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La Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España celebra los cincuenta años del lanzamiento, en el seno de la Mostra de Venecia, de una de las más paradigmáticas comedias de Luis García Berlanga, "El verdugo", en la que con humor negro se trataba un tema considerablemente tabú en la sociedad franquista española, el de la pena de muerte. Este viernes, a las 19:00 horas proyectará la tragicomedia berlanguiana en su sede madrileña, con entrada libre.

Premiado en la Mostra italiana por la crítica internacional, en Moscú y en Francia, y protagonizado por José Isbert, Emma Penella, José Luis López Vázquez y Nino Manfredi (todos ellos fallecidos, como el propio director), este duro alegato contra la pena de muerte que Berlanga coescribió con Rafael Azcona, le surgió al maestro valenciano por una imagen que le había transmitido un amigo abogado cuando le contó su experiencia en una ejecución: un grupo de personas había conducido a rastras a la víctima, una mujer que se resistía, mientras que otro grupo lo había hecho igualmente con el verdugo, al que incluso hubo que inyectar un sedante y prácticamente arrastrar hasta el lugar de la ejecución.

Contaba Berlanga que él nunca vizualizaba sus películas antes de empezar a rodar, pero que con "El verdugo" sí vio una situación "mágica. Una sala blanca, enorme, sin nada de mobiliario, con una pequeña puerta al lado y dos pequeños grupos arrastrando a dos personas".  

Recordaba Diego Galán en El País que "El verdugo" se presentó en Venecia en 1963, cuando Franco acababa de ordenar el fusilamiento del comunista Julián Grimau y la ejecución por garrote vil de los anarquistas Francisco Granado y Joaquín Delgado. Desde el interior de España, se calificó como "la película más antipatriótica y antiespañola que se hubiera visto jamás", a pesar de su inocente aspecto de comedia. Quisieron incluso impedir su proyección en el festival del Lido. El embajador en Roma, Alfredo Sánchez Bella, que años después sería ministro de Información y Turismo, hizo cuanto pudo para prohibirla, pero finalmente fue aprobada para su estreno en las salas españolas, aunque con cortes...

"Cortaron -recordaba Berlanga- todas las veces que el protagonista hablaba de irse a Alemania, y suprimieron el ruido que hacían los hierros del garrote dentro del maletín del verdugo; también cortaron la escena en que los funcionarios de prisiones preparan el garrote".

Como escribió nuestro compañero Elio Castro tras el fallecimiento de su director en 2010, "Luis Berlanga ha sido el sociólogo que mejor ha retratado las últimas cinco décadas de la Historia de España. Ha plasmado como ningún otro autor la doble moral, la falsa caridad, el arribismo político, las miserias eróticas o los miedos atávicos a la muerte que nos rodean y nos conforman, que nos hacen, en definitiva, como somos. Y lo ha hecho arrancándonos en casi todas sus películas más de un sonrisa y una decena de buenas carcajadas pero también más de una honda reflexión".

"El cine de Berlanga -añadía- permanecerá ahí, como un regalo impagable que deja a futuras generaciones, a los nuevos siglos que vendrán. Y de la misma forma que hoy miramos las pinturas de las cuevas de Altamira, las ruinas romanas, las iglesias románicas, las catedrales góticas, los retratos de Velázquez o las pinturas negras de Goya, interrogándonos cómo eran aquellos españoles del pasado, habrá quien vea las películas de Berlanga como lo que realmente son, parte imprescindible de nuestra Historia, un museo en imágenes del siglo XX español, un verdadero Patrimonio Nacional. Con Mayúsculas".

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