Luis Ziembrowski, a la espera de poder estrenar su opera prima, "Lumpen"

por © Redacción (Argentina)-NOTICINE.com
Ziembrowski
El actor argentino Luis Ziembrowski ("Séptimo", "Ni un hombre más", "Diablo"...) espera poder estrenar comercialmente pronto su opera prima, "Lumpen", rodada dos años atrás y estrenada el pasado mes en el Festival de Mar del Plata, donde tuvo un gran recibimiento por el gran público. Protagonizada por Sergio Boris, Diego Velázquez, Alan Daicz, Analía Couceyro y Daniel Valenzuela, la cinta, que se caracteriza por ser incómoda y perturbadora, retrata "un mundo con personajes canallescos, el tugurio argentino. La película identifica una forma argentina rota y vencida, describe a ciertos personajes que hace tiempo que no están presentes en el cine nacional, y es una punta del gran Buenos Aires que está oxidándose", según ha explicado su autor.

Aunque Ziembrowski ya había trabajado en 2008 como realizador junto a Javier Diment al dirigir el telefilm "El propietario", ahora espera asentarse como director en solitario, ya que es el momento de "conducir el barco solo". Tras haberle visto en "Sudeste" (2003), "Tatuado" (2009) y "Un amor" (2001) -en todos estos films fue reconocido como Mejor Actor en el Festival de Amiens, Marsella y Ceará respectivamente-, el cineasta ha detallado a Télam que "en todas las películas que hice como actor me fui metiendo en la puesta de cámara y en la forma de contar. Esa continuidad como actor me permitió estar sobre la materia y así aprendí mucho de cada director con los que trabajé, tratando no sólo de entender mi personaje sino la totalidad de cada escena desde todos los costados artísticos y técnicos posibles".

Y es que durante su trayectoria como actor, Ziembrowski ha ido adquiriendo conocimientos para comenzar su carrera como director y es por ello que ha podido llevar a la gran pantalla su primer largometraje, "Lumpen".  En declaraciones propias del cineasta, la obra se centra en la "historia de un cobarde". Se trata de Bruno, el papel interpretado por el argentino Sergio Boris, que es un hombre de clase media temeroso y desilusionado. A pesar de que alguna vez tuvo una serie de ideales y principios, a día de hoy, se ha vuelto hacia la indiferencia y dejadez.  

Respecto a este personaje, el realizador, que ha considerado que la gente "de nuestra generación decimos en nuestro interior que somos como él (Bruno)", es consciente de que "muchos como Bruno enarbolamos en algún momento de nuestras vidas ciertas banderas que después se abandonaron. Él sigue manteniendo una máscara progresista, pero en realidad lo que no muestra, lo que lo carcome en silencio, es que abandonó todos sus proyectos e ideales". En este sentido, el cineasta argentino ha admitido que con su cinta estaba interesado en hacer "una radiografía de la doble moral del `progre` argentino, que por un lado reivindica ciertos valores acerca de la libertad y al mismo tiempo siente un gran temor y desconfianza a los diferentes y a lo desconocido".

Diego Velázquez, Alan Daicz, Analía Couceyro y Daniel Valenzuela constituyen el resto del elenco. El origen de la película fue la crisis que atravesó Argentina en 2001. "Son personajes casi de otra época que arrastran una fuerte referencia política del 2001. Es como si hubieran quedado detenidos en aquel momento, lo cual no significa que todo aquello no pueda volver a suceder. Lamentablemente, esa forma argentina es un sedimento y una violencia latente que existe todavía hoy, aunque no esté visibilizada", ha afirmado Ziembrowski.

Mientras que, el film es un retrato angustiante de una parte de la sociedad argentina, el cual hace hincapié a algunos temas oscuros como son la intolerancia, homofobia y odio racial, "Lumpen" tiene un gran trabajo de puesta en escena. Ésta última se basa en "un mundo encerrado donde reina la desconfianza". La antigua fábrica del barrio de Parque Patricios se reconvirtió en el centro cultural donde se filmó gran parte de la obra. Un rancho, una fábrica abandonada, una barrera y un bar estuvieron materializados en el set de filmación. Se pretendía "lograr un verosímil, que el artificio esté presente pero que aparezca como un posible real de la historia y el lugar donde transcurren los hechos", según informó en 2011, Ziembrowsky. Y tras cuatro semanas de rodaje, el cineasta recogió en el mismo año para Télam, que la estética de la película tiene un  color de un "costumbrismo sucio" o "realismo extrañado".

"Lumpen", cuyo estreno comercial no tiene aún fecha precisa¡, fue presentada por primera vez en Mar de la Plata. La película tuvo una valoración positiva por parte de los espectadores. Asimismo, "quería que la película fuera perturbadora pero que al mismo tiempo produjera un atractivo muy grande.  La idea era provocar una incomodidad que en lugar de expulsar a la gente la atrapara en sus butacas. Y en Mar del Plata creo que la sensación generalizada era esa: una asfixia, algo así como me quiero ir pero no puedo", resumió el propio director.