Hablamos con Angie Cepeda sobre su participación en "Una noche en el viejo México"

por © A. Chacón / C.Moure-NOTICINE.com
Angie Cepeda
La colombiana Angie Cepeda, inolvidable protagonista del film de "Pancho" Lombardi "Pantaleón y las visitadoras" (2000), ha desarrollado desde entonces una amplia carrera internacional que la llevado a actuar en países como México, Perú, Brasil, Colombia, Argentina, Estados Unidos, Italia y España, y ahora llega a los cines españoles uno de sus últimos trabajos, la producción ibérica (aunque rodada en el Sur de Estados Unidos) "Una noche en el viejo México / A Night in Old Mexico", de Emilio Aragón, donde interpreta a una mujer, Patty Wafers, una mujer que ella misma define, en charla con NOTICINE.com, como "una perdedora".

"Esta es una película -explica Cepeda- que, a mi particularmente me encanta, porque esta muy bien explicadita, esta muy bien escrita desde el principio hasta el final. Te cuenta la historia de estos tres personajes empezando por Duvall que es el personaje principal y que no tiene donde vivir, el nieto al que se le ha muerto su padre y no conoce a su abuelo, y mi personaje, que es una chica que odia lo que hace y es infeliz absolutamente, con mucho miedo a volver a casa porque no quiere que su familia la vea como una perdedora.

"Se trata -añade- de unos personajes que están en un momento muy puntual en sus vidas y de repente se encuentran y la vida les cambia. Esta muy bien, porque trata de esa soledad que tienen los tres y con profundidad. Pero, a la vez es muy entretenida. Es una película que te conecta con el alma de sus seres, pero al mismo tiempo te divierte. Para mi la película es perfecta ¡Yo la amo! Porque a veces una hace películas que no le gustan tanto, pero a mi esta me hace sentir muy orgullosa".

La Patty a la que da vida la estrella cartagenera es una stripper harta de su presente, que conforma un inusual triángulo con un niño y su hasta ahora desconocido abuelo, en los que ve la posibilidad de salir de su marasmo personal. "Yo creo que mi personaje está muy bien escrito y por ello una no tiene que intentar ser graciosa ni mucho menos. Porque está ahí. Nunca hay que intentar ser graciosa porque el riesgo es conseguir lo contrario. Entonces, la forma de prepararlo ha sido intentar encontrar en mi ese lugar en el que me identifico con ella, ese punto de encuentro entre las dos. Los personajes no están fuera de uno, están dentro de uno y lo importante para mí es eso. Yo soy el personaje, pero eso no se consigue diciendo sólo “¡yo soy el personaje!”, eso se logra a través de una exploración, una visión paralela entre la vida de una y de ella, por eso se crean puntos de encuentros y diferencias, pero esas diferencias también se marcan como puntos de encuentro. Y eso estuvo muy bonito porque empiezo a descubrir, yo particularmente, qué me hace feliz, y que no tanto. Llevo tanto tiempo intentando lograr un montón de cosas, una carrera que me satisfaga, viajando de un lugar a otro lejos de mi familia, sacrificando una estabilidad emocional y digo, “¿Hasta que punto eso me hace feliz?” Toda esa exploración fue muy interesante".

Respecto del rodaje en el sur de Texas, Angie recuerda momentos de cierta tensión ambiental: "Teníamos la frontera muy cerca, en un momento en el que estaba pasando de todo, mucha violencia. Contaba Luís Tosar que en un momento estaban rodando y se escuchó una bala perdida y yo “¿qué?” Era muy fuerte que estuviese pasando esto, pero cuando estábamos nosotros no había ninguna violencia ni nada. Y hacía mucho calor, un calor tremendo. Estaba el mar ahí mismo y yo si tenía la oportunidad me daba una escapadita a la playa. Estuvo bien, un rodaje duró 23 días y eso es muy poco tiempo, pero yo particularmente lo pasé muy bien".

Duvall, el protagonista principal, es un hombre, otro perdedor, en la etapa final de su vida, algo que hace reflexionar a Cepeda. "Los seres humanos -explica- estamos constantemente evolucionando y la vida nos está poniendo constantemente a prueba para saber lo que hemos aprendido y nunca se termina de aprender. Hasta el día que se muera una persona está aprendiendo, entonces el tiempo no existe en realidad. Claro que las segundas oprtunidades, y las terceras, cuartas y quintas existen constantemente y no importa la edad. Eso es lo que me gusta de la película, que los personajes principales son estos tres, que son de generaciones totalmente distintas y eso está muy bien porque permite al público también identificarse, acaparar a un público más amplio que se puede ver reflejado de alguna forma con estas tres intervenciones. ¡Nunca es tarde! ¡Jamás!".

Respecto del director y productor, el empresario audiovisual con un pasado de actor Emilio Aragón, perteneciente a una popular saga española de payasos, la actriz colombiana comenta: "Es encantador. Muy amable, muy bueno, muy tranquilo. Buen conversador, sabe perfectamente cómo llevarte para que le des lo que quiere. Con él ya habíamos hablado del personaje que estaba tan claro hacia dónde queríamos ir. Que ya preguntarle en el rodaje no hacía falta, me daba mucha libertad. Bueno, a todos nos daba mucha libertad para hacer el trabajo. Lo más importante cuando estás rodando es estar tranquilo y eso lo transmite el director. En eso Emilio lo hizo muy bien".

Tras "Una noche en el viejo México", Angie Cepeda ha participado en la cinta peruana de Javier Fuentes-León "El elefante desaparecido", donde se reencontró con su coprotagonista de "Pantaleón...", Salvador del Solar; el thriller colombiano "La semilla del silencio", de Juan Felipe Cano, y actualmente está implicada en la comedia mexicana "Elvira, te daría mi vida pero la estoy usando", de Manolo Cano.

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