Crítica: "Perdiendo el norte", no vayas a Alemania, Pepe

por © NOTICINE.com
'Perdiendo el norte'


Por Santiago Etxeberría

La recién estrenada película española "Perdiendo el norte" (2015), de Nacho G. Velilla, se inspira principalmente en torno a la crisis económica, abordando prácticamente todas sus consecuencias, la dificultad de los jóvenes para encontrar trabajo, su necesidad de salir al extranjero, paro, desahucios, todo ello desde un tono cómico fácil, muchas veces mal conseguido, y una crítica extremadamente poco arriesgada.

El film cuenta la historia de Hugo (Yon González) y Braulio (Julián López), dos jóvenes con una gran formación universitaria, que hartos de no encontrar ni trabajo ni futuro en España, deciden emigrar a Alemania, motivados por un programa de televisión en el que se decían maravillas sobre las posibilidades de trabajo y de ganar dinero en el país más poderoso del continente. Sin embargo, al llegar a Alemania no resulta ser como esperaban.

La película no tiene grandes giros de guión, es una comedia romántica sencilla, creada a partir de la excusa de la crisis, y digo excusa porque en ningún momento se moja realmente en mostrar cierta severidad de cara al tema, Una expresión tan simple y vulgar como "España es una mierda" podría resumir cualquier comentario en el film sobre el país y su situación.

Independientemente de que la cinta busque hacer reír y quitarle hierro a las circunstancias, al final cae en el tópico, y los diálogos se pierden en su intento de ser ingeniosos.

De todas formas, lo peor de la función es la poca credibilidad que tienen los personajes, de la que se podría excluir a Javier Cámara, José Sacristán y Carmen Machi, que sin embargo, tienen poca presencia en el film. El resto del elenco no consigue tener gancho, la relación entre Yon González y Blanca Suárez ya es en sí, un monumental tópico, y sin embargo, podría haber sido más soportable si sus actuaciones no hubieran estado tan mal dirigidas, aunque ella está sorprendentemente graciosa cuando llora desconsolada. No obstante, las menos creíbles de todas fueron las de Úrsula Corberó y Miki Esparbé, ella interpreta a la novia que espera a Hugo en España, y él al hermano de Carla (Blanca Suárez), sobre todo ella, en su intento de interpretar a la "pija tonta", resulta excesiva, y él, siendo el "drogadicto atontado", muchas veces cansa. Por el contrario, uno de los mejores momentos es a manos de Julián López, dentro de un espectacular vestido.

En definitiva, la película puede resultar entretenida a ratos, sin embargo no deja de darse de bruces cada dos por tres.

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