Crítica: "Detrás del poder", radiografía de la violencia

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Arrieta, en una escena de 'Detrás del poder'

Por Fernando Castilla

La película mexicana “Detrás del Poder” es el más reciente trabajo de la joven casa productora Los Güeros Films. Javier Colinas (“Los inadaptados”, 2011), es el director de este thriller con algunos destellos de humor, contado de manera no lineal, lo que hace mantenerse a la expectativa hacia esta historia basada, la mayor parte de la trama, en un hecho real.

¿Cuánto poder puede llegar a tener una mujer? Es la pregunta que marca la vida de Miguel (Luis Arrieta), quien encarna a un joven abogado a punto de incursionar en la política para tratar de hacer un cambio en el país, sin pensar en que para ello tendrá que vivir en carne propia, la mañana de un domingo, la experiencia de sufrir el ataque de un hombre que toca la puerta de su casa, le golpea, le amarra a una silla y empieza a cuestionarle sobre su vida.

“Detrás del Poder” muestra un triángulo amoroso en el que Héctor Kotsifakis interpreta a un quiropráctico que parece ser la víctima indicada para mostrar a Miguel el verdadero camino hacia lo que México sigue necesitando en cuestión política ¡Un individuo con hambre de poder! Mónica (Paola Núñez), será la encargada de lograr que dicho objetivo se cumpla.

La trama es bien llevada por los tres protagonistas, acompañada de papeles secundarios (Lucero Lander, Rubén Pablos), que logran hilar la historia a base de dudas y con un plan para mantener al país, en el estado en que se encuentra. La música logra crear un ambiente de incertidumbre y a la vez de suspenso, el manejo de la cámara por parte de Carlos Hidalgo nos deja ver el juego y la libertad creativa del ganador al Premio de Mejor Fotografía en la pasada entrega de los Arieles por su trabajo en “El fantástico mundo de Juan Orol, 2012”.

“Detrás del Poder”, representa una de las propuestas más importantes en cuanto al género en el cine mexicano para este primer semestre del 2014.