Maricel Álvarez y Joaquín Furriel presentaron "Un paraíso para los malditos"
- por © Edurne Sarriegui (Argentina)-NOTICINE.com
Los actores argentinos Maricel Álvarez y Joaquín Furriel hablaron con la prensa sobre su trabajo en "Un paraíso para los malditos", de Alejandro Montiel, que se estrenará comercialmente el próximo día 7. Ausente con aviso estuvo el director, por haber viajado a la capital polaca, Varsovia, para presentar el film en su festival. "Un paraíso para los malditos" comienza como un policial en el cual un sicario prepara y comete un crimen por encargo pero por un giro de la historia termina convirtiéndose en un drama que involucra a tres personajes marginales en la búsqueda de amor.
Maricel apuntó que durante el rodaje se estableció un excelente ambiente y se generó un espíritu de cuerpo que hizo más fácil el trabajo, tanto entre los técnicos como entre los tres protagonistas. "Estos buenos vínculos generan buenos trabajos", dijo.
Con respecto al género explicó que se trata de una mezcla que "comienza como un policial y después toma otras derivas narrativas y expresivas y se vuelve un drama íntimo sobre tres personajes solitarios con una vida muy dura".
El personaje que interpreta es Miriam, una madre soltera, trabajadora que sufre violencia de género. "Es un personaje que puede revertir ese signo trágico que sobrevuela su existencia y busca el amor. No se victimiza a través de su vida tan dura. Es un personaje positivo y luminoso en una película bastante opresiva, complejo pero sin sofisticación." Consideró que fue muy grato colaborar con el director para lograr todos los matices de Miriam.
La película se filmó en el partido de San Martín en la provincia de Buenos Aires en escenarios reales que aportaron mucho dramatismo a la película. Son espacios hostiles y los personajes se mueven en esa sordidez. Fueron cinco semanas de filmación principalmente durante la noche de ocho a seis de la mañana que es cuando suceden casi todas las escenas del film. Todo el equipo se tuvo que adaptar a este régimen horario.
Joaquín Furriel por su parte interpreta a Marcial, un asesino a sueldo que frente a una encrucijada toma un nuevo rumbo en su vida. Es el suyo un personaje con muy pocas palabras que se expresa más a través de gestos. Todos esos gestos se expresaron en el guion pero en algunos casos se filmó la misma escena con distintos grados de intensidad y en la edición el director eligió que versión de Marcial mostrar. "Es una película muy del director. Él tenía muy claro qué quería contar y estaba más seguro que yo de lo que yo podía llegar a lograr. Simplemente me puse a su disposición, confié y me deje llevar creyendo que él tenía la película en su cabeza".
Actor muy prolífico en el teatro y la televisión de Argentina, agradece poder elegir sus proyectos. Éste es su primer protagónico en el cine pero aclara que para hacer cine hay que tener mucho tiempo: "Los tiempos en el cine son más informales. Una película que se proyecta para marzo puede terminar filmándose en agosto. En el teatro el tiempo es preciso".
"Me interesó de este proyecto el género policial que es un género que me gusta como espectador y también me gustó esa zona sin moralidad de los personajes que no son completamente buenos ni malos".
Ambos actores expresaron que en su opinión el cine nacional está viviendo un momento próspero en cuanto a la calidad de las producciones y a las capacidades artísticas y técnicas. Está siendo más valorado por la audiencia nacional e internacional. Los espectadores están más dispuestos a acercarse al cine argentino con más alegría y menos fobias.
Maricel apuntó que durante el rodaje se estableció un excelente ambiente y se generó un espíritu de cuerpo que hizo más fácil el trabajo, tanto entre los técnicos como entre los tres protagonistas. "Estos buenos vínculos generan buenos trabajos", dijo.
Con respecto al género explicó que se trata de una mezcla que "comienza como un policial y después toma otras derivas narrativas y expresivas y se vuelve un drama íntimo sobre tres personajes solitarios con una vida muy dura".
El personaje que interpreta es Miriam, una madre soltera, trabajadora que sufre violencia de género. "Es un personaje que puede revertir ese signo trágico que sobrevuela su existencia y busca el amor. No se victimiza a través de su vida tan dura. Es un personaje positivo y luminoso en una película bastante opresiva, complejo pero sin sofisticación." Consideró que fue muy grato colaborar con el director para lograr todos los matices de Miriam.
La película se filmó en el partido de San Martín en la provincia de Buenos Aires en escenarios reales que aportaron mucho dramatismo a la película. Son espacios hostiles y los personajes se mueven en esa sordidez. Fueron cinco semanas de filmación principalmente durante la noche de ocho a seis de la mañana que es cuando suceden casi todas las escenas del film. Todo el equipo se tuvo que adaptar a este régimen horario.
Joaquín Furriel por su parte interpreta a Marcial, un asesino a sueldo que frente a una encrucijada toma un nuevo rumbo en su vida. Es el suyo un personaje con muy pocas palabras que se expresa más a través de gestos. Todos esos gestos se expresaron en el guion pero en algunos casos se filmó la misma escena con distintos grados de intensidad y en la edición el director eligió que versión de Marcial mostrar. "Es una película muy del director. Él tenía muy claro qué quería contar y estaba más seguro que yo de lo que yo podía llegar a lograr. Simplemente me puse a su disposición, confié y me deje llevar creyendo que él tenía la película en su cabeza".
Actor muy prolífico en el teatro y la televisión de Argentina, agradece poder elegir sus proyectos. Éste es su primer protagónico en el cine pero aclara que para hacer cine hay que tener mucho tiempo: "Los tiempos en el cine son más informales. Una película que se proyecta para marzo puede terminar filmándose en agosto. En el teatro el tiempo es preciso".
"Me interesó de este proyecto el género policial que es un género que me gusta como espectador y también me gustó esa zona sin moralidad de los personajes que no son completamente buenos ni malos".
Ambos actores expresaron que en su opinión el cine nacional está viviendo un momento próspero en cuanto a la calidad de las producciones y a las capacidades artísticas y técnicas. Está siendo más valorado por la audiencia nacional e internacional. Los espectadores están más dispuestos a acercarse al cine argentino con más alegría y menos fobias.