Leonardo Sbaraglia habla de "Sangre en la boca”
- por © Ingrid Ortiz-NOTICINE.com
Este jueves se estrena en las carteleras Argentinas "Sangre en la boca”, una apuesta nacional que supone el cuarto largometraje de Hernán Belón y que protagonizan Eva de Dominici y Leonardo Sbaraglia. El actor argentino habla sobre su personaje a los medios nacionales y sobre lo que considera "la historia de un hombre contra la pared”.
A sus 46 años y tras un largo periodo trabajando en proyectos internacionales, Sbaraglia regresa al cine argentino en la piel de Ramón, un boxeador que ha gozado de gran éxito pero que, debido a su edad, se ve abocado a buscar otra profesión a la que dedicarse. Será entonces cuando descubra a la aspirante a púgil Deborah, una "femme fatale” con la que establecerá una relación pasional en la que el placer y el dolor vienen de la mano y la violencia aumenta en cada round.
El boxeo nunca formó parte de la vida de Sbaraglia, confesaba el actor en una entrevista al diario Clarin, por eso meterse en el papel de un profesional de este deporte no fue fácil. "El laburo fue encontrar a ese muñeco y construir toda la expresión desde cero”, afirmó el actor, que se sometió a una rutina de entrenamiento con el boxeador Diego "La joya” Chávez.
"En realidad, y al margen de las peleas, es la historia de un hombre que se da contra una pared, que se le derrumba la ilusión. En el medio deja abierto el interrogante de cuál es la manera de enfrentarse a una crisis y cuáles son las expresiones de eso”, explicaba a otro medio.
Y es que el personaje de Sbaraglia también plantea esa dicotomía entre la juventud y la experiencia. El actor afirma haber preparado la psicología de Ramón en un cuento de Jack London que realiza esta misma contraposición entre un boxeador novel y uno viejo y experimentado. "La película pone todas esas cartas sobre la mesa, no te dice cómo tenés que pensar pero pone los interrogantes”, aseveró.
Parece que la dimensión emocional obtuvo mayor peso frente a la preparación física del personaje, al borde del retiro. El conflicto de un deportista que se enfrenta a una vida útil limitada no se observa de manera tan violenta en el cine, a pesar de que son pocos los papeles que se reparten en Hollywood para quienes pasan de los 50.
Con todo, el actor establece paralelismos con el boxeo: "Tiene que ver con el equilibrio y el uso de la distancia” -explica- "En la actuación tenés que ver de qué modo recibir los golpes, que son los textos y las intenciones de un compañero, y también cuándo devolverlos”.
El regreso del argentino ha estado marcado, también, por el nacimiento de su hija en 2006, pero afirma que a pesar de sus proyectos en otros países nunca abandonó Argentina. Actualmente vive un momento estelar a nivel personal y laboral: "Me encantaría dirigir en algún momento, pero tengo tanto laburo como actor que no me queda espacio libre. Estoy en un momento lindo y de acumulación de un montón de cosas”, aseguró.
Tras el reciente estreno de "Al final del túnel” en España y el final de la obra teatral "Territorio del poder”, se encuentra a la espera de otras cuatro películas: "El otro hermano”, de Adrián Caetano; "Nieve negra”, de Martín Hodara; "No te olvides de mí”, la ópera prima de Fernanda Raimondo y la coproducción uruguayo-brasileña "Era el cielo”, de Marco Dutra.
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A sus 46 años y tras un largo periodo trabajando en proyectos internacionales, Sbaraglia regresa al cine argentino en la piel de Ramón, un boxeador que ha gozado de gran éxito pero que, debido a su edad, se ve abocado a buscar otra profesión a la que dedicarse. Será entonces cuando descubra a la aspirante a púgil Deborah, una "femme fatale” con la que establecerá una relación pasional en la que el placer y el dolor vienen de la mano y la violencia aumenta en cada round.
El boxeo nunca formó parte de la vida de Sbaraglia, confesaba el actor en una entrevista al diario Clarin, por eso meterse en el papel de un profesional de este deporte no fue fácil. "El laburo fue encontrar a ese muñeco y construir toda la expresión desde cero”, afirmó el actor, que se sometió a una rutina de entrenamiento con el boxeador Diego "La joya” Chávez.
"En realidad, y al margen de las peleas, es la historia de un hombre que se da contra una pared, que se le derrumba la ilusión. En el medio deja abierto el interrogante de cuál es la manera de enfrentarse a una crisis y cuáles son las expresiones de eso”, explicaba a otro medio.
Y es que el personaje de Sbaraglia también plantea esa dicotomía entre la juventud y la experiencia. El actor afirma haber preparado la psicología de Ramón en un cuento de Jack London que realiza esta misma contraposición entre un boxeador novel y uno viejo y experimentado. "La película pone todas esas cartas sobre la mesa, no te dice cómo tenés que pensar pero pone los interrogantes”, aseveró.
Parece que la dimensión emocional obtuvo mayor peso frente a la preparación física del personaje, al borde del retiro. El conflicto de un deportista que se enfrenta a una vida útil limitada no se observa de manera tan violenta en el cine, a pesar de que son pocos los papeles que se reparten en Hollywood para quienes pasan de los 50.
Con todo, el actor establece paralelismos con el boxeo: "Tiene que ver con el equilibrio y el uso de la distancia” -explica- "En la actuación tenés que ver de qué modo recibir los golpes, que son los textos y las intenciones de un compañero, y también cuándo devolverlos”.
El regreso del argentino ha estado marcado, también, por el nacimiento de su hija en 2006, pero afirma que a pesar de sus proyectos en otros países nunca abandonó Argentina. Actualmente vive un momento estelar a nivel personal y laboral: "Me encantaría dirigir en algún momento, pero tengo tanto laburo como actor que no me queda espacio libre. Estoy en un momento lindo y de acumulación de un montón de cosas”, aseguró.
Tras el reciente estreno de "Al final del túnel” en España y el final de la obra teatral "Territorio del poder”, se encuentra a la espera de otras cuatro películas: "El otro hermano”, de Adrián Caetano; "Nieve negra”, de Martín Hodara; "No te olvides de mí”, la ópera prima de Fernanda Raimondo y la coproducción uruguayo-brasileña "Era el cielo”, de Marco Dutra.
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