Matías Rojo habla sobre su opera prima, "Algunos días sin música"

por © Cristian Moure-NOTICINE.com
Matías Rojo
Existen mil historias de contar una historia. Y seguramente todas sean correctas. Lo importante es esa necesidad de contarla. Y eso es lo que movió al realizador argentino, de Mendoza, Matías Rojo, a hacer su primer largometraje, "Algunos días sin música". Con tres infantiles personajes protagonistas, Rojo cuenta una historia marcada por el sentimiento de culpa. Cuenta la historia de tres chicos en su viaje hacia la madurez. Y no es fácil. La película mezcla la culpa con la soledad de unos, aún, niños.

La historia cuenta el relato de Sebastián, un chico de diez años que acaba de mudarse con su familia a Mendoza. El primer día de clase conoce a sus dos nuevos amigos, Guzmán y Emilio. Los tres tienen una idea en común, pero esta idea se ve perpetrada por la muerte de su profesora de música. Los tres chicos, con unas situaciones personales variopintas pero nada favorecedoras, comenzarán a percibir el mundo adulto. Comenzarán a hacerse adultos, bajo una perspectiva de culpa que los obliga a buscar el perdón de la familia de su maestra y a planear como conseguirlo.

Para el director, que se enfrenta a su bautismo de fuego esta semana, afirma que lo que más le gusta de su película es "que el deseo compartido les hace encontrarse con una nueva mirada hacia el mundo adulto. Un deseo que hace que la muerte se vuelva cercana y que hace que se repitan a sí mismos 'Sómos asesinos'". Los tres personajes son obligados a tener una nueva percepción sobre lo cotidiano y sobre los padres. Una mirada que antes no tenían. Según su director, en declaraciones a Telam, "los tres son diferentes, pero los une la soledad".

Con respecto al trabajo actoral, "Jerónimo, tomás y Emilio -los tres actores protagonistas- me hicieron el trabajo muy fácil" señaló Rojo en referencia a la dificultad de trabajar con niños. "Los personajes en el guión estaban tan delineados que nos obligó a buscar chicos que tuvieran personalidades y características físicas que se pudieran solapar". Sin embargo, al verlos juntos en pantalla se puede ver una conexión entre los tres aunque "ninguno de ellos tenía experiencia anterior en cine. Durante los ensayos, el ritmo de los actores se apoderó de las escenas y los silencios son los que necesitaron", añadió el cineasta mendocino.

Respecto al tratamiento de la imagen, Matías Rojo ha querido puntualizar a Telam que "A mí lo que me preocupa es la identidad del relato, el construir puntos de vista a partir del mío, construir los vínculos afectivos desde lo microscópico, desde lo íntimo. Intentar pensar en lo universal e imaginarse los sentimientos humanos. Esa manera de trabajar las imágenes y los tiempos de silencio es parte de mi interpretación de un material que había escrito mucho tiempo antes".  

La película, estrenada en Mar del Plata el año pasado y que ahora llega a las salas argentinas, cuenta con la colaboración de Brasil en su producción, aparte de la aportación principal argentina.

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