El guionista y director Jaime de Armiñán, Goya de Honor 2014

por © Redacción-NOTICINE.com
Jaime de Armiñán
La Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España ha anunciado este jueves la concesión del Goya de Honor, en su edición 2014, al cineasta de 86 años Jaime de Armiñán, "por una dedicación apasionada al medio cinematográfico desde los años sesenta, la creación de un cine comprometido con su tiempo y el potencial de historias ideadas siempre alejadas de los convencionalismos".

A pesar de haber superado y de lejos la edad de jubilación legal, el guionista y director madrileño asegura que no va a parar de tener cine en su vida, o al menos en su cabeza. "Un cineasta -dice- nunca se retira, tengo una comedia casi terminada y escribo casi todos los días. Los que son como yo no podemos jubilarnos porque lo hacemos únicamente cuando nos vamos a la triste fosa".

De Armiñán, que ha dirigido películas tan conocidas como "Mi querida señorita", "El nido", "El amor del capitán Brando", o "El palomo cojo", con una al menos tan dilatada carrera en la pequeña pantalla, con series que hicieron historia, como "Juncal" o "Una gloria nacional", confiesa que ha recibido "con cierta congoja y alegría" la concesión de un premio, como este de la Academia, que "toca que sea el honorífico porque ya no hacemos cine".

No hace mucho, en una clase magistral, el octogenario director reconocía su estupefacción, él que había conocido de primera mano la censura del franquismo, al ver una situación actual en la que tampoco se puede crear, pero por otras censuras, esta vez económicas: "A pesar de la desaparición de la censura que nos estrangulaba antaño, actualmente se encuentran ante una realidad aún más asfixiante debido a la crisis económica y a que, por si fuera poco, además han subido los impuestos, creando una situación insostenible para esta industria".

La calle del Prado en Madrid, colindante a la castiza Plaza de Santa Ana y el sagrado Teatro Español, vio nacer en marzo de 1927 a un cineasta singular, lúcido, prolífico y talentoso. Hijo de Luis de Armiñán, periodista en El Heraldo de Madrid y de la actriz Carmen Oliver, que alejó sus pasos de la interpretación tras pasar por la vicaría, el pequeño Jaime parecía condenado desde su nacimiento a mezlarse en su trayectoria con el mundo artístico y cultural. Era tan solo un chaval cuando tras una nueva incursión de su madre en el teatro, Jaime de Armiñán se cruzó en su camino con Fernando Fernán Gómez.

Fue un niño de la guerra, tal y como él mismo declaró –"Viví la guerra estando presente en los grandes acontecimientos. Yo tenía siete años y recuerdo que mis padres y yo nos fuimos de Madrid. En el camino nos enteramos de que habían matado a Calvo Sotelo, camino de Vitoria vi cómo caía el avión del general Mola, y en París, siendo mi padre corresponsal de guerra, asistí al término de la II Guerra Mundial. Todo esto me gustaría contarlo en una película. Son muchas las generaciones traumatizadas por la guerra"–. La Guerra Civil la pasó en San Sebastián, estudió Derecho en la capital y en 1957 se lanzó a escribir un libro –"Biografía del circo" fue considerado por algunos críticos como obra maestra en su género–. Tampoco se le resistieron el periodismo, ya que desde muy joven fue colaborador en revistas como Fotos y Dígame, y la dramaturgia, pues escribió para las tablas piezas como "Eva sin manzana" –premio Calderón de la Barca en 1953–, "Sinfonía acabada", "Nuestro fantasma" –premio Lope de Vega–, "Café del Liceo" y "Paso a nivel", entre otras.

Pero lo suyo iba a ser el cine. Al contraer matrimonio con la intérprete Elena Santonja, a Jaime de Armiñán se le abrieron las puertas de Televisión Española, casa en la que comenzó escribiendo como ‘negro’ para ella y el espacio "Entre nosotras". No saldría bien aquella experiencia al ser ambos expulsados de la cadena pública al sentirse aludida la esposa de un ministro al oir en televisión que alguien tenía “cara de pera”, pero desde entonces las relaciones del realizador madrileño con TVE serían constantes.  Fue el responsable en esa etapa de series como "Las doce caras de Juan", "Galería de maridos", "Tiempo y hora" o "Fábulas". Escribió mano a mano con Narciso Ibáñez Serrador "Historias de la frivolidad", programa dramático especial que ganaría el Gran Premio de Montreux.

Sería su amigo Adolfo Marsillach el que le propusiese para su primera aparición como guionista en unos títulos de crédito cinematográficos –"El secreto de Mónica", de José María Forqué (1961)–. A partir de ahí, otros guiones le fueron encargados: "La becerrada", "Las gemelas", "El juego de la verdad", "Un tiro por la espalda", "Tengo 17 años", "Yo he visto la muerte", "La muerte viaja demasiado",… hasta debutar en 1969 como director de cine con "Carola de día, Carola de noche", film protagonizado por Pepa Flores (Marisol) y Tony Isbert que contaba una historia tras el triunfo de la revolución, la de la joven y hermosa heredera al trono que abandona su país para salvar su vida.

Después vino "La Lola dicen que no vive sola" y "Mi querida señorita", título que le dio el espaldarazo definitivo. Coescrita y producida por el recientemente desaparecido José Luis Borau, fue nominada para el Oscar de Hollywood, galardón que fue finalmente a las manos de Luis Buñuel, que representaba al país galo con "El discreto encanto de la burguesía". Fue esta película la primera que trató en su filmografía sobre los amores heterodoxos –transexualismo, despertar erótico infantil, relaciones amorosas de personajes veteranos,…–, temática que marcaría su carrera con el paso de los años.

"Un casto varón español", "El amor del capitán Brando", "Jo, papá, Nunca es tarde", "Al servicio de la mujer española", "El nido" –con la que volvió a ser nominado al Oscar–, "En septiembre", "Stico", "La hora bruja", "Mi general", "Al otro lado del túnel" y "El palomo cojo" completan la filmografía de este realizador que destacó por ser extemporáneo a su tiempo y a su cine. 14, "Fabian road" es su última película como director, en la que dirigió con 81 años a las actrices Ángela Molina, Ana Torrent y la argentina Julieta Cardinali, y por la que pasó por el Festival de Málaga.