Josep Roca habla sobre los aromas y colores de "El somni"

por © Jon Apaolaza-NOTICINE.com
Josep Roca
El año pasado, cuando el restaurante español El Celler de Can Roca fue reconocido como el número uno del mundo (este 2014 es el número dos) se gestó el evento "El somni", una combinación de gastronomía, música y videoarte que se desarrolló una noche en Barcelona, surgió también la película homónima, dirigida por Franc Aleu, que tras estrenarse el pasado febrero en la Berlinale está disponible en todo el mundo vía VOD desde el pasado fin de semana. Sobre ella NOTICINE.com habló con uno de sus "protagonistas", el sumilier Josep Roca, quien junto a sus hermanos  Jordi, el pastelero (declarado este año el mejor del globo), y Joan, el chef, conforma este trío de figuras de la cocina española.

- Primero, me gustaría saber de quién fue la primera idea, tanto de “El Somni” como proyecto como de la película. ¿O las dos cosas nacieron a la vez?
“El Somni” es un proyecto que nace de una inquietud, de la parte de Franc Aleu, de su visión operística. Él es un personaje especializado en amenizar la ópera, y de nuestra parte que nosotros siempre estamos vinculando nuestro discurso sobre la cocina y las emociones. A partir de aquí, en la bodega tenemos un espacio del restaurante donde invito a la gente a pasar y a mostrar que los vinos se beben y se huelen, pero también se escuchan y se pueden sentir. Esa es una parte también que acerca a esa búsqueda de ir un poco más allá de lo que representa el placer en la mesa.

- Pero la idea de la película nació junto con el proyecto de cena “El Somni” o primero nació “El Somni” y luego se les ocurrió hacer la película?
Primero hacemos un encuentro en el que participamos en un acto con Franc Aleu, nos conocemos y a partir de ahí empezamos a jugar con creatividad del videoarte en la cocina, por entretenimiento, por diversión, por lluvia de ideas. Pero a partir de ese momento, empezamos a ver que hay una posibilidad de mostrar instantes de gran belleza aunando el mundo de la ópera con el mundo de la gastronomía. Esa idea primero es para hacer una cena, es “El Somni”, pero luego observamos que algo no podía quedar tan exclusivo y tan cerrado, sino que teníamos que democratizarlo, y la película era una opción, una posibilidad. Y a partir de que iniciamos este proyecto, de hacer “El Somni” realidad, de hacer esa cena realidad, la entendimos completamente con una película, con un libro también que acompañara esto. Pero también con una exposición que pudiera explicar qué hay detrás de ese trabajo de vanguardia.

- ¿Hasta qué punto ustedes participaron en el diseño del “guión” de esta película? Es decir, ¿dejaron total libertad a Franc o ustedes también intervinieron en “queremos más de esto” o “más de lo otro”?
No, participamos activamente, porque la intención era hacer un diálogo desde el inicio en el que comenzó incorporando palabras. A partir de esas palabras hicimos unas cartas de juego, que son las que hemos llamado “Cartas Barcelona”, que son cartas de creatividad. Y a partir de ahí queríamos de hecho nuestro reto era buscar, explorar con emociones, sentidos, instantes difícilmente encontrados en una mesa. Queríamos ahondar en las emociones más allá de la búsqueda de la felicidad que hay en un restaurante. Y lo que queríamos era provocar y buscar esa parte descontextualizada del restaurante para llegar al límite, límite en todo los sentidos. Una olla a presión sensorial, pero sobre todo también poder hablar de qué sería comer con un planteamiento de guerra, de carnalidad, de sensualidad, de angustia, de reencarnación. Cómo sería todo esto y cómo guionarlo, en definitiva, este proceso lo hemos hecho con Franc Aleu y luego la invitación a diferentes artistas que son los que han aportado su sensibilidad, su talento, su capacidad para interpretar cada uno a su manera. Y nosotros siguiendo después esa estela para hacer los platos.

- Quizás pueda llamar la atención a algunos puristas de la gastronomía que en realidad lo que es la cocina en sí de ustedes tiene incluso una presencia enorme dentro del conjunto de la película. Te da la sensación de que se concentra más en otro tipo de imágenes, muy sugerentes, que en el hecho de cómo se prepara determinado plato. Hay algunos toques, pero no es en ese sentido una película didáctica de gastronomía.
No, precisamente lo que se puede observar es la visión del director, de Franc Aleu, y de todo ese trabajo interdisciplinar en el que, cuando “El Somni” se hace realidad, la cocina recoge todo el protagonismo absoluto, pero aquí hay una interacción. Queríamos que se mostrara toda esa belleza que nosotros hemos disfrutado, poco a poco con tanto gente que nos ha aportado su visión, su capacidad y su generosidad. Y en este caso lo que se observa es verdad. Es esa parte como mucho más abierta de instantes de belleza más que un concepto pedagógico. En todo caso, “El Somni” para nosotros es una de las dieciséis patas del punto de creatividad de nuestro restaurante. Ésta, en este caso, es la transversalidad y buscar en ella el límite, el máximo para poder interaccionar en una mesa.

- ¿Qué opinan ustedes sobre este tipo de “boom” que hay ahora televisivo de todo lo gastronómico, canales de cocina, concursos de cocineros? ¿Es algo positivo o puede tener también algún elemento negativo?
Es un “boom” que tiene que ver con un reconocimiento a un oficio. Es una manera de poder mostrar que el trabajo del cocinero es un trabajo serio, que detrás hay rigor, que hay un esfuerzo, una experiencia. Y en definitiva, creo que es una oportunidad. Los programas son una oportunidad para que la gente se dedique más a cocinar. Que la gente pueda entender que detrás de la cocina puede haber cariño. Es verdad que hay ahí una pátina de entretenimiento y desinhibición para mucha gente que observa esto. Y también, esa parte de reality, pero yo creo que tenemos que aprovechar esto para mostrar un oficio, que la gente puede dedicarse a la cocina, que cocinando puede interpretar mejor los productos, que se puede comer mucho mejor en casa y, sobre todo, que comer es una parte importante, pero sobre todo que dar de comer también tiene que ver con dar amor, con dar cariño, con una manera de afecto que probablemente es importante que la gente tenga en consciencia. Vamos a aprovecharlo, intentaremos no hacernos daño.

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