Muere Daniel Díaz Torres, autor de "Alicia en el pueblo de Maravillas"

por © Corresponsal (Cuba)-NOTICINE.com
'La película de Ana'
El cine cubano perdió en la madrugada de este lunes, tras una larga y penosa enfermedad, a uno de sus creadores más importantes, Daniel Díaz Torres, autor de una de las cintas más polémicas de la cinematografía de la Revolución, "Alicia en el pueblo de Maravillas", que generó numerosos comentarios, censuras y hasta costó cargos políticos a señalados miembros de la dirigencia cubana. Su última cinta, "La película de Ana", fue premiada el pasado diciembre en el Festival de La Habana y considerada la mejor del año por la crítica nacional.

Díaz Torres, habanero, nació el 31 de diciembre de 1948. Pese a licenciarse en Ciencias Políticas en la Universidad capitalina se dejó arrastrar por su afición al cine, primero como crítico y comentarista en prensa y luego como director. Inició su trabajo dentro de la productora estatal del ICAIC a mediados de los 70, como director de documentales para el Noticiero ICAIC, y su primer trabajo para el cine de ficción fue "Jíbaro", en 1984. Pero resultó su tercera película, "Alicia en el pueblo de Maravillas", la primera que saltó fronteras y desató una controversia a duras penas acallada dentro del país. Esta comedia satírica llena de metáforas facilmente identificables marcó un hito en el espíritu crítico luego más ampliamente desarrollado por el ICAIC -único permitido entre los medios oficiales- y dentro de los círculos de poder levantó una ola de protestas de los sectores más claramente estalinistas, que la consideraron abiertamente "contrarrevolucionaria".

El crítico y escritor cubano Juan Antonio García-Borrero le dedicó bastantes años después un estudio al film en el que lo califica de "comedia desenfadada que aborda críticamente algunos de los males que genera la construcción de una sociedad socialista, cuyo estreno ocurriría en medio de una insólita campaña de descalificación mediática que convertiría al film en una de las cintas “malditas” producidas por el ICAIC".

A pesar del apoyo recibido por sus compañeros de profesión y del ala aperturista del régimen, Díaz Torres tuvo que esperar cuatro años para volver a dirigir, el mediometraje "Quiéreme y verás", en un registro bien distinto, aunque más adelante, con coproducciones con países europeos volvió por la senda de la comedia crítica (más moderada) en cintas como "Kleines Tropikana" (1997) y "Hacerse el sueco" (2000). Tras varios documentales, y una década después, regresó a la ficción con la comedia sentimental "Lisanka", una visión cubana de la famosa "Crisis de los misiles", y el año pasado estrenó la que algunos consideran su obra más reflexiva y madura, "La película de Ana".

Desde 1986 formó parte del profesorado de la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños.

El también realizador cubano Carlos Barba lo recuerda este lunes en su blog como "un hombre especial y de personalidad arrolladora; las charlas con él se convertían en torrentes: de pie en una esquina, acomodado en una silla, en una parada de guaguas en La Habana, en la cafetería de la Escuela de Cine en San Antonio, en un pasillo del ICAIC, donde fuera, no podías desprenderte, ¡ni querías!, lo principal era ese encuentro, escucharlo, el cine mismo y la pasión".