Crítica: "Hablar", esforzado -y forzado- paseo de palabras

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Uno de los diálogos de 'Hablar'


Por Imanol Salaberría

"Hablar" (2015), la nueva película del director y guionista catalán Joaquín Oristrell se estrena este viernes. La cinta nos traslada a una noche en Lavapiés, conocido barrio del centro madrileño, donde 20 historias se entrecruzan en sus calles como muestra de las miserias, contradicciones, y la falta de comunicación de este siglo en el que vivimos.

La cinta inauguró el pasado Festival de Málaga, y el amplio elenco de populares rostros está compuesto por Goya Toledo, Marta Etura, Miguel Ángel Muñoz, María Botto, Antonio de la Torre, Raúl Árevalo, Juan Diego Botto, Sergio Peris-Mencheta, Alex García, Petra Martínez, Secun de la Rosa, Melanie Olivares, Nur Al Levi, Estefanía de los Santos, Carmen Balagué, Mercedes Sampietro, Astrid Jones, Dafnis Balduz, y Juan Margallo.

El gran atractivo, y también el gran reto de la película, es que fue rodada en continuidad, sin cortes, toda la cinta en un mismo plano donde los personajes entran y salen construyendo así una historia laberíntica de 80 minutos, que intenta mostrar las circunstancias de cada uno de ellos.

Esta es precisamente la característica que da un valor añadido a la película, pero también la limita y la complica. Lo cierto es que el guión y la estructuración son lo suficientemente ágiles como para que la cinta, siendo un plano secuencia, no aburra. Sin embargo, no todo puede ser perfecto, algunas de las actuaciones resultan inverosímiles, y algunas de las historias, predecibles o con poco peso. La trama intenta abarcar diferentes ejes conflictivos de la sociedad actual, girando en torno a la falta de comunicación, sin embargo, no llega a desarrollar de forma satisfactoria algunos de esos puntos.

También es verdad que no se entiende la película como un intento de profundizar al máximo en todos los aspectos que toca, simplemente mostrarlos, como una realidad, como un paseo callejero que cualquiera de nosotros podríamos hacer hoy, y lo que nos encontraríamos. Pero acaban siendo demasiados puntos, y no construyen bien el mensaje de la pérdida del habla, moviéndose quizá demasiado rápido entre una historia y otra.

A pesar de todo esto, la película es fluida, disfrutable, e interesante, con algunas interpretaciones estelares, que tratándose de prácticamente improvisación, sorprenden al espectador dando además un realismo que probablemente sólo se pueda conseguir siendo un plano secuencia, y la tensión que ello implica para los actores.

"Hablar" es además un baile entre el cine y el teatro, donde se juntan aspectos del teatro que no parecía posible llevar al cine, y aspectos del cine que no podrían sucederse en un teatro; creando así una atmósfera efectiva y nueva, que vale la pena valorar.

En definitiva, es una propuesta muy interesante, imperfecta por todas las dificultades que conlleva, pero indudablemente una obra que vale la pena ir a ver.

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