Crítica: "Por un puñado de pelos", delirio capilar sin frenos

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'Por un puñado de pelos'


Por Edurne Sarriegui

"Por un puñado de pelos" es la última película de Néstor Montalbano y está en la misma línea de humor grotesco de sus anteriores trabajos, "Soy tu aventura" (2003) y "Pájaros volando" (2010).En esta nueva producción argentino-colombiana y filmada en San Luis, el director de éxitos televisivos como "Cha Cha Cha" y "Todo por dos pesos" vuelve a trabajar con el guionista Damián Dreizik y el resultado es una comedia de humor delirante, sin pretensiones, con algunos altibajos y apta para toda la familia.

Tuti Turman (Nicolás Vázquez) es un joven heredero de una gran fortuna, poseedor de una calvicie galopante y carente de afecto. Un día, Héctor (Daniel Ferreyra), el portero de su edificio, con el que comparte largas sesiones de videojuegos, le cuenta que su familia cuida un  salto de agua dedicado al milagroso santo Chapí que asegura una abundante cabellera. Tuti decide acompañarle a su pueblo cuando Héctor viaja para el cumpleaños de su abuela.  Una vez comprobada la eficacia de las aguas vislumbrará un rentable negocio y tendrá que enfrentar la resistencia de los habitantes del pueblo a los cambios que la explotación del recurso conllevará. Como todo viaje, hacer camino llevará irremediablemente a su protagonista a modificar su manera de ver algunas cosas.

Este es el debut cinematográfico de Nicolás Vázquez, de amplia experiencia televisiva, que interpreta con soltura su personaje. Rubén Rada y Carlos Valderrama, sin ser actores, consiguen hacer creíbles unos personajes casi, casi, de historieta.

Montalbano recurre al choque entre el chico rico y sus costumbres urbanas  con el remoto reducto donde transcurre la acción  para generar humor. La extravagancia y la abundancia capilar de los habitantes del pueblo, encabezados por su pintoresco alcalde Nemesio (el exfutbolista Carlos "el Pibe" Valderrama) los estrambóticos rituales que mezclan superstición y magia, la estrafalaria familia de Héctor (personificada por Rubén Rada y Norma Argentina) y hasta los extraños animales que se ven en el lugar, hacen contrapunto con las pretensiones y la sorpresa de Tuti.    

La multitud de acentos que se escuchan en boca de los personajes ubican la acción en algún punto de la geografía latinoamericana y la aparición de un famoso cantante termina de darle esa identidad a la cinta. Con tantos elementos y muchas ideas dando vueltas, en algunos momentos la cinta se vuelve farragosa pero a pesar de ello consigue su objetivo de entretener.