Crítica: "Choele", infancia en Río Negro

por © NOTICINE.com
Sbaraglia destaca en 'Choele'


Por Edurne Sarriegui

Hay películas en las que predomina la acción, la mayoría presentan un conflicto y otras, simplemente, transcurren. la argentina "Choele" es de estas últimas. Se trata de la ópera prima en solitario del argentino Juan Sasiaín que se adjudica guión y dirección y que dirigió junto a Federico Godfrid "La Tigra, Chaco" en el año 2008.

Siguiendo la costumbre de Sasiaín de nombrar a sus películas según el lugar donde suceden los hechos, "Choele" toma su nombre de Choele Choel, pequeña localidad patagónica situada en el fértil valle del Rio Negro. Allí pasa sus vacaciones de verano Coco (Lautaro Murray) en casa de su padre Daniel (Leonardo Sbaraglia) mientras se acerca el día en que su madre irá a buscarlo. Allí conocerá también a Kimey (Guadalupe Docampo), novia de su padre. Coco tiene once años y el enorme deseo de que sus padres vuelvan a estar juntos.

El relato se centra en el punto de vista del niño: sus vagabundeos por el pueblo, su naciente interés por las chicas, las confidencias con su amigo Maxi (Ian Ñancufil)… Pero también se hace hincapié en la relación paterno-filial y la preocupación del padre por facilitar  las cosas a su hijo ante los cambios definitivos que van a tener lugar en su vida. Este verano, Coco va a crecer cuando asuma que las cosas no siempre ocurren como uno quiere.

El film saca enorme partido del paisaje rionegrino con una fotografía que retrata todo su esplendor. Tal vez lo más flojo en el rubro técnico sea el sonido que obliga a hacer un gran esfuerzo para entender los diálogos, sobre todo cuando tienen lugar entre los niños.

"Choele" es una historia intimista que por momentos se vuelve un poco obvia pero que nos lleva a mirar con cariño a este niño que fluctúa entre el candor y la picardía.

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