Se trasladó a Buenos Aires el rodaje de "Sexo fácil, películas tristes"

por © Redacción (Argentina)-NOTICINE.com
Escena de
Tras unas semanas de filmación en Madrid, el equipo de "Sexo fácil, películas tristes", la ópera prima tras la cámara del guionista argentino Alejo Flah, coproducida por España, se ha trasladado a Buenos Aires para terminar esta comedia romántica en la que la realidad se mezcla con la ficción, cuyo elenco encabezan actores de ambas nacionalidades: Ernesto Alterio, Marta Etura, Quim Gutierrez y Julieta Cardinali.

Alterio es Pablo Diuk, un guionista argentino al que le han encargado escribir una comedia romántica que se filmará en España, pero ¿cómo hacerlo cuando su propia experiencia amorosa es un desastre? Así (en dos tramas paralelas: una imaginada en Madrid y la otra real en Buenos Aires) los personajes de la ficción lucharán contra el espíritu de su creador y Pablo utilizará la ficción como un ajuste de cuentas, como un lugar de refugio frente a los desastres de su vida cotidiana.

Carlos Areces, Luis Luque, María Alche y Mónica Antonopulos completan el elenco de esta primera realización de Flah, conocido como coguionista de la última película de Darín, también coproducida por España, "Séptimo", que en Argentina recaudó 5,7 millones de dólares y en sus tres primeras semanas españolas lleva 2,5 millones de euros, y también de la serie de Campanella "Vientos del agua".

"La pregunta que se plantea la película es si es posible escribir una comedia romántica cuando la experiencia amorosa del que la escribe es un desastre", dice Alejo Flah, quien confiesa que el rodaje le quita el sueño: "Duermo poco (no duermo nada). Como mal. Me duele todo el cuerpo. Y nunca me he sentido mejor".

Sobre la diferencia entre ser sólo guionista y dirigir, el argentino explica: "Escribir es como nadar en una piscina. Estamos solos. Todo depende de nosotros. De nuestra fuerza, de nuestra resistencia por seguir adelante. No hay viento, no hay olas, no hay imprevistos. Nadie más nos obliga a llegar hasta el borde. Y una vez que llegamos, hay que volver a girar. Y así, una y otra vez. Brazada a brazada. O página a página. Dirigir, en cambio, es como nadar en el mar. A veces vamos a favor de la corriente, otras en contra. A veces con sol, otras con lluvia. A veces, inclusive estamos a puntos de ahogarnos. Y de lo que se trata es de usar todo eso a nuestro favor para seguir adelante. Las horas de luz, el clima, el presupuesto, los imprevistos. Todos esos “accidentes” son la película. Pero ya no es nuestra resistencia lo que nos mantiene a flote: porque afortunadamente ya no estamos solos. Y eso es algo mágico: de estar solo en casa escribiendo, pasas a estar rodeado de gente que lo da todo para que esa película que soñaste sea inclusive mejor de lo que pensabas. Esa es la sensación que tuve durante cada minuto de las tres semanas de rodaje en Madrid".