Crítica: "La vida después", la confusión de la rutina

por © NOTICINE.com
''La vida después''


Por Edurne Sarriegui

La dupla conformada por Franco Verdoia y Pablo Barduil estrena esta semana en Argentina su segundo trabajo conjunto después de codirigir el film coral "Chile 672" (2006). "La vida después" es un drama intenso con guión de Bardauil que se adentra en las procelosas aguas de la separación de una pareja de larga data, Juan (Carlos Belloso) y Juana (María Onetto), quienes llevan veinticinco años juntos. En buenos términos y de mutuo acuerdo deciden poner fin a su matrimonio. Sin embargo no le resultará tan fácil la vida a cada uno de ellos sin el otro.

La película comienza con un plano negro mientras se escucha una conversación cotidiana de la pareja que deriva en la necesidad de concretar su separación largamente postergada. Esa sensación de oscuridad, de desconocimiento, prevalecerá durante todo el film. Primero para el espectador que desconoce los antecedentes que llevan a la pareja a tomar tal decisión. Después se hará evidente que -a pesar de su dilatada convivencia- quedan entre ellos puntos oscuros e impensados de desconocimiento mutuo.

En la primera parte la narración se centra en el punto de vista de Juan, escritor y docente, que canaliza su angustia escribiendo una novela en la que relata sus estados de ánimo ante la nueva experiencia. En la segunda parte, que se torna más dramática y sórdida a partir de un hecho trágico, es  la vivencia de Juana la que se ve reflejada. Carlos Belloso y María Onetto interpretan a la perfección todos los miedos y dudas de sus personajes.

A lo largo de la cinta se suceden los recuerdos, los sueños y las ensoñaciones de los protagonistas. A veces se expone el mismo relato desde las miradas de los dos personajes poniéndose en evidencia las diferencias de ambos puntos de vista. En cualquier caso, los realizadores juegan continuamente con lo onírico, lo real y lo irreal y refuerzan esa falta de certezas con una fotografía que acentúa esa sensación.

"La vida después" parte de un buen comienzo y un desarrollo prometedor pero decae en su parte final, cuando los límites de la ensoñación se ensanchan y dejan en el espectador aún muchas más dudas que certezas.

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