El argentino Gustavo Corrado estrena el drama secretista "El manto de hiel"

por © Fernando S. Recio-NOTICINE.com
Rodaje de 'El manto de hiel'
"El manto de hiel", la nueva  película del director Gustavo Corrado ("Garúa"), se estrena este jueves. El cineasta argentino comenzó a preparar esta cinta allá por el año 1995 mientras cursaba sus estudios en la Universidad del Cine de Buenos Aires, hasta el punto de llegar a hacer un casting y elegir localizaciones. El film está finalmente protagonizado por William Prociuk, Margarita Molfino, Daniel Dibiase, Alberto Suárez y Eduardo Iácono, entre otros.

El largometraje cuenta la historia de un hombre que vive en la ciudad y que tienen un pasado muy oscuro. Por accidente llega a un pequeño pueblo perdido en el desierto donde se encuentra con una mujer que vive allí con su hija pequeña y un grupo de hombres que poseen oscuros e intrigantes secretos. "Que olvide toda esperanza aquel que entra a este lugar", es una frase de "El Infierno", de Dante Alighieri, que Corrado decidió poner al principio del filme para dar la sensación de "un espacio del cual no hay salida. Es la idea de que el que entra en ese lugar inhóspito y desértico donde llega el protagonista no puede salir, o no puede salir vivo", según comentó a Telam.

Del espacio desértico que envuelve a la película "me interesaban el clima, los trenes que no llegan a ninguna parte, un aire sospechosos y el tema de los temblores frecuentes", explicó el cineasta a la agencia argentina. Su idea principal era que "la naturaleza fuera muy protagonista en la historia. Hay una búsqueda constante entre la naturaleza y los personajes, confinados hace muchos años para tratar de tapar una gran matanza que hubo en ese lugar. Los temblores hacen emerger cadáveres y huesos que nunca terminan de quedar ocultos porque la naturaleza los hace emerger permanentemente", comentó.

En "El manto de hiel", Corrado "intentaba establecer un paralelo con la historia reciente y el inconsciente colectivo argentino. No se pueden esconder los crímenes ni la gran culpa. Todas mis películas tienen que ver con la culpa y la búsqueda de redención", afirmó.  Según Corrado "el jefe de la banda estaría pagando una culpa pasada y esos huesos que afloran permanentemente de lo profundo de la tierra serían como una evidencia de sus propios crímenes. En ese sentido, busqué cierta ambigüedad en la narración para darle un papel más activo al espectador para que construya la historia a su manera".

"Lo fantástico estaba en la raíz de la historia. La inspiración estaba en algo misterioso y oscuro que los temblores hacen surgir de abajo de la tierra", señaló el cineasta, quién rodó en una mina de oro abandonada "un desierto lleno de insectos, víboras, tormentas por la noche y calores insoportables durante el día", comentó. "Pensé también en el género western, quería que aparecieran armar y disparos, pero fundamentalmente la llegada de un extraño que llega a un pueblo amenazante y despierta pasiones con la chica que vive allí. Una situación típica del western", agregó.

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