Hablamos con Jaime Rosales sobre el estreno de "Hermosa juventud"
- por © I.J. (Cannes)-NOTICINE.com
A pocos días de regresar del festival de Cannes, donde fue el único cineasta español seleccionado en todos los apartados (Un Certain Regard, en su caso), el guionista y director Jaime Rosales estrena en su país "Hermosa juventud", una cinta sobre una pareja de jóvenes a la espera de ser padres que se enfrentan al panorama desolador de la actual crisis económica española: sin trabajo y sin casa propia. Sin embargo, en entrevista exclusiva con NOTICINE.com, el autor de "La soledad" y "Sueño y silencio", asegura que aunque no haya optimismo en su nuevo film, sí hay esperanza.
- Se ha dicho que su película es generacional. ¿Usted la ve así?
"Hermosa juventud" es un retrato. Es un retrato de la juventud en España, es un retrato que intenta ser muy preciso que he intentado hacer sin, a priori, ideas preconcebidas y sin una tesis que imponer al espectador. Me parece que es un retrato sobre los jóvenes de la periferia de las ciudades de la España actual, de una España con todos los problemas que hay, de paro y de integración.
- Sus jóvenes son hermosos, pero su juventud en realidad es bastante fea, deprimente, y desesperanzada, no?
Yo no creo que sea desesperanzadora. Sí que no es optimista, porque el optimismo es algo que no me gusta, es creer que estas mejor de lo que estás y eso no te ayuda a cambiar. Pero esperanza sí. Decía un filósofo que en un campo de concentración no hay razones para el optimismo pero sí para la esperanza. A mí esto me parece igual, yo creo que sí saldremos adelante, los jóvenes saldrán adelante y además contribuirán a crear un mundo mejor para ellos y para nosotros. Cuando hago un retrato que intenta ser fiel y la situación actual no es buena pues inevitablemente vamos a ver en la película cosas que reflejan esa situación tan difícil de la imposibilidad de encontrar empleo, y todo lo que eso implica a nivel personal y psicológico, pero yo sí que tengo esperanza. Si no fuese así, no haría cine.
- ¿No le da miedo que precisamente el pesimismo de su historia aleje a una parte del público que si no un "happy end" gusta de al menos una ventanita a la esperanza?
Nunca se sabe la respuesta del público. Estoy contento de que los dos pases oficiales han ido, yo creo, bastante bien. Pienso que ha sido posiblemente, de mis cuatro películas aquí en Cannes, de las que ha sido mejor recibida por el público, entonces eso me da algo más de confianza en que esta película es mucho más abierta. He hecho un esfuerzo muy grande, con todo lo que ello conlleva a nivel personal de lo que yo estaba haciendo, para hacerla más accesible.
- Así la ha definido la crítica, "accesible" y usted mismo ha dicho que es la menos personal...
Es muy fácil entenderlo. Hasta ahora mis películas, lo que más peso llevaba era la parte formal. A mi lo que más me importaba era la exploración formal. En esta película lo que más me ha importado es la historia. Hasta ahora mis películas, mi obsesión, tenía que ver con el lenguaje, pero en esta película tiene que ver con los personajes. Y eso se nota en, por ejemplo, los planos. El otro día en el pase oficial, que aunque yo había visto la película y no era la primera vez, cuando la ves en una sala, con un público… yo empecé a verla y dije “madre mía, que rápido pasan los planos”. Yo siempre hacía planos más lentos y, sin embargo, aquí todo era más eficiente y más eficaz. Y tambien he buscado más la conexión emocional. Yo creo que es una película que si tiene una virtud o una fuerza es que ellos te llevan para adentro y te dejas llevar por la película. Eso es también un planteamiento más clásico, más emocional y menos intelectual.
- El "trabajo" que encuentran estos jóvenes en la pornografía puede atraer quizás a espectadores que acudan en busca de algo diferente a lo que se van a encontrar. ¿Pensó en algún momento en eso?
Sí, es verdad. Hubo un momento, cuando hubo una pequeña filtración y se dijo que estaba haciendo una película con Torbe (un popular productor de cine "X" español) y que era algo al estilo Lars Von Trier y muy vouyerista. Y luego yo creo que los periodistas, los primeros que vieron la película, dijeron “pero si no hay nada de esto”. Sí que está Torbe, sí que participa, sí que hay algo que tiene que ver, pero no es una mirada ni morbosa ni espectacular sino más bien todo lo contrario. Yo creo que al final lo único que va a importar, una vez pasada toda la etapa de promoción, si se crea un debate social o no en los medios y si se produce un boca-boca o no entre los espectadores. Esa es para mí la clave. Y esto hasta el fin de semana de después del estreno el 30 de mayo, o las semanas de después, no veremos si esto se ha producido. Esto que para mi es la clave.
- La crisis está llegando al cine español, como temática, tanto en comedia como en drama. Imagino que piensa que es mejor encarar la realidad que hacer otro tipo de cine digamos escapista...
Creo que es bueno que haya un poco de todo. Si todo fueran películas como la mía o todo fueran películas como “Ocho apellidos vascos” ¡mal! Tiene que haber diferentes propuestas, que sean diferentes propuestas estéticas de contenido y eso es lo que le da riqueza a la cinematografía de un país. La diversidad y la calidad.
- El cine español es tan malo que sólo merecía un representante en todo el festival de Cannes?
En general, hay tres factores que juegan. A Cannes le gusta mucho un cine bastante radical y el cine español, en general, es más tradicional. Por otro lado las producciones de cine español se tornan más hacia el otoño porque cuando empieza el sol y el calor en España la gente ya no suele ir tanto al cine. Y luego hay un tercer factor que tiene que ver con las cosechas. Ha habido años buenos. Yo recuerdo un año en que hubo dos películas españolas en competición, una de Almodóvar y otra de Isabel Coixet, y una tercera de Amenábar fuera de competición. O sea, que hay años que hay cuatro películas como ahora hay mucho argentino pero nada mexicano. Hace dos años había mucho mexicano pero no había nada argentino. Va un poco por cosechas también.
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- Se ha dicho que su película es generacional. ¿Usted la ve así?
"Hermosa juventud" es un retrato. Es un retrato de la juventud en España, es un retrato que intenta ser muy preciso que he intentado hacer sin, a priori, ideas preconcebidas y sin una tesis que imponer al espectador. Me parece que es un retrato sobre los jóvenes de la periferia de las ciudades de la España actual, de una España con todos los problemas que hay, de paro y de integración.
- Sus jóvenes son hermosos, pero su juventud en realidad es bastante fea, deprimente, y desesperanzada, no?
Yo no creo que sea desesperanzadora. Sí que no es optimista, porque el optimismo es algo que no me gusta, es creer que estas mejor de lo que estás y eso no te ayuda a cambiar. Pero esperanza sí. Decía un filósofo que en un campo de concentración no hay razones para el optimismo pero sí para la esperanza. A mí esto me parece igual, yo creo que sí saldremos adelante, los jóvenes saldrán adelante y además contribuirán a crear un mundo mejor para ellos y para nosotros. Cuando hago un retrato que intenta ser fiel y la situación actual no es buena pues inevitablemente vamos a ver en la película cosas que reflejan esa situación tan difícil de la imposibilidad de encontrar empleo, y todo lo que eso implica a nivel personal y psicológico, pero yo sí que tengo esperanza. Si no fuese así, no haría cine.
- ¿No le da miedo que precisamente el pesimismo de su historia aleje a una parte del público que si no un "happy end" gusta de al menos una ventanita a la esperanza?
Nunca se sabe la respuesta del público. Estoy contento de que los dos pases oficiales han ido, yo creo, bastante bien. Pienso que ha sido posiblemente, de mis cuatro películas aquí en Cannes, de las que ha sido mejor recibida por el público, entonces eso me da algo más de confianza en que esta película es mucho más abierta. He hecho un esfuerzo muy grande, con todo lo que ello conlleva a nivel personal de lo que yo estaba haciendo, para hacerla más accesible.
- Así la ha definido la crítica, "accesible" y usted mismo ha dicho que es la menos personal...
Es muy fácil entenderlo. Hasta ahora mis películas, lo que más peso llevaba era la parte formal. A mi lo que más me importaba era la exploración formal. En esta película lo que más me ha importado es la historia. Hasta ahora mis películas, mi obsesión, tenía que ver con el lenguaje, pero en esta película tiene que ver con los personajes. Y eso se nota en, por ejemplo, los planos. El otro día en el pase oficial, que aunque yo había visto la película y no era la primera vez, cuando la ves en una sala, con un público… yo empecé a verla y dije “madre mía, que rápido pasan los planos”. Yo siempre hacía planos más lentos y, sin embargo, aquí todo era más eficiente y más eficaz. Y tambien he buscado más la conexión emocional. Yo creo que es una película que si tiene una virtud o una fuerza es que ellos te llevan para adentro y te dejas llevar por la película. Eso es también un planteamiento más clásico, más emocional y menos intelectual.
- El "trabajo" que encuentran estos jóvenes en la pornografía puede atraer quizás a espectadores que acudan en busca de algo diferente a lo que se van a encontrar. ¿Pensó en algún momento en eso?
Sí, es verdad. Hubo un momento, cuando hubo una pequeña filtración y se dijo que estaba haciendo una película con Torbe (un popular productor de cine "X" español) y que era algo al estilo Lars Von Trier y muy vouyerista. Y luego yo creo que los periodistas, los primeros que vieron la película, dijeron “pero si no hay nada de esto”. Sí que está Torbe, sí que participa, sí que hay algo que tiene que ver, pero no es una mirada ni morbosa ni espectacular sino más bien todo lo contrario. Yo creo que al final lo único que va a importar, una vez pasada toda la etapa de promoción, si se crea un debate social o no en los medios y si se produce un boca-boca o no entre los espectadores. Esa es para mí la clave. Y esto hasta el fin de semana de después del estreno el 30 de mayo, o las semanas de después, no veremos si esto se ha producido. Esto que para mi es la clave.
- La crisis está llegando al cine español, como temática, tanto en comedia como en drama. Imagino que piensa que es mejor encarar la realidad que hacer otro tipo de cine digamos escapista...
Creo que es bueno que haya un poco de todo. Si todo fueran películas como la mía o todo fueran películas como “Ocho apellidos vascos” ¡mal! Tiene que haber diferentes propuestas, que sean diferentes propuestas estéticas de contenido y eso es lo que le da riqueza a la cinematografía de un país. La diversidad y la calidad.
- El cine español es tan malo que sólo merecía un representante en todo el festival de Cannes?
En general, hay tres factores que juegan. A Cannes le gusta mucho un cine bastante radical y el cine español, en general, es más tradicional. Por otro lado las producciones de cine español se tornan más hacia el otoño porque cuando empieza el sol y el calor en España la gente ya no suele ir tanto al cine. Y luego hay un tercer factor que tiene que ver con las cosechas. Ha habido años buenos. Yo recuerdo un año en que hubo dos películas españolas en competición, una de Almodóvar y otra de Isabel Coixet, y una tercera de Amenábar fuera de competición. O sea, que hay años que hay cuatro películas como ahora hay mucho argentino pero nada mexicano. Hace dos años había mucho mexicano pero no había nada argentino. Va un poco por cosechas también.
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