora va a ser un hombre el que toma el rol de la princesa de Francia, que es el personaje central, pero hay ciertas variaciones. El eje será ese hombre que actúa como la princesa y ha sido reemplazado, que viene de México a hacer un trabajo de esta obra, la versión radioteatro, y en esa propuesta está la idea de volver a incluirse en ese grupo que perdió. Va a tener a un conjunto de niñas que lo va a tener loco, obviamente. Está ese acercamiento de esa otra manera que es concentrar en el texto por el sonido y la escucha, un acercamiento diferente a los anteriores.

- En todas estas cintas confluyen la ficción teatral con la vida real de los personajes que la interpretan. Para usted, ¿se trata de acercar ambos mundos o de subrayar sus diferencias?
Me interesa la fusión, la ambiguedad de los dos, cómo a veces en la vida real algo parece como teatral y viceversa, pero no definirlo del todo sino dejarlo difuminado, que se fusionen, que se peguen y que todo sea como un producto del artificio. Creo que las películas tienen ese tono, que se escapa de lo naturalista sin ser absolutamente abstracto, y donde coquetea y juega con esos límites entre lo que se representa y lo que es. Hay algo de la clave de lo que me gusta hacer desde el cine para el teatro, que tiene que ver con esa permeabilidad.

- Usted reside habitualmente en Nueva York. ¿No se le ha ocurrido filmar allí películas en inglés?

En principio no. Debería conocer actores o debería entrar un contacto con un grupo de gente, igual que tengo mi grupo en Buenos Aires, que me dan ganas de querer filmarlos. Tiene que haber algo de esa primera pasión de querer retratar a un conjunto de personas, que todavía no me surgió en Estados Unidos y tampoco estoy apurado por que suceda. Me gusta trabajar en Buenos Aires, soy de allí y a veces pienso que soy director de cine en Buenos Aires, que no puedo hacer una película en todos lados. Siento que sería una porquería, sería diferente o le va a faltar algo que estas películas pueden llegar a tener, porque hay un grupo, una asociación, unos códigos que ya tenemos, que para lograr algo parecido necesitaría poder gestar ese tipo de relación en el extranjero. Tengo un vínculo muy fuerte con el fotógrafo, el montajista... No es una cosa profesional, como si hiciéramos chorizos. Es más particular. Entonces, si logro eso en otro lado, ya sea España, Italia, Uruguay... bienvenido, obvio, pero de momento no me interesa como presionarme a eso, y mucho menos confundirme con la idea de ascensión en el país de las hamburguesas. Esa idea de que uno va a Estados Unidos para hacer cine, eso no me interesa, creo que genera confusión más bien.