Crítica: "La Patota", convicción social casi redonda

por © NOTICINE.com
Dolores Fonzi es Paulina


Por Edurne Sarriegui

"La Patota / Paulina" (2015), de Santiago Mitre, que cosechó dos premios el pasado mes de mayo en el Festival de Cannes y se estrena esta semana en Argentina, es la remake del film del mismo título que estrenara en 1960 el cineasta franco-argentino Daniel Tinayre. Basada en el guion que escribió Eduardo Borrás, esta nueva versión está escrita por Mitre y Mariano Llinás. A dos semanas de la multitudinaria marcha que tuvo lugar en Buenos Aires y varias ciudades más -argentinas, uruguayas y chilenas- en contra de la violencia contra las mujeres, llega a la pantalla este drama que tiene como eje la violación de una mujer por parte de una "patota", nombre con el que en Argentina se denomina a los grupos de jóvenes dados a producir desmanes.

Paulina, la protagonista, (Dolores Fonzi) es una joven abogada hija de un juez de la provincia de Misiones en el norte argentino, cerca de la frontera con Paraguay y Brasil. Contrariando los deseos de su padre, Fernando Vidal (Oscar Martínez), decide dejar en la ciudad sus estudios de posgrado, su trabajo en el entorno judicial y a su novio Alberto (Esteban Lamothe) para enseñar formación política en una escuela de un área carenciada de su provincia. Desde el principio queda claro que Paulina es una joven de fuertes convicciones y con un marcado sentido de justicia social. A su llegada al paraje rural, Mitre muestra a la patota amenazante que da título al film observando a la maestra recién llegada desde lo alto. Sus inicios en la escuela no pueden ser más desalentadores. Son vanos sus esfuerzos para comunicarse con sus alumnos, incluso desde el idioma -hablan guaraní- haciéndose evidente la brecha que los separa. Al poco tiempo de su llegada sufre el brutal ataque.

El realizador utiliza el recurso narrativo de mostrar los hechos desde el punto de vista de más de un personaje, avanzando y retrocediendo en el tiempo y de esa manera va mostrando el cuadro completo del desarrollo de la acción para los espectadores. Las actuaciones de los protagonistas son remarcables, particularmente durante los diálogos entre padre e hija que con opiniones enfrentadas desarrollan una dialéctica  que presenta con agudeza los diferentes puntos de vista.

La feraz selva misionera bellamente fotografiada se convierte en el marco de una sociedad violenta que engendra más violencia. "La Patota" termina siendo más un film de fuertes reivindicaciones sociales que un llamado de atención sobre la violencia ejercida contra la mujer.

A pesar de  su buena factura técnica y de sus excelentes actuaciones que hacen de "La Patota" una buena película, las actitudes de Paulina conspiran en contra del resultado final. Su posición después del ataque resulta incomprensible tanto para el espectador como para el resto de los personajes de la cinta. A pesar de ser la víctima de un hecho abominable no logra causar la menor empatía.

Sin duda plantea el debate, pero pierde fuerza la historia cuando expone las firmes convicciones de la protagonista pero falta la coherencia que las explique, dejándonos en un mar de dudas.

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